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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝕜𝕖𝕚𝕜𝕠:
La información que habíamos recaudado Kyoko y yo era bastante útil, teníamos un plan y teníamos un propósito, mientras Kyoko y yo corríamos a velocidad hacia aquellos basureros, lágrimas resbalaban por las mejillas de mi querida amiga...sabía que estaba totalmente preocupada y no la culpo, yo estaba realmente tensa por lo que podría pasar en esos minutos.
Mi mente estaba en total concentración en el plan, tenía que quedar perfecto o perderíamos la esperanza que nos quedaba para ser felices...mis pies corrían a gran velocidad, ni siquiera me importaba quien estuviera frente a mi, tenía que llegar antes de que ese monstruoso suceso empezara, a lo lejos vi las grandes puertas color verde oscuro, le hice una señal a Kyoko, ella rápidamente entro y se escabulló hacia el escalón inmenso de carros destruidos, por otro lado yo buscaba con la mirada entre la multitud a aquel chico con problemas...
- BAJI!! - Un grito desgarrador se escucho, reconocería esa voz en donde fuera...
𝑇𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑎𝑡𝑟𝑎𝑠...
- weona comelo!- sostenía una cuchara desechable en la mano la cuál apuntaba hacia mi boca, su cara era con disgusto y estrés.
- nop! No me gusta- me cruce de brazos y gire mi cabeza con indignación- preferiría pasar el fin de semana en una heladera a comer cebolla
- dices que eres independiente y te cuidas tu sola, pero no puedes comer una cebolla ¡JA! que débil keiko- arquea su ceja con victoria y me mira con una sonrisa algo malvada
- QUE?! Hija de.... Ughhh- tome la cuchara y comí aquella asquerosa cebolla- ¡JA a quien le llamas débil!
- ajá si, eres realmente fuerte- se levanta de el asiento de la cafetería y ríe con tranquilidad
- lo soy!- sonrió victoriosa y me levanto al igual que ella, tomo la charola de comida y Kyoko hace lo mismo, caminamos hacia el depósito y dejamos las charolas para seguir nuestro camino.
- ¿Cómo vas con el proyecto de matemáticas?
- pfff ni me lo recuerdes...no eh terminado ni un ejercicio- suspiró con pesadez, realmente matemáticas me molestaba y me estresaba de solo pensar en aquel proyecto
- necesitas ayu- antes de poder terminar aquella frase, Kyoko tropezó con un escalón, cayó completamente de cara- ugh maldición...
- hey! Estás bien?- un chico bastante alto y con el pelo largo y azabache se agachó un poco preguntando a la torpe de mi amiga si se encontraba bien, a su lado un chico rubio de ojos verdes esmeralda la veía con preocupación
