| Debo ayudarte.| Saiki X Kaidō

19

18:20

Perdóname, Shun.

Empezó a llorar en ese hombro, se sentía tan confundido, el no saber lo que kusuo sentía solo le hacía sentir peor.

Claro, no eran nada, pero por qué ninguno de había atrevido a hablarlo. Amigos con ventaja podrían ser, pero en ese juego de niños. Uno saldría lastimado..bueno, o ambos.

— no te comprendo y eso me hace daño y..—

Lo separó para tomarlo por su mejilla, limpiando las lágrimas que iban saliendo.
Se sentía mal, muy mal. Pero no era de expresarse, su pecho dolía.

El solo hecho de verlo así por su culpa le hacía daño, pero no quería alejarlo, no sería tan cobarde para dejar esto.

Es mi culpa, yo..esto es nuevo para mi, nunca e salido con nadie.

— ah...? —

Shun estaba boquiabierto, el solo evitó mirarlo mientras fruncía el ceño, sus ojos estaban húmedos.

¿Por que lloraba? Nunca solía hacerlo. ¿Por que Justo ahora ?

No se como expresarlo, pero no quiero perderte por que aveces me pongo idiota de verdad..nada es tu culpa.

Decía mientras se atrevía a mirarlo, se acercó para abrazarlo, no sabía si le perdonaría ese error. No lo sabía, no podía escuchar lo que pensaba, y el no saber el por qué era aún más estresante.

— eres un acertijo sabías? —

Es lo único que dirás?

— confórmate. —

Una risa entre lágrimas salió de los labios de aquel chico peliceleste, no podía rechistarle, no tenía la cara.

Ambos se sentaron en la pequeña vereda para ver el atardecer, decidió tomar su mano.
Vio cómo este la arrebataba y decidía apoyarse en su hombro, un molesto sentimiento llegó a su estómago, Dándolo vuelta todo.

¿Por que..?

— fue sin pensar, impulso tal vez..ya no lo sé. —

No importa, perdóname por todo esto.

— no. —

Que?

— es broma. —

Empezó a llorar, pero ahí estaba para el.
Ambos riéndose algo nerviosos.

19:00

De besos en un puente, quien lo diría? Aunque habían temas pendientes.

— kusuo. —

Hmm.

— puedes decirme lo que sientes al estar conmigo? —

Muchas cosas.

— maldito ! Deja de resumir. —

Tsk, no soy empalagoso.

— entonces deja de abrazarme. —

Tú no me mandas.

Beso su mejilla, ese "muchas cosas" ya era suficiente para el, pues de todas maneras.
Ese pelirosa era cariñoso a su manera, quien era el para reprocharle?

— puedo hacer una suposición? De algo que pensé mientras caminaba. —

Aún piensas?

— dios! Ya no digo nada. —

Deja de llorar, habla.

Le levantó el dedo de al medio, sonrió ante ese gesto, si que era un idiota, pero lo quería mas que a nada.