Falling for U #1: Días de Enero [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]

CUATRO

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La familia Haibara, los dueños de la panadería, por fin habían vuelto de sus vacaciones. Kento estaba agradecido, no sólo porque era agotador trabajar una jornada completa, sino también, porque extrañaba a Yu, su mejor amigo.

Por supuesto que lo primero que hizo, además de entregar las cuentas claras y las llaves de la tienda, fue contarle a Yu sobre el extraño tipo de cabello blanco como la nieve.

—Lo estás inventando —dijo Yua, la hermana menor de Yu, tenía una mueca pensativa y un puchero en los labios—. Sólo soñaste con un príncipe —añadió con inocencia.

Kento la miró horrorizado por un momento, luego se giró hacia Yu, quien se estaba atragantando con su propia carcajada; apretó los labios y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Tienes que admitir que es muy gracioso —se excusó Yu, pero Kento hizo oídos sordos, obligando a Yu a dejar ese tema por la paz—. Escuché de una señora, que los Gojo trajeron a su nieto.

—Eso explicaría la ropa de diseñador.

—Si nos volvemos sus amigos, quizá consigamos algunas cosas bonitas —sugirió.

—Eso es materialista, además de grosero —Kento suspiro—. Pero tampoco es mala idea.

Yu sonrió con complicidad, sabiendo que ninguno de los dos estaba hablando en serio sobre el asunto.

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Más tarde ese día, Kento no se sorprendió cuando el chico de cabello nevado apareció en la panadería, justo antes del anochecer. Al igual que la primera vez en que se vieron, llevaba los lentes de sol sobre la cabeza y en sus pisadas había un aire arrogante. Pensó que si continuaba mostrándose de esa manera, nadie le creería que alguna vez tuvo el disgusto de verlo hecho un desastre de lágrimas y mocos.

—Vine temprano esta vez —tarareó apoyándose contra el mostrador que le quedaba pequeño.

—Ya lo veo —le respondió.

Hubo un pequeño momento de silencio mientras el chico batía sus sorprendentemente largas pestañas, otra cosa que Kento añadió a su lista de cosas que no quería saber, justo debajo del "uso excesivo de gloss".

—¿Cuántos panes rellenos te llevarás hoy? —No estaba de humor para seguirle el juego.

—¿Cómo te llamas? —fue lo que el otro respondió a cambio. Kento enarcó una ceja—. Tienes razón, debo presentarme primero. —Kento miró al muchacho enderezarse—. Hola, soy Satoru Gojo, acabó de mudarme a pueblo quieto.

Kento sonrió, aunque intentó disimularlo de inmediato.

—¿Y cuántos panes te vas a llevar Gojo?

—Ninguno sí vuelves a llamarme Gojo —dijo con una mueca de asco.

—No voy a llamarte por tu nombre. —Gojo resopló.

Eso pareció ser suficiente para hacer que se rindiera, porque tomó una charola, además de las pinzas, y comenzó a coger el mismo pan que los dos días anteriores.

Antes de salir de la panadería, Gojo intentó sonsacarle su nombre, pero, una vez más, fracasó en el intento.

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