1. La visión

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La noche estaba tranquila, después de tener devuelta el milagro y el pequeño festejo, se fueron a dormir, todos tenían devuelta su puerta.

Todos decoraron la puerta de Mirabel, así teniendo ella misma su propia puerta, si bien, aun seguiría compartiendo puerta cuando otro integrante de la familia Madrigal naciera, pero ella no le importaba eso, ya que ella los criaría, los amaría y más que nada, les diría que no tuvieran miedo por no tener un Don, ellos serían increíbles.

A la mañana siguiente, todos estaban desayunando para después buscar las decoraciones para la fiesta que sería en una semana.

-Buen día familia, como todos sabes, daremos una fiesta para celebrar el regreso del milagro.- Anunció Alma levantada de la mesa para pasar a donde estaba sentada Mirabel, besándole la cabeza con una sonrisa. -También festejaremos por el regreso de Brunito a la familia, eso también es motivo de celebración.- Declaró pasando a lado de Bruno, ya que estaba sentado a lado de Mirabel, abrazándolo, besándole la mejilla, le apretujo tanto la mejilla que Bruno puso cara de pez.

-¿Entonces se dará una fiesta en casita?- Preguntó Camilo con una seña de manos, apuntando a casita, quién esta asintió moviendo las puertas.

-Deje de ser zopenco pelado.- Dijo Félix dándole un zape, Camilo solo se quejo para sobarse.

-Bueno, como seguía diciendo, celebraremos, Dolores, ¿Ya tienen el día de la boda?- Preguntó Alma viendo a Dolores, Dolores movió la cabeza a un lado.

-Dice Mariano que cuando quiera, pero yo creo que podemos esperar un mes para ella.- Declaró Dolores para seguir comiendo.

-Muy bien, ahora sigamos comiendo, después seguiremos buscando los preparativos para la fiesta.- Anunció Alma para sentarse, y comer.

El rato así paso, después todos se fueron a hacer sus cosas, Camilo se acerco a Bruno quién estaba hablando con Mirabel.

-Tío Bruno, ¿Me puedes enseñar mi futuro?- Preguntó Camilo con una sonrisa.

-Claro, vamos a mi santuario.- Dijo Bruno apuntando hacia las escaleras.

-Bueno, yo los dejos, le prometí a Dolores ayudarle con los preparativos de su boda, suerte chicos.- Confesó Mirabel con una sonrisa, se despidió con la mano para salir de Casita cantando "Está es la familia Madrigal, Hogar de mi gente Madrigal, ¡vamos allá!"

-Entonces vamos.- Dijo Bruno.

Caminaron a su cuarto y teniendo todo listo, se tomaron de las manos.

-Bien, dame tus manos, sujétate bien Camilo.- Dijo Bruno, todo se puso verde, en la visión se miraba a un chico de cabello negro azabache con la mitad de su pelo pintado en verde esmeralda, ojos grises, y una hermosa sonrisa, sonriéndole a Camilo, con una mirada de ternura en los ojos.

También en ella se miraba a Bruno y el chico, el chico lo abrazaba con tanto amor que Bruno sintió un palpitar en su corazón, no era algo de amor, si no que sintió algo de amor paternal, algo que le incitaba a protegerlo.

Al finalizar la visión se miraba como el chico nuevo se posaba en una puerta, al tocar la manija, brilló, formándose como una de las famosas puertas de los Madrigales, Casita había aceptado aquel chico como uno más de los Madrigales, sin ser parte de ella.

Terminado la visión se formo la tablilla, se podía ver como el chico se acercaba a la puerta, cuando Bruno la movió de un lado a otro se miraba como se cambiaba por el chico, quién saludaba con una mano y la otra la tenía escondido en su espalda.

-¿Quién es el?- Preguntó viendo la tablilla con una mirada curiosa.

-No lo sé, ni siquiera lo conozco.- Declaró Bruno viendo la tablilla.

Lindo Camaleón [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora