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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝕜𝕖𝕚𝕜𝕠
Ya había pasado un tiempo desde el incidente con el chico peloplatano y kyoko me dio la razón en todo...bueno menos en la parte donde salí a escondidas y no le avisé, pero me dijo que tendría que pagarle con algo ya que casi la matan los profesores, decidí que sería con algún otro manga pero el vecino el cual tenía colecciones ya no quería salir conmigo por qué la última vez que salí con el...pueeees digamos que salió manchado de salsa de tomate, tengo que buscar alguna otra alternativa para que kyoko me perdone por el trago amargo que le hice pasar, pase noches enteras pensando en que hacer para ayudarla pero fue en vano
— me falta el nivel 10 aún—dije decepcionada, Caminábamos por los pasillos de la escuela charlando sobre un videojuego que nos gusta a ambas
— yo sigo sin poder conseguir a xiao— suspiro con pesadez y hizo un pequeño puchero
— nuestra vida esta sobrevalorada— le di un pequeño golpe en el hombro y reí ante nuestro sufrimiento
— jajaja confirmó— dijo riendo mientras empezamos a subir la escaleras hacia los salones de el 3 piso de la escuela
— hey! Hola chicas! — frente a nosotras aquel chico rubio de ojos verdes esmeralda estaba recargado en una de las paredes antes de seguir subiendo, su amigo azabache estaba junto a el de la misma manera y mirando detalladamente a kyoko
— ah! Hola chifuyu!!— corrí hacia ellos dejando atrás a mi amiga la cual subía con calma— como se encuentra tu amigo?
— disculpa? — aquel azabache me miro confundido y un una ceja levantada
— Keiko se refiere a el amigo rubio de chifuyu— mi amiga llegó a tiempo para aclarar la confusión de baji con calma
— Ahh...Y cual es tu nombre? — miro a mi amiga con tranquilidad y una sonrisa despreocupada
— eh?! Emm puees...Soy kyoko— desviaba la mirada de aquel chico y eso era obvio que indicaba vergüenza a lo cual no pude sonreír por la actitud tan tímida de mi amiga cerca de ese pelinegro
— y kyoko...Por que no me miras a los ojos?eh? — se acercó a el rostro de mi amiga poniéndose a su altura, siendo sincera casi se rompe la espalda al agacharse tanto
— que?! — dio unos pasos hacia atrás con miedo haciendo que casi cayera por las escaleras, por suerte baji la tomó de la cintura y la ayudó a equilibrarse— Emm Keiko creo que ya tenemos clase...— mi amiga me dio un golpe con el codo haciéndome entender que nos fuéramos o estaría demasiado sonrojada que se notaría a miles de kilómetros
— van a su clase de irnos? — el azabache empezó a carcajearse por nuestra absurda excusa la última vez lo que vimos y tuvimos que escapar
— clase de que?— kyoko me miro confundida mientras yo reía de mi propia estúpida excusa
