-Pero yo te amo- dijo en un tono susurrante, en el que se filtraba el anhelo por una respuesta positiva ante sus sentimientos.
-Basta, Hinata. Hoy no estoy de humor para tus juegos.
-Yo no estoy jugando, ¿por qué no puedes tomar en serio mis sentimientos? He hecho todo por llegar a ti.
Él la miró de arriba a abajo, plantando en su rostro la fría palidez de la indiferencia.
-¿Y acaso crees que por tener un gran escote o mostrar tu figura, eso llegará a mí? Por favor, Hinata, déjame llegar a mí casa. Todavía debo juntarme con Sakura para dar el informe.
-Siempre estará ella, ¿no?- su mirada perlada perdió la vida y esa fuerza arrolladora con la que enfrentaba la vida -Nunca nada de lo que haga servirá para llegar a ti. Sólo me vez como una gran molestia.
-Pues eres una gran molestia- dijo Menma sin notar lo que provocaron sus palabras. Ella abrió sus grandes ojos, y un gemido dio inicio. Él la miró sorprendido, jamás la vio así. Ella comenzó a llorar. Sus lágrimas caían sin parar. Él quiso tocar su brazo pero ella se soltó y comenzó a correr lejos de él.
-¡Hinata! ¡Hinata!- pero la perdió de vista. Era rápida. El recuerdo de esa reacción le hizo doler el estómago. Ella solía enojarse, gritar, golpear o destruir cosas. Pero jamás imaginó verla así, frágil, triste y desesperanzada. Algo en su interior le dolía al recordarla así. Pero era Hinata, ella volvería a buscarlo como lo hacía siempre y coquetearía con él como todos los días.
Sin embargo, ella no volvió. Ni al otro día, ni al siguiente, ni en una, dos, tres semanas.
Tres semanas.
No lo iba a recibir cuando volvía de una misión.
No se acercaba a él cuando se cruzaban por las calles.
No intercambiaba palabra cuando sus equipos coincidían.
Nada.
Nada de nada.
Y eso le molestaba profundamente. Aunque no quería decirlo. ¿Cómo contarle a alguien más que la chica a la que rechazó por años había dejado de buscarlo y la extrañaba terriblemente?
Se sentía un idiota y si se lo decían, no podría defenderse porque tenían razón. Su último momento juntos le dejaba un sabor amargo en la boca.
Lo peor vino en la cuarta semana, cuando el rumor de que la heredera del clan Hyuga había dejado de buscar al héroe Namikaze. Un sin fin de ninjas y jóvenes de la aldea decidieron que era su oportunidad para conquistar el corazón de la joven. Ella recibía flores y bombones por dónde caminará, nunca le faltaba algún ayudante para cargar sus compras.
-¡Demonios! ¡Estúpido cajón! Ábrete maldita sea. Rasennnn- dijo a punto de destruir el modular de su habitación.
-Hey hey detente- dijo su padre al evitar que destruyera todo su cuarto -El cajón no tiene la culpa.
-Oh papá... Déjame solo.
-¿Por qué no mejor me dices que te está pasando?
-Es queeeee... Bue bueno no sé cómo empezar.
-¿Por qué no empiezas por lo que hiciste para que Hinata se alejara de ti? Así pienso en la gravedad del problema.
-¿Co cómo lo sabes?- dijo el muchacho mirándolo atónito.
-Pues hace un mes que tú tienes un humor de perro y es precisamente el tiempo en el que ella no viene a visitarte ni la cruzamos cuando estamos cerca de ti. ¿Qué hiciste?
-Pues...
El rubio menor le contó a su padre cada detalle de ese día, incluso sintió una enorme vergüenza al decirle que la extrañaba. Pero era algo que necesitaba expulsar de su organismo, porque el silencio y el dolor carcomían sus entrañas. El hombre suspiró y decidió hablar al fin luego de meditar lo que iba a decirle.
-¿La amas o sólo extrañas su atención? Porque si es lo segundo no te conviene acercarte a ella, sería muy injusto de tu parte.
-Yo... Yo... Yo no lo sé. Sólo sé que sus lágrimas me dolieron más a mí, que verla triste y por mi causa me atormenta todos los días. Sé que cada vez que llegaba de una misión, esperaba verla con sus hermosos ojos y esa sensual sonrisa, ansiosa por mi llegada. Aunque nunca se lo dije, me encanta su carácter y su vitalidad, esa calidez que sólo mostraba cuando estábamos solos. Y cada día que se aleja de mí, siento que algo se rompe en mi interior. La extraño, la necesito, quiero estar con ella. Pero le fallé y no se merece alguien así, merece un hombre que la amé con fuerza e intensidad.
-Claro... ¿Y estás dispuesto a verla con ese supuesto hombre para que la amen así?
-ESO JAMÁS. ELLA ES MI MUJER- y el joven abrió los ojos sorprendido por sus dichos -Yo yo yo yo la amo. Oh por Kami, yo la amo. Oto san qué puedo hacer, fui un idiota. Y yo yo yo yo la amo. Y ella no me quiere más- Se tiró en su cama con un aura depresiva.
-Pues no será fácil porque tú la lastimaste. Y ella no cree que sientas algo por ella. Aunque algunos lo digan, no creas esa idea de que el amor es eterno, puesto que si no se cuida, los sentimientos pueden marchitarse y dejar de crecer. Puede que aún haya tiempo para que su amor no muera, pero sólo depende de ti. Porque ella ha hecho mucho por ti.
-Debes luchar por ella. Me gusta como nuera y quizás tenga nietos con Byakugan- dijo una pelirroja entrando abruptamente en la habitación. Ambos rubios tenían una gotita en la cabeza.
-Acercate a ella. ¿Desde cuándo nos rendimos en esta casa? Ya no eres un niño, pelea como hombre- dijo su padre.
-Si, seducela y hazme un nieto. Así ella no se alejara de ti.
-Mamaaaá.
-Bueno sólo decía.
Y así comenzó una lento y tortuoso pero merecido intento de conquista.
-Hola Hina.
-Namikaze.
-¿Hoy salen a una misión?
-Pues tengo mi traje para eso. Disculpa ya debo irme. Adiós.
Ella giró y le dio la espalda, mientras él se perdía en su pelo y su miraba descendía a su trasero. Por mucho tiempo, fingió que no le importaba pero... Las apariencias engañan.
-Esta dolida. No entiendo para qué quieres acercarte a ella. Ella está luchando para alejarse de ti, déjala tranquila.
-Pero yo...
-¿Tú qué? Por años la rechazaste.
-Shino, yo la amo.
-Pues demuestralo. Es mi mejor amiga, Menma, ya no quiero verla mal por ti. Si vuelves a lasti...
-No lo haré.
Regalos, no los recibía.
Invitaciones a salir, las rechazaba.
Intentaba hablar con ella pero ella siempre tenía algo que hacer
Claramente lo evitaba y eso lo volvía loco.
Pasaron tres meses de sufrimiento y agonía, hasta que por fin la suerte se puso de su lado. Les tocó una misión juntos. Sólo estarían ella, él y Shikamaru. Extraña combinación pero qué importaba si al fin estarían juntos.
En el camino, no cruzaron palabras. El idiota de Shikamaru era el único que hablaba y Menma sólo seguía su charla, mientras que ella iba adelante con su byakugan para evitar cualquier peligro.
La noche llegó y decidieron acampar, cerca tenían un lago. Era una noche cálida de verano, Shikamaru se ofreció para hacer la guardia porque Hinata había usado demasiado tiempo su byakugan. Ella le agradeció y se dirigió al lago. Menma vio como se perdía en la espesura de los árboles.
-Es tu oportunidad.
-¡¿Qué?!- dijo Menma sorprendido.
-Ya no soportamos que estén peleados. Están todo el tiempo lamentándose y parecen almas en pena. Hinata no pelea con nadie, ya perdió su energía y pasión. Y tu estás más emo que nunca. Ve allí y hazla tu novia de una buena vez.
Menma miro sorprendido a su estúpido amigo. Sin embargo, Shikamaru aunque se comportaba como un tarado, tenía destellos brillantes en algunos momentos como ese.
Camino hacia al lago para encontrarse con la imagen más sensual que había visto en su vida. La mujer de sus sueños desnuda bajo una cascada entrenando sobre el agua. Lentamente se quitó la ropa y comenzó a nadar para acercarse a ella. Cuando sacó la cabeza del agua, pudo ver todo el esplendor de una diosa hecha humana.
-¡Hinata!
Al escucharlo, ella se dejó caer en el agua para que él no la viera. Al salir a la superfie, Menma ya estaba más cerca.
-Qué qué qué ¡¿Qué haces aquí?!- cubrió su pechos con su brazos -Vete, estoy desnuda.
-Pude notarlo- dijo el hombre con una sonrisa zorruna.
-Alejate de mí, Namikaze.
-¿Por qué? También tengo ganas de nadar y bañarme.
-Esta bien, me iré yo- cuando la joven se dispuso a alejarse, él la tomó del brazo para atraparla en un fuerte abrazo. Ella jadeo ante el contacto entre ese pecho fuerte y todo marcado, contra sus senos desnudos y su estómago traidor, que cobraba vida ante el contacto masculino. Aunque en su mente deseaba escapar, no había otro lugar en el que su corazón quisiera estar.
Tantos sueños y fantasías, pero Eres una gran molestia. Acaso crees que un gran escote... Esas palabras le habían dolido, le dieron una profunda vergüenza. Otra vez se sintió desnuda y tonta. Frustrada y confundida, qué quería con ella. Para qué hacerla sufrir. Y no lo soportó más, otra vez lloró en sus brazos.
-¿Qué quieres de mí? Vete, déjame sola. Ya no quiero esto- y las lágrimas corrían sin parar.
Al principio, él sintió una profunda excitación, tenerla contra su cuerpo completamente desnuda ante la luz de la luna, que hacía brillar sus ojos perlados y su blanca piel. Pero pasar a verla llorar, tan triste por su culpa, era un puñal para su alma.
-No, no llores, Hina. Pégame, gritame, sella todos mis puntos de chakra. Pero no llores, amor.
-¿Amor? ¿No no no soy una gran molestia?
-Lo eres- él sonrió pero ella bajó la mirada perdiendo la esperanza -Eres un veneno que me consume cuando no te veo, eres como el aire que respiro y sin ti no puedo vivir. Perdóname, tuve que perderte para darme cuenta de lo que siento.
-¿Y qué sientes?- dijo ella dubitativa y pensando que se había golpeado la cabeza y deliraba en alguna de sus fantasías.
-Siento que... Te amo. Te amo, Hinata Hyuga. Quiero que seas mi novia.
-¿Qué? ¿De verdad? Pues yo...
Un kunai casi se entierra en la espalda de Menma si no fuera por Hinata que lo esquivó. Un grupo de ninjas renegados los rodearon. Él inmediatamente creó clones para luchar contra ellos, mientas protegía a Hinata pata que salga y encuentre su ropa. La batalla fue más dura de lo que él creía, tuvo que alejarse de ella.
Cuando iba a agarrar la ropa para vestirse, uno de los ninjas se la quitó. Por la poca luz, no habían alcanzado a verla, hasta que ella se acercó y su visión los dejó anonadados, tanto que ella aprovechó esa distracción para sellas sus puntos de chakra. No sin antes evitar la molestia de los rostros sonrientes y babosos de los afectados.
Cuando estaba por vestirse otra vez fue interrumpida por otro ninja, que sólo llegó a tocarle el pelo. Pero eso fue lo último que hizo en el día porque un rasengan le impactó de lleno.
-¡Idiota! ¿Cómo te atreves a tocar a mi... ¿Novia?- dijo mirándola con ojos de cachorrito.
A lo que ella finalmente y con una sonrisa perversa, asintió. Él la iba a besar, cuando Shikamaru apareció como recién despertandose de una siesta.
-mmmm qué pasó, ¿ya se arreglaron?
La pareja revoleo la mirada, qué podían esperar de su amigo.
ESTÁS LEYENDO
Naruhina One shot
FanfictionAlgunas historias a pedido de mis queridos lectores ♥️ Los personajes no son míos pero si la historia.