~capítulo 10~

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Nota autora: holaa ¿como andan? Quería que me cuenten que les parece el fanfic y me dejen: opiniones, ideas, preguntas. Lo que sea que lo voy a estar respondiendo. Y gracias gracias por las 500 vistas, para ser mi primer libro es un montón. Lxs amo <3

—Nunca más me vuelvo a subir a una montaña rusa, ¿me escuchaste? — le digo a Anthony después de casi vomitar cuando baje del juego de la muerte.

—Tampoco fue tan grave. —él solo se reía y yo lo quería asesinar con la mirada— Bueno, mejor me callo, esa mirada me asusta.

Veo a lo lejos una cabina que parece de fotos.

—¿En serio pusieron una cabina de fotos en medio de la plaza? — pregunto desconcertada.

—Me diste una gran idea. Vení. —empieza a correr y yo voy tras de él.

—¿Querés que nos saquemos una foto?

—Obvio, entrá. — dice él sonriendo.

Anthony pone el billete para que empiece a sacar las cuatro fotos.

—¿Caras raras? — propongo temática.

—Acepto.

En la maquina hay un contador para saber cuando hay que posar.

En la primera foto yo hago una boca de pez con mis labios y él pone los ojos bizcos.

En la segunda yo me toco la nariz con la lengua y él saca la lengua afuera sosteniendo su boca con sus dedos.

En la tercera yo pongo mi mano haciendo una forma de cuernos y saco la lengua a un costado; él enarca una ceja y saca el dedo corazón.

En la cuarta... yo simplemente no pude aguantar la risa y me reí tanto que lo miré, el tampoco pudo aguantar la risa y también me miró. La foto capturo el momento en el cual nuestros ojos se encontraban de una manera magnífica, podría jurar que brillaban.

Me di cuenta en cuanto salió la foto.

—Yo me quiero quedar las últimas dos. ¿Puedo? — pregunto algo tímida.

—Si las vas a tener en la mesita de luz, sí.

Yo río y el parte la tira a la mitad, para darme las otras a mí.

—Esperame acá un rato, no me espies. — me advierte Anthony mientras pasa por atrás de mi y escucho sus pasos corriendo.

Me quedo en el lugar, quieta. No sé que estará haciendo y eso me da bastante miedo la verdad.

Pasan unos poco minutos y escucho la voz de Anthony atrás mio.

—Date vuelta.

Le hago casi y lo veo con un globo de helio en forma de corazón.

—Lo ví y te lo quise regalar.

Algo en mí hizo click y no escuche más de lo que dijo, mi corazón latía a mil por segundo. Mi cabeza estallaba ante tanto afecto y me quise dejar llevar.

Me lanzé hacia él y lo besé, sin preocupaciones ni miedos, solo éramos él y yo. La noche estaba llegando y el sol se estaba yendo.

Era el momento perfecto, indicado, soñado.

Él me agarro de la cintura y me atrajo hacia él, aún con el globo enredado en el dedo índice.

Mis brazos estaban enredandole la nuca para acercarlo más a mí.

No sé que siento por él y tampoco es mi prioridad ahora, recién lo estoy conociendo. Lo único que tengo claro es que me quiero quedar asi con él para siempre; es sus brazos.

Estuvimos así por un rato hasta que nos separamos.

Él me sonrió y me engancho en globo en la muñeca.

—Gracias por todo esto, Anthony. — le acaricio la nuca.

Me robó un besito rápido en los labios y se río como un nene que acaba de robar un caramelo en el kiosko.

—¡Palito bombón helado! ¡Palito bombón helado! — gritaba un señor con un carrito.

—¿Queres un helado, t/n? — me pregunta.

—Si vos queres sí.

Sin más me agarro de la mano y corrimos para llegar a él.

—Hola, queremos comprar helados.

—Perfecto, ¿que le doy a la parejita? — dice el señor y creo que mis mejillas se sonrojaron un poco.

—Yo quiero un palito de agua, ¿vos que querés?

—Un bombón.

—Tomen chicos. —Anthony paga los helados— Gracias.

El señor se va y Anthony vuelve a hablar.

—Un bombón sosteniendo a un bombón que está mirando a otro bombón. — dice acercándose a mi y poniendo el helado entre nosotros, sonrío.

Agarro y el helado y le agradezco.

—Nunca probé el bombón. — dice él.

—¿En serio? No sabes de lo que te perdes. ¿Queres probar? — le ofrezco el helado.

—Con gusto. — se inclina a morder el helado pero se lo saco y lo chupo yo —Ey, me dijiste que-.

Lo interrumpo con un beso.

—¿Te gusta? — le pregunto sonriendo satisfecha.

—¿El beso o el helado? — chupa con su lengua los restos de chocolate que le quedó cerca de su boca.

—El helado.

—Me encantó, pero no le sentí muy bien el gusto. Tal vez si lo probara otra vez. — dice acercándose a mí.

Yo niego con la cabeza alejandolo.

—Más de mi helado no te voy a compartir. — él pone un puchero como un bebé y yo me río para darle un beso muy cortito.

—Eso es injusto.

—¿Nos sacamos fotos? — pregunto sacando mi celular de mi cartera.

Sacamos un montón de fotos divertidas y otro un poco romáticas: como por ejemplo la que estamos besando cada uno una parte de el corazón que me regalo.

Se nos pasó la tarde rapidísimo y yo lo único que no quería era volver a casa. Quería quedarme acá, en este momento.

—Vamos t/n, así te acompaño a tu casa. No quiero que vayas sola.

—Está bien. — solo accedí porque mi casa queda acá a una cuadra y quería pasar un poco más de tiempo con él.

Llegamos a la puerta de casa en silencio, pero del silencio cómodo, reconfortante.

—La pasé muy bien con vos hoy. — digo ya en frente de la puerta de mi casa.

—Me encantó ésta salida. — tambalea en el lugar nervioso— tal vez otro día podemos repetirlo si queres...

Sonrío ante su nerviosismo y para calmarlo un poco lo despido con un beso tierno en los labios.

—Chau, Anthony.

—Chau, linda. — dice con una sonrisa en la cara.

Entro a mi casa y me estaban esperando Miguel, Rosa y Carmen en la mesa.

—Emmm, —me aclaro la garganta— ¿ya está lista la cena?

—Chau linda. — dice mi hermano imitando a Anthony mientras se ríe.

Mis mejillas automáticamente se vuelven rojas.

—¿En serio se escuchó? — digo con mala cara.

—La verdad se escucho como se estaban besando. —me dice rosa— Tranquila yo hacía lo mismo a tu edad. — se ríe.

—Ahora a comer y otro día nos contará lo que pasó.

Le agradecí internamente a Carmen y me senté en la mesa. Mi hermano no paraba de cargarme y yo lo quería matar. Pero al fin y al cabo, era divertido.

Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora