𝐋Í𝐁𝐑𝐀𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐌𝐀𝐋 ♱𝑇𝐼𝐶𝐶𝑌 𝑇𝑂𝐵𝑌♱

𝟑𝟓

Habías salido tarde de trabajar, había ocurrido un accidente de tráfico en el que había menores involucrados, tuviste que explicarles la situación de forma que ellos pudieran comprender así que una vez llegaron sus familiares más cercanos, les explicaste la situación y luego saliste del hospital, fuiste al parking y viste a alguien apoyado en tu coche con un cigarro en la boca.Encendiste la linterna de tu teléfono y le apuntaste.

-Nena...me vas a dejar ciego-

-Brian...me has asustado-reiste-

El se acercó y te estrechó entre sus brazos, correspondiste el abrazo pero el olor a tabaco te hizo separarte.

-Brian...sabes que no me gusta que fumes-

-Lo se, pero ya es imposible dejarlo-

-Ya veremos-le acariciaste el rostro-

El chico puso una sonrisa en su boca.

-Te veo cansada, dame las llaves-

-No, no, estoy bien-

-Llevas aquí desde las ocho de la mañana-

-¿Me sigues desde la mañana?-

-Si, a veces, me aburro bastante querida-

Suspiraste y le diste las llaves del coche, subiste y el arrancó el coche para emprender el camino a tu casa.

-¿Qué tal el día?-

-Bien, quitando los dolores de cabeza-

-¿Te ha dolido todo el día?-

-Tranquilo, nada que una pastilla no arregle-le miraste-

Al llegar a casa dejaste tus cosas en la entrada, buscaste a Mary con la mirada pero no la viste

-¡Mary!-la llamaste-

-La puerta de atrás está abierta-

Ambos os mirasteis, fuisteis hacia la cocina y miraste por la ventana, Mary estaba fuera jugando, soltaste un suspiro aliviada.

-¿Como ha logrado salir?-

-Sabes abrir puertas, ella le abría la puerta a Tobias-reiste-

El fue hacia el salón mientras tú salias a por tu pequeña.

-Mary, venga-te agachaste a recibirla-

Ella se acercó y comenzó a lamer tus manos, hasta que viste su pelaje, estaba cubierta de un líquido rojo ,el cual, cubrió tus manos.

-M-mary-la miraste-

De las sombras del jardín salió otro perro, por así llamarlo, tenía unos ojos abiertos como platos, pelaje negro y de su hocico bajaba la misma sangre de la que estaban cubiertas tus manos, pero aquello no era lo peor...lo peor era aquella sonrisa macabra; te quedaste blanca y gritaste entrando rápidamente en la casa junto a la perrita.

-¿¡Qué ha pasado!?-entro Brian en la cocina-

-¿¡Qué es esa cosa!?-señalaste hacia la ventana-

Brian se atrevió a mirar.

-Me cago en...-abrio la puerta de mala gana y salió-¡Smile!-

Aquel "perro" se lanzó sobre él mientras le lamía el rostro.

-¡No!, ¡Abajo!-

-¿Me estás diciendo que eso es un perro?-

-Lo es-lo agarró del collar-es el perro de Jeff-