CINCO

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Satoru fue incapaz de ocultar su decepción cuando, al entrar a su panadería favorita (que era en realidad la única del pueblo), encontró detrás del mostrador a una pequeña niña con un vestido de princesa y a un muchacho de pelo azabache, en lugar de su rubio con cara de pocos amigos de siempre.

—¡Hermano! ¡Es el príncipe cabello de nieve! —gritó la pequeña, señalando a Satoru con un dedo lleno de chocolate—. Ke-chan no lo inventó.

Satoru sonrió y mientras se acercaba al mostrador, se preguntó si tal vez había sido su chico del pan el que le dio ese apodo tan adecuado para alguien tan lindo como él mismo.

—Yua, no señalamos a las personas con el dedo.

La pequeña miró a Satoru, con las mejillas sonrojadas.

—Lo siento por señalarte, príncipe —dijo con aire solemne, mientras que el muchacho le limpiaba las manos con un pañuelo.

—Estás perdonada —dijo Satoru inclinándose sobre el mostrador, tendiéndole una de las lolipop de cereza que siempre llevaba con él.

Yua miró al chico, como si pidiera permiso para tomar la paleta, cuando él asintió, ella tomó el dulce y salió corriendo.

—¡Yua! ¿Qué se dice cuando alguien nos regala algo?

Yua respondió, pero Satoru no llegó a escucharla. El muchacho frente a si murmuró algunas cosas inteligibles, si tenía que apostar, diría que estaba regañando a su hermanita por avergonzarlo.

—Tú debes ser Satoru, Nanami ha hablado de ti.

—¿Podría saber qué es lo que dijo de mí? —preguntó con una sonrisa mientras apoyaba su mentón sobre su mano.

—Sólo se pregunta si en realidad comes todo el pan que compras.

Con esa simple oración, Satoru se dio cuenta de que el chico jamás le revelaría los secretos de Nanami, pero eso estaba bien: los amigos leales eran importantes, además ya le había dicho su nombre, que era lo único que necesitaba saber.

—No compró demasiado pan —respondió al mismo tiempo que se enderezaba y tomaba una bandeja—. ¿Cómo te llamas? He pasado a todas horas por aquí, pero nunca te había visto.

—Yu Haibara, llámame Yu si quieres. —Satoru asintió con la cabeza—. Mi familia y yo estábamos de vacaciones, Nanami insistió en seguir abriendo, así que mis padres le confiaron el lugar.

—¿Me estás diciendo que él horneó todos los últimos días? —Satoru estuvo a punto de dejar caer la bandeja por la sorpresa.

—Estos días le ayudó un viejo amigo de la familia, aunque se puede decir que sí —Satoru apenas conocía a Yu, pero se dio cuenta de que había cierto orgullo en su rostro—. Mi padre dice que las manos de Nanami están benditas o algo así.

—Pues amén —dijo mientras ponía su bandeja sobre el mostrador, por su parte Yu se echó a reír.

Satoru pensó que podrían llegar a ser grandes amigos.

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Falling for U #1: Días de Enero [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora