Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.

~capítulo 11~

Narra Anthony

Estaba llegando a casa y no puedo dejar de pensar en ella, en sus labios, en su pelo, en mis manos agarrando su cintura, en nuestras miradas. Hoy me va a costar dormir.

Abrí la puerta y estaba mi papá sentado en la mesa. Parece que me estaba esperando.

—¿Mamá y Sam? — pregunto mientras dejo las llaves en la mesa.

—Se fueron a acostar, estaban muy cansadas.

—¿Pasa algo que me parece que me estás esperando?

—Mamá me dijo que saliste con una chica. ¿Querés hablar?

Yo lo miro extrañado, él nunca se había tomado un tiempo para mí.

—Mira, sé que últimamente no estoy para vos en esta etapa particular. Pero quiero remediarlo, quiero que confíes en mí. — dice triste.

Sonrío y me siento en frente de él.

—Sí, salí con una chica. — digo.

—¿Te das cuenta que estás sonriendo? —dice riéndose— y de que tenes... —tose un poco incomodo— labial en tu cara.

La tonta no me dijo nada, me intento sacar el labial con la mano y me queda toda la mano roja.

—¿Quién es la chica? — pregunta intrigado.

—Ya la conoces. — hablo un poco nervioso.

—¿Lia?

—No papá, ella es una amiga.

—¿Entonces?

—T/n.

Abre los ojos como si eso nunca se lo hubiera imaginado. —¿T/n? —asiento— Wow eso es... genial creo.

—Sí, es muy linda y divertida.

—Pero me parecía como que se peleaban todo el tiempo, en el dojo no parecían enamorados.

—Creo que ninguno de los dos sabemos demostrar amor al otro, —me agarro la nuca— pero ya vamos a aprender, somos chicos todavía.

—Contame, ¿qué hicieron? — pregunta poniendo las manos encima de la mesa.

—Mirá, —saco las fotos de mi bolsillo— nos sacamos fotos en una cabina que había en el parque. — sonrío.

Mi papá sonríe melancólico como si hubiera recordado algo.

—¿Pasa algo? — interrogo.

—No, solo que yo cuando era un poco más grande que vos también invite a una chica a salir y nos tomamos fotos en una cabina. Y me trajo un montón de recuerdos.

—Ella se quedó con las últimas dos. También nos sacamos fotos y le compre helado. — me río ahora que me doy cuenta el acto chiquilin que hice, pero a ella le parecía gustar.

—Parece un hermoso plan. —sonríe— Y por lo que veo en tu —se señala la boca— boca, también se besaron.

Toso un poco incómodo y recuerdo ese momento que no quería que termine.

—Emm, sí. Nos besamos.

—¿Cómo fue? ¿Fue lindo? — pregunta con una sonrisa en la cara.

—Yo le había comprado un globo de forma de corazón y de la nada me besó.

—Parece que la volves loca.

—Pero tengo miedo.

—¿De qué? — me pregunta.