Los Primeros Frutos

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Narrador:

Bell caminaba por las calles de Orario cargando con sus maletas mientras silvaba una melodia.

Este mismo estaba un poco emocionado por ver como su hoja de estado pasaba de tener cero puntos en cada estadística y los números subian poco a poco.

Ese unico pensamiento basto para marcar una sonrisa en su rostro, aún que solo subiera un solo misero punto, eso seria más que suficiente para el, ya que ese unico punto le decia que sus esfuerzos estaban rindiendo frutos y que su camino para convertirse en un heroe estaba comenzando.

Sin poder resistir más, la caminata de Bell paso a ser una carrera hacia su Sede, la gente que lo observaba unicamente pensaba que el niño estaba loco, ¿Como alguien podría sonreir asi como asi en la situación actual de Orario?

Bell sin prestarle atención a las miradas de asmobro y confusión que recibia apresuro aún más su paso y después de unos 20 minutos terminaria llegando a su Sede, en donde lo esperaba una molesta Astrea de brazos cruzados en la puerta.

–"Tengo un mal presentimiento" Atrea-sama? Que hace usted aquí?... ¿¡?!– Bell sintio como un instinto asesino incluso mayor al de su tia se hacia presente y provenia de la misma persona a la que había nombrado.

Inevitablemente no pudo evitar temblar de miedo ante su Diosa la cuál levanto su mirada para verlo fijamente con unos ojos que le decian "Estas en problemas conejo" Bell solo rezo por el mismo y espero su inevitable muerte.

–Bell... ¿Se puede saber donde has estado?– Levantando su mirada, los ojos color indigo de Astrea observaban friamente al conejo que temblaba como gelatina delante suyo.

–E-e-este p-pu-pues y-yo f-fui al d-d-dungeon– Dijo con miedo Bell, Astrea unicamente se acerco a el y...

Crack*

De un derechazo en su mejilla lo mando directo al suelo, enterrando su cabeza en el cemento al mismo tiempo que le rompia la nariz.

–¿¡Tienes idea de lo que estás hablando?! Eres apenas un novato sin siquiera un entrenamiento adecuado para pelear y quieres adentrarte en el Dungeon?!– Los Gritos de Astrea llamaron la atención de 4 feminas que pasaban por ahi.

–¿Qué es todo ese escandalo Astrea-sama?... Oh, Hola conejo– La primera en hablar fue Lyra, la cuál no tardo en preguntar acerca de los gritos y percatarse de Bell.

–¡Conejo!– Alise reacciono rapido y se dirigio hacia Bell para ayudarlo a salir del cemento.

–¿Qué fue lo que ese humano hizo ahora?– Ryuu ya se estaba preparando para decapitar al albino pero fue detenida por Kaguya.

–Calmate Ryuu, no creo que a Astrea-sama le guste perder a su amante– La pelinegra fue golpeada en la cabeza por el mango de la espada de madera de la Elfa, callandola al instante.

–Queria entrar al Dungeon sin estar preparado– Las palabras de Astrea causaron diferentes reacciones entre las cuatro chicas ahí presentes.

Ryuu miro a Bell con una cara de "¿Es en serio?" Puede que Bell fuera fuerte pero sin entrenamiento previo era un suicidio el tan siquiera pensar en entrar a ese lugar.

Lyra unicamente penso que Astrea exagero en su reacción y que Bell era un idiota.

Alise se preocupo al saber la razón del enojo de su Diosa, no queria que una cara tan bonita y alguien tan puro como Bell acabara pereciendo en ese matadero.

Kaguya no sabía que pensar, por un lado apoyaba a su Diosa por la reacción que tuvo, y por el otro se preocupaba por el albino, para ella era solo un niño inocente que se arriesgaba demasiado.

La Justicia Y El ConejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora