Una habilidad unica.

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Pov Alise:

Bell cayo inconsiente en mis brazos, se encontraba realmente herido de gravedad, toda su cabeza estaba cubierta de sangre, inclusive su cabello estaba bañado en ese liquido rojizo, aunque no todo.

Su ropa estaba rasgada, dañada y manchada de sangre en su totalidad, su espada corta se encontraba rota, sus brazos tenian arañazos, sus nudillos estaban magullados y parecian estar rotos.

Se notaba que perdio un exceso peligroso de sangre, incluso seguia escurriendo una fina linea de sangre de su cabeza.

Estaba claro, tuvo una dura batalla para volver a la superficie, mire sus piernas, y mis ojos se llenaron de horror al verlas, la otra parte de su espada clavada en su rodilla derecha.

No pude apreciar mejor sus heridas, ya que ya me encontraba corriendo a maxima velocidad hacia nuestra sede, cargando en mi espalda el inconsiente cuerpo de Bell.

Tuve que tomar una cantidad excesiva de atajos, muchos callejones, saltar entre techos, hasta incluso pase por una parte de la calle dedalo que conocia para ahorrar tiempo.

En el transcurso del tiempo en el que me movilizaba para llegar a mi sede, note como la respiración de Bell se hacia cada vez más debil.

Hasta incluso logre sentir como el latir de su corazón se hacia más lento y pausado.

Todos estos factores me motivaron para apresurarme al maximo para llegar a tiempo, pero que a la vez, me preocupaban aún más.

Después de unos minutos que se sintieron como unas desgarradoras horas, logre ver por fin, la sede de mi familia.

Sin esperar ni un solo segundo más, salte del tejado en donde me encontraba, y entre a toda velocidad.

PAM!*

–¿¡EEEHH?!–

–¿¡ALISE?!–

–¡WOAH!–

–¡EEK!–

Esos y más sonidos de sorpresa eran los que escuchaba en mi camino hacia la enfermeria, tuve que esquivar y pasar de largo a varias miembros de la familia para evitar preguntas innecesarias y que solo me harian perder tiempo.

Después de repetir lo mismo unas cuantas veces más, por fin me encontraba frente a la puerta de la enfermeria, solo había un pequeño y diminuto problema...

–Alise– Al abir la puerta, me encontre de frente con Ryuu, Kaguya, Lyra y Astrea-sama, quienes no parecian muy contentas que digamos.

–...Ho-Hola?– Intente inutilmente saludar a mi familia, pero en cambio, fui recibida con un golpe en mi cabeza.

–¿¡TE LO DIJIMOS O NO?!– Las 4 hablaron al mismo tiempo con claro enojo, llevandose a Bell de mi espalda y colocandolo en la camilla de la habitación y entonces, el tan esperado regaño empezo.

–¡Era más que obvio que estaba muriendose en el Dungeon! Pero aún asi decidiste confiar!– La primera de todas, fue como siempre Ryuu, y lo admito, fue mi culpa el que Bell se encuentre en ese estado.

–¡Tu dijiste que regresaria sano y salvo! Salvo si, pero ¿¡Sano?! No verdad?!– Lyra fue la segunda, ella reclamo en voz alta mientras señalaba el inconsiente cuerpo de Bell, al verlo, agache mi cabeza.

–¡Mira lo que hiciste Alise! ¡Casi matas al conejo!– Kaguya fue la tercera, ella fue un poco menos rudas que las demas por una razón que desconosere por mucho tiempo.

Y por ultimo, Astrea-sama se acerco hacia mi con el aura más aterradora que eh sentido en toda mi vida, y aunque no pudiera verla, sabía que sus ojos estaban inyectados en furia.

La Justicia Y El ConejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora