Yo Lo Prometi...

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Revivi xd

Narrador:

La mañana había llegado a Orario hace ya unas 3 horas atras, pero para sorpresa de varios, la alarma interna de Bell no había hecho efecto.

Se preguntaran ¿Por qué? Facil, su cuerpo, mente, e instintos no querian que la sensación de suavidad que sentian en esos momentos desapareciera por el princeso de nombre Bell.

Pero ya había poco que pudieran hacer, ya que Bell ya estaba despertando naturalmente.

Sus ojos se abrian poco a poco y lo primero que notaron sus ojos, fueron dos bultos blandos en su cara, la sensación de suavidad en todo su rostro era increible, divina...

Hasta que su mente de princeso le recordo lo que realmente eran los dos bultos que sentia en su cara.

–Eh... ¿¡EEEEEHH?!– El rostro de Bell ardio con fuerza mientras alzaba su mirada para ver la pacífica cara de Kaguya aún dormida, aún con sus brazos alrededor del cuello del albino, manteniendolo prisionero en tan sukulenta prisión.

La pelinegra parecia tener el sueño más pesado de todos, ya que, ni con el fuerte grito de sorpresa del conejo, no mostro signo alguno de molestia o de querer despertar.

Y Bell... Bell se dio cuenta de que inconcientemente, el había abrazado por la cintura a Kaguya, rapidamente movio sus manos y trato de separarse del fuerte agarre de la pelinegra.

Pero siendo un nivel 1, frente a un nivel 3, no había mucho que el pudiera hacer.

Ademas de que por cada segundo que pasaba cautivo en el abrazo de Kaguya, esta misma parecia acercarlo más y más hacia sus pechos.

–Bell, ¿sucede algo? Digo, gritaste muy fuerte y pense que algo te paso– La voz de Astrea no ayudaba a Bell, al contrario, solo lo preocupaba más y lo obligaba a pensar en una solución más rapido.

–N-no es n-nada A-Astrea-sama... s-solo... eh... v-vi u-una cucaracha... y de las que vuelan– La suerte o mala suerte de Bell hizo efecto, y una cucaracha paso volando cerca de su ventana y le salvo y fastidio su vida.

–*escalofrio* Te comprendo perfectamente, esas cosas dan más miedo que la misma muerte... te deseo las mejores de las suertes, valeroso guerrero– Los pasos alejandose de Astrea dieron a entender que ya se había marchado y provocaron un suspiro de alivio por parte de Bell.

Pero rapidamente ese alivio desaparecio al sentir como la cucaracha se posaba en su nariz y lo miraba fijamente.

Quien sabe a cuantos dioses y en cuantos idiomas Bell rezo para que esa bestia tan temida por todos se marchara sin hacerle daño.

Pero sus plegarias no fueron escuchadas y la cucaracha permanecio ahí, esta se movio un poco hacia las fosas nasales de Bell, provocando ciertas cosquillas y causando un estornudo en el mismo.

–A-A-¡ACHU!– El fuerte estornudo de Bell provoco que la cucaracha saliera volando despavorida y que finalmente, la pelinegra despertara.

–*Bostezo* Mmm... Uh? Donde estoy?... Esta no es mi habitación... Oh... Ya recuerdo... jijiji~ sabes conejo~ tu respiración hace cosquillas~– Ante las coquetas palabras de Kaguya, Bell solo pudo usar toda su fuerza para finalmente liberarse del fuerte abrazo de oso.

–¡D-Deje d-de b-burlarse d-de m-mi!... ¡Y salga de mi habitación!– Un tomate quedaria en ridiculo ante Bell si de color rojo se tratase.

–Eres malo~... sabes~ deberias agradecer que alguien como yo te haga dormir en sus pechos~– Kaguya dijo para momentos después, ser cargada como princesa y ser sacada de la habitación de Bell.

La Justicia Y El ConejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora