Capítulo 4: Presión.

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Los ojos azules de Jesús se posaban inquietos sobre la estructura frente a él. Se encontraba estático, su capucha apenas y dejaba ver la expresión que su rostro tenía en ese exacto momento, sus compañeros presentes en el aula suponían que su mente se encontraba maquinando alguna estrategia que le aseguraría la victoria a su dupla.

- ¿Crees que tu amigo también gane? - José María cuestionó al joven Alex, quien tendrá su mirada fija en la pantalla del aula, al escuchar dicha interrogante, el chico de con el pecho descubrió le miro con una gran sonrisa en su rostro.

- Ahuevo que si. - Afirmó sin dudarlo ni un momento. - El Chuy se ve de los que le echan coco a las cosas, seguro ya pensó en cómo darle en su madre al pinche cuatro ojos este. -

La confianza no desaparecía de su voz, lo que usó una sonrisa en la dupla de Alex.

- ¿Estuvieron juntos en secundaria?- Cuestionó José María.

- Nos acabamos de conocer. - La forma despreocupada en la que contesto D-von destacaron una gran confusión en José María, no le hacía sentido toda la confianza que Alex depositaba en el muchacho. José decidió no replicar demasiado y limitarse a observar la pantalla como el resto de su clase, quienes se encontraban impacientes por ver qué era lo que ocurriria.

La mirada del joven Carrillo siguió fija en aquella estructura creada virtualmente sin moverse ni un centímetro, tal vez sus compañeros tenían razón, el chico moreno se encontraba perfeccionando el plan que le llevaría hasta su gran victoria.

- Diosito ayúdame. - O tal vez era todo lo contrario.

La mente del muchacho abrazaba la derrota de la prueba como el evento próximo a suceder y no solo eso, también ya se visualizaba siendo echado de la academia por su pobre desempeño en este ejercicio, incluso visualizaba a su héroe favorito viéndolo completamente decepcionado, y si bien era una imagen bastante rebuscada, su cabeza se encargaba de hacer que esto hiciese sentido, lo cual solo aumentaba su nerviosismo al maximo. Mientras el moreno se desmoronaba por dentro, había alguien que lo miraba con cierta confusión, claro, aparte de toda su clase. Se trató de su dupla, la señorita Ameyal quien ya había tratado de comunicarse con Chuy un par de veces, siendo completamente ignorada, esta vez opto por un acercamiento mucho más directo, una palmada en su espalda.

- Si estas sin hacer nada, me imagino que es porque tienes un plan. - Insinuó la ojiverde provocando un pequeño escalofrió en el moreno debido a la sorpresa, aquella palmada lo había traído de vuelta a la realidad y aun así este tardo unos momentos en hallar las palabras adecuadas para responderle

- Em... ¿Yo los distraigo y tú te los echas?

- Si, creo que eso no va a funcionar... - Respondió tras un suspiro, claramente había un poco de preocupación en su rostro, la duda en la voz de su compañero no era una buena señal.

Su respuesta causo una breve carcajeada nerviosa en el moreno, quien desistió de retirar su capucha para poder encarar a su compañera, parecía que estaba vomitar en cualquier momento.

- Perdón, es solo que...- Exhaló.

No soy muy bueno para esto de los chingadazos. - Las palabras del chico provocaron una sutil risilla en la castaña.

-Tampoco yo. - Aseguró en un intento por aliviar los nervios del muchacho de ojos color cielo, quien se limitó a devolver la sonrisa por unos instantes.

- Pero tenemos que ponernos de acuerdo, o vamos a perder contra el mamón de Matías.

Las palabras de Ameyal contenían la verdad absoluta, Jesús no podía debatir nada contra ellas por lo que únicamente a suspiro nuevamente, en un intento por dejar todo su miedo y nerviosismo de lado, al menos por unos instantes. La cabeza del muchacho llegó a una conclusión rápida: Los dones. Si ambos tienen conocimiento de sus habilidades sobre humanas tal vez podrían idear una estrategia que les ayude a salir victoriosos de esta primera prueba.

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