El emperador como cada año hace un baile de primavera, en donde todos los omegas solteros asisten para cautivar al emperador.
Pero esta vez el baile se hará debido a que el alfa del emperador se niega a anudar a sus concubinas, ¿Podrá alguno de los...
Un Yoon-Gi de 18 años estaba sentando en el suelo de la sala del trono viendo aquella silla que algún día ocuparía.
Pero Yoon-Gi no pensaba que iba a usar esa silla a sus venite años, jamás se le había pasado por la cabeza aquello.
Jimin era un bebé meses aún que algunas veces Yoon-Gi lo sacaba de su cuna y lo llevaba a pasear por todo el palacio.
—¿Alteza?.— Habló la omega haciendo una reverencia. —¿Por qué está sentado en el suelo?.
—¿No se ve aún más bonito desde aquí el trono, Yesung?.— Habló el alfa sin siquiera mirar a la omega.
—Mh, sí, seguramente sí, mí señor.— Sonrío la omega.
Yesung había llegado hace tres años al harem de Yoon-Gi y pronto se hicieron amigos, aunque ahora ya no la consideraba una amiga sinó que ya la consideraba su novia.
El alfa se levantó del suelo y caminó hacia la omega. —Tu serás mí hermosa emperatriz y tendremos muchos cachorritos, serás mí omega.—
Yesung sintió que su corazón se aceleraba mucho más de lo normal, ella quería ser la emperatriz, desde que llegó al palacio se propuso eso, y no descansaría hasta tener ese puesto, aunque Yoon-Gi se lo había asegurado ahora.
—¿En serio lo dice, mí señor?.— No estaba segura de que así fuera, necesitaba nuevamente que el alfa se lo diga.
—Eso, que serás mí omega, mí esposa, mí emperatriz, la mamá de mis cachorros.— Sonrío el alfa para luego darle un beso en su frente. —Debo irme ahora, tengo entrenamiento.
El alfa se fue y dejó a la omega allí con la felicidad que no le daba para si pequeño cuerpo. Se sentía tan feliz.
Caminó hacia el harem con una gran sonrisa.
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7 años después...
Habían pasado tres días desde la gran pérdida del primer hijo del emperador, Yoon-Gi estaba enojado con su alfa, aunque su alfa solo estaba neutro, Yoon-Gi no podía sentir dolor porque su alfa no lo sentía.
Yesung con lágrimas en los ojos entró y miró al alfa el cual estaba sentado en su trono con una cara de pocos amigos. —¿Cómo puedes estar así después de la pérdida de nuestro hijo?.— Gritó con dolor. —¿Es que acaso no te importa?.
Yoon-Gi se levantó de su trono y se acercó a ella. —¡Mí alfa no te quiere, nunca lo hizo!, Yo, yo era el que estaba enamorado de ti, pero mí alfa no. Mí alfa no te quiere de omega y es por eso que perdiste al cachorro, porque mí alfa lo negó y cortó el lazo.— Gritó completamente enojado.
