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       Narrador omnipresente

Un extraño sentimiento la invadió, se sentía sola y aburrida. Su vida se había vuelto una total monotonía desde que la habían rescatado, sus tan pocas actividades permitidas hacían que mayormente este acostada casi la mitad del día, quería salir y hacer su vida como las hembras pero no le permitían ir al gimnasio o a los bares como todos en el mundo lo hacían,  mira la hora en el reloj y suspiro con pesadez.

       Decidió que hoy no sería un día desperdiciado y haría algo realmente loco, quería entrenar y ningún especia la pararía, se cambio con fiereza y tomo sus zapatillas para entrenar. 

       Al bajar las escaleras noto la mirada curiosa de todas las hembras regalos en la sala, estas estaban viendo una película mientras comían cosas dulces, por un momento pensó en acompañarlas y quedarse en casa como todas pero la adrenalina le gano. Miro a la hembra que las estaba custodiando y aprovecha que estaba dormida para salir y respirar con una sonrisa de Victoria como su nombre. 

       Un macho le puso ese nombre, había sido la Victoria de todos al lograr rescatarla del circo, intento mantener sus recuerdos a raya mientras caminaba por las calles desaladas, esa tranquilidad momentáneo le gustaba. Sabía que todos a esta hora estaban en su  trabajo y eso hacía que el gimnasio este casi vacío. Camino unos pasos más hasta que un olor masculino llamo su atención y empezó a asustarla, mierda se metería en problemas y eso haría que la castigue.

      Recordó el castigo que le dieron la última vez que salió pero al comedor por una pizza, Tiger le dio una semana sin salir de su departamento y eso hizo que llorara por días hasta que el mismo macho la saco al patio trasero. 

    Sintió el olor más fuerte y empezó a correr al gimnasio, realmente quería entrenar y nada la pararía. Al ver las puertas de gimnasio sonrió y empezó a caminar hasta que sintió una fuerte mirada atrás de ella, sintió un escalofrió  pero eso no evito que entrara. Sintió la mirada de algunos machos que estaban extrañados pero con coraje camino hasta el mostrador donde una hembra la estaba esperando. 

Te confundiste de camino pequeña -. Le pregunto con una voz tranquilizadora pero Victoria negó sorprendiéndola.

- Quiero entrenar -. Le informo con calma.

- Pero no puedes cariño -. Le comento y Victoria asintió tranquila.

- Tengo un permiso de justice que dice que si puedo -. Aclaro buscando un papel pero en realidad saco el libro de regles que las nuevas especies tenían para vivir. – en ningún lugar dice que no puedo hacerlo -. Aseguro y la especie la miro con sorpresa para luego asentir. 

- Está bien cariño, pasa y disfruta tu entrenamiento -. Comento mientras los machos la miraban mal por permitir que una casi cachorra entrene – tiene una buena justificación -. Aseguro mostrando el pequeño libro con las reglas o "constituciones".

     Gracias por leer

Victoria North [NUEVA ESPECIE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora