𝟖𝟑

467 64 10
                                    



-¿Vivir...juntos?-le miraste algo impresionada por aquel ofrecimiento.

-Si, Seth, Mery, tu y yo-te miró algo ansioso por tu respuesta-No tienes por qué responder ahora...se que sería un cambio grande en la vida de los cuatro, pero...siempre se puede hacer el esfuerzo.

Miraste sus ojos y a la vez te fijaste en el tic que comenzaba a dejarse ver en su ojo derecho.

-Y...¿Que tienes en mente?, ¿Te mudas tu o nosotros?- le dijiste con una sonrisa.

El castaño no dudó ni un segundo para darte un abrazo con fuerza, para luego separarse lentamente.

-Se que sería pedir demasiado pero mi situación en esto no es fácil así que...

-Tu harás toda la mudanza, todos mis libros, ropa y demás, por supuesto también las cosas de tu hijo.

-¿Esto es un castigo por llegar anoche tarde?

-Podría haber sido más cruel y lo sabes.

-Esperó poder ver tu faceta cruel algún día nena-rió de forma convencida.

-Y, ¿viviré bajo el mismo techo que mi jefe?.

-Ni en los mejores sueños de ese vicioso.

-¿Entonces? A no ser que en este bosque haya más de dos mansiones en mitad de la nada.

-No me costaría investigarlo.

-Era sarcasmo Tobías-le miraste soltando una pequeña risa-Te espero en casa con tus cosas-le diste un beso rápido.

Tras aquella conversación con Tobías te dirigiste hacia el hombre algo con gabardina.

-¿Está listo?.

-Siempre-sonrió.

Ambos subisteis al despacho del varón y mientras tu te sentabas en un sillón individual el hombre se puso cómodo en el sofá de al lado.

-Cuéntame, retomando la sesión anterior, ¿has sido capaz de mantener un día sin sexo?

-Seré sincero, si y no.

-¿A que se refiere?

-Me refiero a que no he tocado a nadie que no sea yo.

-Es un paso, al menos no ha afectado a la vida de otra persona.

-Poco durará.

-Es un proceso lento señor, no se desespere.

-Me vuelves a llamar señor por lo que veo.

-Es el entorno laboral, eso no cambia mi trato hacia usted en el resto del día.Pero no estamos hablando de eso, sino por qué piensa que es limitado.

-Por que no me gusta hacerlo con otra persona.

-Puede hacerlo.

Una fuerte carcajada se dejó oír por toda la habitación.

-¿Que le hace gracia señor?

-Lo que has dicho, es imposible que nadie quiera estar conmigo sino es manipulándolo de alguna manera, y muchísimo menos si hablamos de la vida sexual.

-Osea que, ¿le da miedo quedarse solo por que piensa que nadie le necesita sino es por algo?

Se hizo el silencio.

-No me da miedo.

-¿Entonces?, ¿Por qué hace todo eso?, acaso es, ¿por qué se siente solo desde cierto punto de su vida?.

-¿Que?

-Señor, creo que esto que hace es por que le han rechazado tanto que...

-Para

-Ha decidido quedarse solo para no tener por qué volver a sufrir eso, y...

El alto se levantó de forma brusca del sofá para luego acercarse a ti de forma amenazante.

-Cierra esa boca, no sabes lo que hay detrás de esta mierda que soy, y eso creo que no lo cambiarías ni tu.

-Francis aléjate ahora mismo.

-Llama a tu marido, de todas formas no hará falta, no te pondría un dedo encima ni muerto.

Tras eso se marchó de mala manera de la habitación y seguidamente de la mansión, a los segundos saliste y fuiste al piso inferior encontrándote con Jane.

-¿Qué le has dicho?

-La verdad.

-Pues se ve que no le ha sentado bien, estaba furioso, ¿como has sobrevivido?-rió.

-Ha dicho que no me tocaría ni muerto, así que queda claro que muy en su interior no le caigo bien.

-No sé si eso está a tu favor o en tu contra.

-Yo tampoco ciertamente, ¿Y los demás?.

-Han salido ha trabajar.

-Aun no comprendo como llamáis a eso trabajo.

-Control de población y criminalidad-dijo convencida.

Miraste a la morena para rápidamente reír por esa respuesta, tras pasar la tarde conversando con Jane, recogiste tus cosas y fuiste hacia casa, una vez allí tu hijo te recibió con un abrazo, seguidamente tu hermano tomó sus llaves y se acercó a la puerta.

-Siento no poder quedarme, pero tengo que ir a casa de papá y mamá, ya sabes, me van a dar la charla de darle nietos.

-Que Judith no escuche eso.

-No lo hará-rió.

Una vez Lucas se había ido, decidiste jugar el resto del día con tu hijo hasta que cayera la noche, se escuchaba la risa de tu hijo por toda la casa, hasta que este dejó de reír.

-Mama, ¿Que es eso?.

-¿El qué?

-Alguien ha entrado en casa, por la puerta de atrás.

-Quédate aquí.

Te acercaste al sofá, sacando un bate de béisbol de debajo de este, fuiste hacia la entrada de la cocina y te atreviste ha atacar al intruso, todo ese miedo pasó a ser más incertidumbre al ver a los tres chicos entrando.

-Hola nena-te miró Tobías.

-¿Tienes que entrar siempre en mitad de la noche y en silencio total?

-Siempre lo hago.

-Brian, Tim, ¿queréis algo de beber?.

-Tranquila, veníamos a verificar que este idiota se mudaba de verdad-soltó Tim.

-Definitivamente si-sonreíste-Seth sigue despierto, aun puedes darle las buenas noches.

Tobías te dio un beso corto mientras iba hacia el salón acompañado de su compañero de máscara blanca y negra, ante esto, Brian y tu os quedasteis a solas en la cocina.

-Veo que tendré que matar a Tobías-sonrió.

-En está ocasión la muerte no nos puede separar Brian-reíste.

-Cierto-te miró-No la ha vuelto a cagar, ¿verdad?.

-Tranquilo, creo que por una vez, está mejorando.

-Es lo mínimo que podría darte.

-Para mí es más que suficiente.

El chico te miró con cierta mirada nostálgica.

-Cada día envidio más a ese hijo de perra.

-Brian, padre quizás ni, pero vas a ser el mejor tío del mundo.

-Veo que no vas a dejar de darme razones para quedarme en este mundo hostil.

-¿A que te refieres?

-Primero tú y ahora un sobrino, Tobías no se equivocaba al decir que eras un ángel.

𝐋Í𝐁𝐑𝐀𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐌𝐀𝐋 ♱𝑇𝐼𝐶𝐶𝑌 𝑇𝑂𝐵𝑌♱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora