Capítulo 1. Un encuentro inesperado

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Ya habían pasado cuatro meses desde que todo volvió a la normalidad y Bruno volviese a estar con su familia.
Era una mañana tranquila, que no se diferenciaba de ninguna otra. La señora Julieta, la tía de Camilo, le pidió a Camilo que vaya a la arboleda de la montaña a recoger unas frutas y algunas bayas. Camilo cogió una cesta y se fue.
Al estar ya en la montaña, empezó a cambiar su apariencia para llegar a frutas que estaban muy altas. Como aún era por la mañana, hacía una temperatura excelente, los pajaritos entonaban canciones y la brisa refrescante y regular daba a entender de que hará un día maravilloso.
Inesperadamente, el muchacho oyó un silbido, que no provenía de los pájaros. Los silbidos no cesaban, Camilo, que es muy curioso, decidió seguir el sonido. Cada vez los silbidos se oían más fuerte y el chico preguntó:

-¿Hay alguien allí?

Se escuchó un silbido más musical, Camilo se acercó y, sentada bajo un árbol, vio a una bella mujercita. Su vestido era precioso, en él combinaban un azul marino y azul celeste con un rojo sangre, un rosado delicado con un dorado resplandeciente.
Asombrado por la belleza de la muchacha, Camilo no puedo evitar quedarse sin palabras y paralizado.
Volvió a la realidad cuando la chica lo saludó moviendo su mano.
El joven cambiaformas avanzó hacia ella, cuando estaba lo bastante cerca, empezó a hablar:

-Hola guapa, ¿que haces aquí?

La chica quería responder pero no lo hizo. Sacó de su bolso un cuaderno y un lápiz y escribió su respuesta:

Hola, estoy buscando ayuda, llegué aquí huyendo de mi pueblo.

Camilo se extrañó de por qué en vez de hablar, la chica escribió.

-¿Por qué no lo dices sino lo escribes? Y, ¿qué pasó en tu pueblo?

Una vez más, ella escribió.

Conquistadores atacaron mi pueblo ayer por la noche. Eran muchos y todo el pueblo estaba en llamas. Soy una cuentacuentos y tenía el bolso preparado con un poco de agua y algo de comida. Por eso ahora mismo tengo la posibilidad de escribir esto para ti.
Me perseguían y yo intenté escapar, pero me hirieron. Me escondí en una cueva, tapé enseguida la herida, aunque es profunda y duele mucho. Cuando todo se calmó, salí y empecé a gritar pidiendo ayuda. Cada cierto tiempo, mi garganta empezaba a doler y para evitarlo, bebía agua. Pero, todo llega a su fin. El agua no ha sido una exepción. Seguía pidiendo ayuda, mi esperanza, igual que mi voz, cesaba. En un momento mi garganta ya no podía emitir sonido alguno. Agotadas mis fuerzas estaban, por un momento pensé que ese sería mi fin..... Como el de mi pueblo. El amanecer comenzó, los primeros rayos de luz hicieron brillar algo no muy lejano de mi. Resultó ser un río, me acerqué y bebí un poco de agua y deshice el vendaje en la herida para limpiarla un poco y después vendarla otra vez. Y ya llevo varias horas aquí, silbando con la esperanza de que alguien me oiga. Y como veo no fue en vano. Gracias por venir.

Camilo no lo podía creer, se preocupó bastante y le dijo:

-Lo lamento mucho lo que pasó en tu pueblo. ¿Me podrías enseñar la herida?

La muchacha deslizó suavemente una parte de su falda que cubría su pierna derecha. Camilo abrió los ojos como platos, ya que la pierna estaba sangrando y además la herida no solo era profunda, pero también bastante grande.

-No me imagino cómo has podido caminar con una herida así. ¿Como te llamas?

Mi nombre es Maryna.

-Tu nombre es precioso, igual que tú.

Maryna esbozó una cálida sonrisa.

-Yo me llamo Camilo, encantado!- le dijo estrechando la mano.

La chica mutuamente extendió su mano, pero no se esperaba que Camilo le daría un dulce beso en la muñeca.

-Mi tía puede curar tu herida y volverás a tener tu voz en menos de dos horas. Yo te ayudaré a caminar.

Pero, ¿cómo tu tía podrá curarme tan rápido?

-Toda mi familia tiene algún don, mi tía puede curar con su comida. Yo tengo el don de cambiaformas.

Camilo, para que la muchacha lo vea, se convirtió rápidamente en ella. Maryna, por su parte, se sorprendió bastante, pero escribió algo.

Eso es muy chulo! Pero yo también tengo un poder mágico.

Él se interesó y le pregunto si se lo podía enseñar. Maryna comenzó a hacer algunos movimientos con sus manos y cuando Camilo se quiso dar cuenta, a su alrededor el agua danzaba como si tuviera vida propia. Maryna devolvió el agua al río y Camilo exclamó:

-¡Alucinante! ¡Puedes controlar el agua!

La mujercita hizo una mueca de alegría, pero luego escribió otra cosa:

No es todo lo que puedo hacer.

La curiosidad del amable chico despertó otra vez.

-Qué más puedes hacer?- se interesó.

En ese momento, Maryna se convirtió en Camilo, dando a entender que también es cambiaformas, igual que Camilo. Después de transformarse a su cuerpo, hizo un movimiento parecido al que hizo para que el agua viniese, pero está vez,en su manos aparecieron llamas carmesí. Y con un movimiento más, desaparecieron.

-Increíble!

Soy portadora de estos tres poderes, pero mi don principal es el control sobre el agua.

Concretó de esta forma Maryna para aclarar dudas que le surgieron a Camilo.

-Bueno, ya llevamos un buen rato hablando. Ya es hora de irnos. A la de tres, te levantas, vale?

Camilo le estrechó la mano. Maryna asintió con la cabeza y se agarró de su mano.

-Una...dos.....tres!

Maryna se puso en pie gracias a Camilo, pero tardarían un buen rato hasta llegar al pueblo. Esto teniendo en cuenta que la muchacha no puede apoyar su pierna en este punto y tendrán que parar en algunos sitios para hacer breves descansos.
Camilo la sujetaba con fuerza pero sin hacerle daño. Hacían los descansos bajo los árboles.Llegaron al pueblo en una hora y, antes de dirigirse a la casa de los Madrigal, pararon en la plaza del pueblo y descansaron un ratito. Sin esperarlo, escucharon una voz:
-Camilo!?

Una Vida de EncantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora