Capítulo 19

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Lights On - Shawn Mendes

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H O T
"Ya la amo"

Sus labios están fríos, al igual que su cuerpo, no la culpo, acabábamos de entrar al mar hace unos segundos y ya estábamos en la orilla, recostadas sobre la arena.

Mi cuerpo se encarga de cubrirla del sol, ella está debajo mío, sin dejar de besarme, mi corazón está increíblemente acelerado.

Pero no me extraña, sé muy bien todo lo que Sofía puede llegar a causar en mí. El roce que tengo con su piel, es fascinante.

-Yo también te necesito ________- me susurra, acariciándome el cabello- No sabes cuanto...

Vuelvo a besarla.
¡Pero que ricos labios tiene esta mujer!

Mis manos se dirigen a su cuerpo, impacientes. A pesar de estar completamente excitada, decido controlarme, no quiero asustarla o algo así.

Sé que puedo ser muy agresiva al estar en un acto sexual. Y es que no lo sé, varias chicas hace unos años, estaban a punto de hacerme una demanda por haberlas "maltratado" en el acto.

Solo les jalé el cabello mientras ellas estaban en cuatro patas, y les di unas buenas nalgadas. Me enteré de que ellas eran amigas un día en una cafetería, admito que me sorprendió verlas juntas, y mucho más el saber que cada una le contó a la otra su experiencia conmigo y que planeaban hacerme una demanda.

Desde aquel momento, decidí calmarme, y no tener relaciones sexuales con nadie hasta que crea poder autocontrolarme en el acto.

-Quitalas.
Me dice ________, cuando me doy cuenta, noto que mis manos están acariciando los bordes de su pequeña lencería color amarillo, se la quito, como ella me ordena.

Me relamo los labios al verla.
Oh Dios mío.
Bajo hasta sus pies, y alzo la mirada, la vista es fuerte y bastante sexy. Suspiro, Sofía se quita el sujetador y lo deja caer sobre la arena, vuelvo a besarla.

Mis manos masajean sus pechos, siento al instante como su pezones se erectan, le muerdo el labio inferior levemente y me separo para mirarla a los ojos, sin dejar de tocar sus pechos.

Me dirijo a su cuello.
Comienzo a besarlo con extrema delicadeza, como si Sofía fuese de porcelana. Lo es, en mi corazón.

Al llegar a sus pechos, los beso, y lamo la punta de su pezón derecho para luego dirigirme al izquierdo.

Escucho sus gemidos de fondo, son tan delicados, tan perfectos... que juro podría relajarme al escucharlos.

-¿Realmente quieres hacerlo?
Le pregunto, con la respiración agitada, la punta de mis pies, toca el agua del mar, me estremezco, y ella también lo hace.

Sonreímos.

Ella se pone encima mío, y vuelve a unir nuestros labios, acaricia mi cuello con lujuria, y sus manos se encargan de deshacerse de mi bóxer, y en cuanto menos lo espero, me doy cuenta que estoy completamente desnuda, y debajo de una chica hermosa que también lo está.

-Te quiero Sofia- susurro, al verla sonreír mirándome.

Uno mis labios con los suyos nuevamente y la recuesto debajo mío, me acomodo entre sus piernas, que están separadas, lo suficientemente como para hacer todo esto cómodo.

Coloco mi glande en la entrada de su vagina y empujo con suavidad. Ella cierra los ojos, mordiéndose el labio inferior.

-¿Quieres que pare?
Le pregunto, extasiada.

Ella niega con la cabeza y menea las caderas mientras abre los ojos.

Su mirada es fuerte y me molesta muchísimo el no poder leerla.

Me hundo en ella con algo de fuerza, sus gemidos aumentan en gran cantidad cuando comienzo a moverme dentro de ella.

-Si...- susurro, escondo mi cabeza en su cuello, haciendo miles de esfuerzos por seguir llevando ese ritmo y no alterarme.

No arruinare este momento.
De ninguna manera.

-¡Oh, linda!
Exclamo

Sofía arquea la espalda, cuando retiro mi cabeza de su cuello, dejándome sus pechos a la altura de mi rostro. Suspiro.

Introduzco uno a mi boca y lo chupo con suavidad.

Son muy buenos. Sí... podría dormir sin ningún problema sobre estos.

-Más...
Susurra.

-¿Quieres más?
Ella asiente, acariciando mi cuello.

-Sí, sí...

Tomo impulso y comienzo a penetrarla más fuerte. Los gemidos de Sofía se hacen más ruidosos, y eso me encanta.

Puedo sentir luego de unos pequeños minutos sentir el caliente líquido de Sofía resbalar por sus piernas, me dejo ir de inmediato dentro de ella.

-Yo también te quiero ________.
Me responde.

Con la respiración agitada y rodeandome nuevamente con sus brazos. Suspiro.

Pues si ella me quiere, yo ya la amo.

Ángel negro; Sofia Carson | G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora