Válvula de escape

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Para BrizalithBalderramaG

Hay momentos en los que las cosas que no se dicen se acumulan y se acumulan, hasta que todo explota por los aires. A veces los silencios tienen tanto peso que se convierten en una carga muy dura de llevar. Pero una pequeña cosa puede hacer que todo lo que se contenía se expulse liberando el sufrimiento interior.

Parecía una noche cualquiera, el hokage volvía tarde a su casa como era su costumbre de los últimos tiempos. La pelea con Momoshiki dejó muchas preocupaciones no sólo para él por la defensa de la aldea, sino también por el destino de su hijo. ¿Acaso sería capaz de terminar con la vida de su primogénito? ¿cómo podría continuar viviendo si fuera llevado a ese extremo? ¿cómo vería a los ojos a su mujer e hija luego de pasar por eso?

No, no podía llegar eso. Debía encontrar una solución antes que eso. Boruto es su hijo, es parte de él y no puede imaginar un escenario más terrible que ese. Tampoco sabe cómo tratar el tema con su mujer. Con una madre tan amorosa como ella, que dejó todo por su familia, ¿cómo podría hablar de la posible muerte de su hijo?

Iba con esas preocupaciones, hasta que de manera automática entró en su hogar. No dijo nada, porque a esa hora nadie estaría despierto. Sin embargo, notó el cuerpo de su esposa que estaba sentada en la escalera y se paró ante él. No tenía la dulzura que suele ver en su rostro ni corrió a besarlo como suele hacerlo.

-Naruto, necesitamos hablar- dijo Hinata muy seria.

-Hola amor, ¿qué sucede?

-¿Cómo qué sucede? Necesito que me digas la verdad sobre Boruto. Algo malo está pasando y piensas dejarme afuera de esto... ES MI HIJO.

-Hinata, lo sé... ES NUESTRO HIJO.

-Si, pero intentas llevar su problema solo. Me excluyes. Traté de entender tus ausencias por ser hokage, traté de que las cosas no estallaran sin tu presencia en la casa. Los niños te extrañan, yo también lo hago. Pero tu sueño era más importante que tu familia, quizás eso me dolió pero también lo traté de entender. Pero no puedo dejar que el destino de mi hijo sea la decisión de otros. No puedes dejarme fuera de esto.

-POR FAVOR, HINATA YA DEJA DE DECIR TONTERÍAS- él apartó a su esposa de su camino, no tenía la fuerza para mirarla a los ojos.

-NO SON TONTERíAS... YA ESTOY CANSADA DE QUE ME DEJES DE LADO. ¿Es qué ya no nos amas?- dijo la morena entre lágrimas con un suspiro en su voz.

Él giró para ver el llanto de su mujer, ¿cómo podía llegar a pensar algo así? ¿cómo podía pasar por su cabeza tal idea? ¿qué les pasó como pareja para que ella dude de su amor? Otra vez sintió una profunda culpa, las cosas se iban de sus manos. Nada estaba saliendo bien, y si bien podía sobrellevar cualquier crisis laboral, no soportaba una crisis personal con las personas a las que más amaba.

Él la tomó en sus brazos y levantó su mentón para que ella lo mire a los ojos.

-¿Cómo puedes pensar algo así? ¿Qué no los amó? No sabes todo lo que estoy haciendo para proteger a nuestro hijo, y que estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de salvarlo. ¿Qué no te amo? Hinata, ¿qué no te amo? Eres no el amor de vida, eres MI VIDA.

-Entonces, ¿por qué me apartas? Es que no soy Sakura o Sasuke, no tengo la inteligencia de Shikamaru, ¿no sirvo para otra cosa que limpiar la casa y cuidar de nuestra familia? Ustedes también son mi vida. No quiero perder a Boruto y no quiero perderte a ti.

Naruto no pudo contenerse más y la besó con tanta intensidad que a ambos no les importó que estaban bajo la escalera expuestos a que sus hijos los encontraran. Él la alzó sin dejar de besarla y fue directo a su habitación. Desde la llegada de Kawaki y los problemas con Boruto habían tenido poca intimidad. Pero ahora se necesitaban con tanta fuerza que nada podría interrumpirlos.

Ella le sacó la capa y la camisa de manera violenta y él hacía lo mismo con las prendas femeninas. No podían hablar, sus miradas se cruzaban con ansias y deseo acumulados. En tiempos de crisis, en las horas más apremiantes ambos estuvieron para el otro, aunque no fueran pareja. Y en ese momento, necesitaban sentir la piel del otro, la danza de sus bocas, los besos, las caricias, la desnudez.

Ya en la cama, Naruto penetró a Hinata. Ella sintió un placer profundo, lo necesitaba, lo quería dentro, se sintió completa otra vez. Él, por parte, se sintió querido, amado, era su lugar, era su paraíso terrenal. Se extrañaban y se necesitaban, volver a estar así juntos fue un respiro. Él la embestía mientras succionaba un seno. Hinata gemía y acariciaba el cabello dorado de su esposo.

Ambos giraron y ella quedó arriba de él. Lo montaba subiendo y bajando de manera frenética, él la ayudaba con las manos en su trasero, marcando un ritmo fuerte y rápido. Ella bajó su rostro para besarlo y él repartió besos por el cuello femenino y volvió a atacar sus rosados pezones. Era su parte favorita, además de que sabía que ella era muy receptiva en esa zona.

El orgasmo se acercaba, ella se movía con más violencia, mientras él lamía sus tetas. De pronto, el interior femenino se contraía en un fuerte y devastador orgasmo. Él esperó a que ella terminara y la giró para dar nuevas embestidas que lo hicieron alcanzar el cielo. Acabó dentro de su esposa, y cayó sobre ella.

Salió de su interior y miró a los ojos a su mujer, ella también lo miró. Aunque el silencio inundó la habitación en sus miradas estaban grabados los sentimientos más sinceros de los dos.

-Te amo, Hina.

-Yo también te amo, Naruto kun.

-Yo a veces no sé qué hacer. No quiero que nada malo le pase a nuestra familia. Antes prefiero morir, que vivir sin alguno de ustedes. Sé que puedo equivocarme... pero es que esto es...

-Naruto kun... yo lo siento. Sé que estás muy presionado y yo debería entenderte. Llevas una carga muy pesada y yo...

-Hina, esto ha sido difícil para los dos. No tienes que pedirme perdón. Me doy cuenta que tanto tú como yo necesitábamos del otro. Aunque te enoje, quiero que me prometas una sola cosa: No vas a poner tu vida en peligro por querer salvarme otra vez.

-Pe pero Naruto kun... No puedes pedirme eso, yo quiero cuidarte, eres mi vida.

-No, Hinata. Nuestros hijos te necesitan. Yo te necesito, no puedo permitir que pongas tu vida en riesgo. Sabes que como hokage corro riesgos mayores, pero puedo sobrellevarlos si sé que tú estás aquí para mí. Yo no puedo vivir sin ti.

-Naruto kun, trataré. Pero...

-Nada de peros, prometelo. Los peores momentos de mi vida, fueron las dos veces que creí que te había perdido.

-Y ¿qué pasará con Boruto?

-Trataré de hacer todo lo que esté en mi poder para protegerlo. Hasta lo imposible, sabes que cumplo con mis promesas y yo te lo prometo.

Ella acarició el rostro de su amado. Todos sus miedos y dudas quedaron atrás. Su amor seguía tan fuerte como siempre. Ese amor que sintió desde que era una niña, ese sentimiento de admiración que con los años se volvió en una pasión intensa y en un amor profundo. Su esposo, su héroe, su amigo, su compañero, el padre de sus hijos, su vida.

Él se sentía en su hogar, porque ella lo era. Donde ella estuviera ese sería su lugar. Porque ella le dio lo que desde niño se le negó... amor, una familia, un hogar repleto de cariño, un espacio en el que jamás se sintió solo. No podía entrar en su cabeza la idea de perderla, no... antes prefería la muerte.

Las caricias se siguieron en besos y nuevamente se entregaron al placer de sentir sus cuerpos unidos. Hacían el amor como si fuera esa primera entrega, en la que desbordaba la pasión y la necesidad por el otro. Y siempre sería así, porque un amor como el de ellos podía soportar hasta los momentos más duros, y tenerse era su válvula de escape.

Naruhina One shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora