La noche se acercaba y el sol empezaba a brillar dorado sobre aquellos montes que se miraban a la lejanía.
Las farolas se iban encendiendo, junto a ellas las polillas que se iban acercando a la luz.La hora de los fuegos artificiales se acercaba, y la multitud se iba amontonando frente a la presa.
Una silueta negra frente al sol se veía nerviosa, y aunque distante, tan cerca que podía sentir su corazón latiendo.
El sol descendió hasta que su brillo desapareció de los montes sin dejar rastro o evidencia de su viaje.
Finalmente cuando la luz se había ido, los fuegos artificiales empezaron a ascender tras la mujer que estaba frente a mí, esa chica que temblaba nerviosa y sonreía con ternura.
Rugieron los fuegos artificiales y frente a mí la chica se dignó a hablar.
(???): ¿Querrías ser mi-
-Salimos del restaurante y habíamos caminado un tanto juntos en silencio.
Débora además de ser una chica tímida, es una persona muy femenina y enérgica.
Débora: Oye... mira ese puesto.
Débora, emocionada y tímida, señaló un puesto en que tienes que disparar al blanco y dependiendo de la cantidad de puntos logrados puedes obtener un peluche.
Débora: Tengo muy mala puntería...
Reyes: Eso es muy triste.
Débora: Si... Lo es.
Reyes: Si.
Débora: Si... si alguien más pudiera hacerlo a cambio.
Reyes: Ojalá llegara un día cuando una persona se rente para hacer esas cosas.
Débora: No necesito alguien como eso.
Reyes: Que mala suerte.
Débora: Sip... sería mejor alguien de confianza.
Reyes: Si. Pero, ¿Quién?
Débora hinchó sus mejillas y frunció su ceño tiernamente.
Entendí sus indirectas.
Pero...
Es demasiado adorableeeeee.
Se fue algo decepcionada a otro puesto.
Creo que será mejor darle la sorpresa
Pagué el juego y disparé un par de veces.
Mi objetivo era un gato gordo de peluche de un metro.
Luego de 3 intentos, solo logré darle a un blanco.
–Reyes: ...
Miré de manera despectiva al pequeño llavero que colgaba de los dedos del dueño de el puesto.
Dueño: Es todo, ¿Lo va a querer?
Reyes: ¿... Esa... Esa... Esa miseria?
Dueño: Es la miseria que logró ganar...
Reyes: .... Ah... Preste pa'ca
Le arrebaté el llavero de cinco centímetros de las manos.
Miré despectivamente también al dueño de el puesto.Respondió a mi mirada, sacó el dinero y se puso a contarlo frente a mí.
Un zorrito hecho de estambre con ojos de botón me miraba desde mis manos.
Reyes: No puedo dárselo...
Débora: ¿Hm...?,¿Porqué?
Reyes: Es demasiado horrible, y solo mide cinco centímetros.
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Sugar Fruit.
Teen FictionReyes es un chico de 17 años que está enamorado de la mejor amiga de su mejor amigo Fausto. Igualmente Fausto está enamorado de la mejor amiga de Reyes. Ambos se ayudarán a cumplir sus objetivos. Pero, varios problemas hacen que lo que sería un triá...