Falling for U #1: Días de Enero [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]

DIECISÉIS

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Comenzó como una forma de protesta, un pequeño acto de rebeldía de dos niños que solo buscaban con desesperación la atención de sus padres ausentes, padres que, aunque les proveían de todo lo que necesitaban y más, siempre estaban demasiado ocupados para criarlos ellos mismos.

Satoru recuerda bien cómo fue que comenzó: tenían catorce años en aquel entonces, entraron a una lujosa tienda de ropa, se probaron algunas cosas, pagaron unas gafas de sol, mientras que en sus bolsillos escondían algo mucho más caro. No los descubrieron de inmediato, pasaron varios meses, en realidad. Suguru siempre dijo que fue un accidente, que no se dio cuenta de que la camisa que se dejó debajo de la sudadera, tenía puesto el sensor antirrobo, pero mintió.

Mintió.

Suguru siempre estaba mintiendo.

Y esa, era la raíz de todo el problema.

La idea, el lugar, el objeto que tomarían, como escaparían, todo había sido calculado de antemano por Suguru, pero cuando les preguntaron por qué habían robado, él no solo rompió a llorar, sino que también dijo que Satoru lo obligó.

Dijo que lo había obligado, cuando el mismo Satoru Gojo estaba sentado a su lado.

Cuando él abrió la boca para desmentir, aquel comenzó a llorar más fuerte. El corazón de Satoru se encogió en su pecho, Suguru era su mejor y único amigo, siempre tenía razón en todo lo que decía, incluso si lo que salía de sus labios eran mentiras, existía una buena excusa, Lo hacía para ayudarlos a ambos.

Satoru aceptó la culpa esa vez y continuó haciéndolo una y otra y otra vez por mucho, mucho tiempo. Pero tenía un límite, Suguru vio su fin mucho antes de que él mismo lo hiciera. Así fue como decidió cambiar de táctica, y comenzó a usar el amor que sentía por él para manipularlo.

Como el idiota que era, cayó en la trampa de oro, ¿qué más podría hacer? Sus padres ya lo odiaban, no podía perder a Suguru también. Sin embargo, y a pesar de todas las cosas que hizo, de toda la culpa que cargaba sobre sus hombros sólo para complacer su amor, él le dio la espalda.

Y ahora, Satoru tenía que encontrar la forma de derribar la vida de Suguru como él había destruido la suya.

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