𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗

𝓗𝓸𝓻𝓪 𝓼𝓮𝓲𝓼

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12:05am

EL AUTOBÚS DONDE ______ SE ENCONTRABA COMENZABA ALEJARSE, Y NI EL GRITO DE FIVE DESDE LO LEJOS LO IBA A PARAR. La castaña no lograba escucharle, pues todos los presentes en el vehículo estaban cantando una especie de iniciación para un tal ojo del mas allá.

Bichos raros. Pensó ella.

—¡_____! —Gritaba Five tratando de que
la escuchara, aunque el sabía que no la
iban a dejar ir. Era una maldita secta donde sacrificaban adolescentes lavados de la mente a la purga— Mierda.. _____!

Metió la cabeza al auto y piso el acelerador, alcanzando el autobús que estaba pasado de velocidad.

—Ingenua tenias que salirme —Se quejó molesto Five— No puedes alejarte, no, tampoco podías esperarme, ¡tenias que irte con las peores personas lavamentes en la ciudad! Perfecto, _____.

Perfecto.

Five cegado por la rabia y preocupación, casi choca con el auto que se había atravesado en frente suyo, apartándolo de la oportunidad de recuperar a la castaña.

—¿Que mierda te pasa? —Salió del auto
molesto— ¿Quieres que te pegue un tiro? Porque eso acabas de ganar.

Five apuntó al auto frente a el, divisando a un chico con mascara saliendo de aquel auto. El desconocido bajo su arma, al ver que no tenía ventaja, y se quito la mascara.

—No me jodas, ¿es en serio?

—¿Quien carajos eres tu? Déjame ir, se nota que no vienes a matar.

El castaño se echó a reír ante tales palabras del chico.

—Cameron Pimentel, cierto? —Inquirió Five.

—¿Como sabes mi..?

—Tu querida e inocente novia me lo
dijo —Mintió interrumpiéndole.

—¿Donde está? —Cameron frunció el ceño, molesto.

—Con personas malas de la cabeza-Dijo con simpleza, escondiendo la preocupación que eso le causaba.

—Y la dejaste ir? —Gritó Cameron acercándose a Five a paso firme, sin importarle un momento la pistola que le apuntaba— ¿Como la pudiste dejar ir? ¿Donde mierda está?

—¡Ya cállate de una maldita vez! —Pidió el ojiverde disparandole al aire para callarlo y dándole a saber que estaba cargada —Primero, acabas de dejarla ir en el autobús azul todo raro que hace paradas cada cierta distancia dejando a alguien para morir de la peor forma posible, y segundo, cálmate o te voy a disparar.

—Aún no se como carajos la tenias, pero lo que me importa ahora es recuperarla.

—Así se habla —Sonrió cínicamente Five— Por fin empiezas a pensar, ahora, dame las llaves que iremos en tu auto.

—¿Que? no, es mi auto, yo conduzco.

—¿Quien tiene la pistola?

—Idiota.

La bala del arma le pasó rozando la pierna al novio de _____, causando que este se quejara de dolor y cayera al piso, y aunque solo fue un roce, dolía.

—Solo hay una persona que me puede decir idiota en este mundo, y no eres tu. —Advirtió Five caminando hasta donde estaba tirado el chico y qutándole las llaves— Voy a subirme a este auto, y si sigues tirado en el piso como una nena en diez segundos, te dejo aquí.

Cameron se levantó del suelo, odiando
totalmente a Five, y tenía sus claras razones. La cuenta regresiva iba por tres, y Cam estaba ya abriendo la puerta del copiloto, había llegado aguantando la herida, para no quedarse solo en la autopista esa noche. Ambos, con la peor compañía del otro, comenzaron la búsqueda de la chica.

El silencio era inevitable en el auto, mientras iban a toda velocidad por la autopista, Cam no pudo evitar preguntarle:

—¿Como conoces a mi novia?

—Todos la conocen, es la hija de uno de los responsables de que esta noche se expandiera por todo el país –Respondió con simpleza y obviedad sin mencionar que se postuló para alcalde para las próximas elecciones.

—Sabes que no me refiero a eso.

—La secuestré.

—¡¿Que carajos planeabas hacer con
ella?! —Exclamó realmente molesto el novio de la muchacha— ¡¿Matarla?!¡¿Violarla?!

—¡No, carajo! Ni se como te soporta, eres estresante. —Confesó.

—¡¿Entonces para que mierda la secuestraste?! —Five no respondió— Dinero, tal vez?

—No, no es dinero —Five lo miro amenazante, y el lo miraba igual— Y si podrías callarte esto seria mucho mejor.

—Claro, como no es tu novia y no te importa, te da igual.

El no lo negó, pero tampoco lo afirmo.

—¡Allá esta el autobús! —Avisó Cameron señalando la luz azul de adelante, el cual se detuvo frente a unos purgantes, mientras una persona bajaba de el tranquilamente.

Los purgantes avanzaron hacia el, con hachas. Una se la clavaron en el estomago, otra en la pierna, otra en la cabeza, y así murió de la peor manera posible.

Una chica de cabello largo bajo del autobús corriendo lejos del lugar, y los purgantes al darse cuenta, la empezaron a seguir. La chica gritaba por ayuda, un grito desgarrador.

Espera.. ¿esa no es _____?. Pensó Five al ver mas de cerca a la chica. Mierda, es Samantha que coño hacia Sam en ese autobús?

Five se detuvo de golpe a distancia favorable, para que ella se subiera y poder arracar.

—¡Sube!

Sam abrió la puerta con apuro y la cerró, gritando un fuerte "Arranca!" y Five no protestó a su mandato. Los purgantes trancaban la calle, pero no iba a devolverse, así que presiono el acelerador lo mas fuerte que pudo, haciendo que tres de ellos se apartaran, sin embargo uno no lo logró,siendo atropellado dolorosamente por el auto.

Luego de dos minutos en silencio, ignorando las preguntas de ambos, Sam reaccionó, susurrando algo que la había dejado sorprendida allí dentro.

—_____... Ella me salvó.

THE PURGE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora