Mi Nombre Es Syr, Syr Flova

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Narrador:

El ambiente en aquella enfermeria era pesado y tenso, todo esto provocado por aquella mirada proveniente de lo alto de la torre de Babel.

Todos los presentes, menos cierto conejo, sabian a la perfección quien era la persona, o mejor dicho, la Diosa que habitaba en ese lugar.

-"Freya..."- Astrea penso seriamente, el saber que aquella ninfomana tenia en la mira a Bell, era todo un problema, y no uno pequeño precisamente.

-"Que veo, un rival"- Kaguya en vez de preocuparse por la amenaza que Freya representaba, se preocupaba por saber que tenia otra rival con la cuál deberia combatir por el amor del peliblanco. (la pervertida contra la ninfomana)

-"Esa mirada nunca es algo bueno..."- Ryuu penso para ella misma, la elfa era conciente de algunos relatos que decian que cuando Freya posaba sus ojos sobre alguien, se lo llevaba si o si.

-"Ni modo, toca cojerse a Finn para obligarlo a entrar a la familia"- Mientras las demas se preocupaban por Freya, Lyra tenia sus propios pensamientos de acosadora sexual.

Cada una tenia pensamientos y preocupaciones algo distintas la una de la otra, pero lo que tenian en comun era una cosa, su preocupación por Freya.

-Bell, tienes prohibido el salir de la sede por los proximos... eh... 1000 años- Astrea no tardo ni un segundo en prohibirle la salida al albino.

Anque esto solo fuera una medida temporal, al menos hasta que todas las itnegrantes de la familia muriesen y asi Astrea poder volver al cielo sin ninguna preocupación, se olvidaba de que Bell no era un elfo, y el solo vivia por lo maximo unos 100 años.

-¿Eh? P-pero p-por qué?- El albino obviamente comenzo a cuestionar el porque de la decisión de su Diosa.

-Si quieres preservar tu pureza, es mejor que me hagas caso- Astrea volteo su mirada para ver fijamente a Bell mientras le contestaba.

-Es por esa mirada verdad- Recibiendo un asentimiento por parte de su familia, Bell decidio no insistir más en el tema.

Intentando calmar las cosas, Bell estaba por ofrecerse a cocinar el desayuno como era de costumbre, pero al final no pudo decir nada, ya que noto como una elfa pelirubia se acercaba hacia el.

-Lo que dijo Astrea-sama ya fue una exageración, pero es verdad, te explicaremos todo a su debido tiempo, pero por el momento solo debes tener cuidado al salir por las calles, si te sientes amenazado, corre, corre por tu vida- Ryuu sabiendo de antemano las locuras que Freya seria capaz de hacer por poner sus manos en Bell, advirtio a este mismo sobre los inminentes peligros.

–"¿Qué no debia tener cuidado siempre al caminar por las calles?" Entendido Ryuu-san– Bell asintio en sinonimo de que le quedo todo claro, y Ryuu regreso a donde se encontraba en un inicio.

–Momento... Eso quiere decir también que...– Bell giro su mirada con miedo hacia Astrea.

–No volveras a ir al Dungeon hasta nuevo aviso– Con una sonrisa que daba escalofrios, Astrea confirmo las sospechas del albino.

–Me lo merezco...– Aceptando su derrota, Bell no protesto más.

–Bueno, ya me encuentro mejor, me puedo mantener de pie por lo menos... Creo que puedo hacer el desayuno– Bell no pudo ni procesar lo que sucedia, cuando ya se encontraba en la cocina.

–Y volvemos a la normalidad...– Sonriendo levemente, Bell se preparo para comenzar con su labor como chef de la familia.

–Bien– Amarrandose su confiable delantal– Empecemos–

La Justicia Y El ConejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora