3. La magia

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Se sentía descansado y eso era raro, él no descansaba muy bien, ya que tenía que estar preocupado por los cazadores que lo buscaban, pero ahora que recordaba, los cazadores ya no estaban, también recordó las montañas, a las personas, a Bruno...

Escuchaba los pájaros cantar, eso era bueno, o al menos que ya estuviera muerto, ahí sí no era bueno, pero seguía recordando la pelea y a las personas. Entonces no estaba muerto, cosa que es buena, los cazadores ya no estaban, así que, era libre.

Seguía oyendo los pájaros, tucanes, también escuchaba a niños y gente hablar, entonces sí llegó a la aldea, eso era bueno, significa que pudo salvar a esas personas, sintió como se movía su cabello, le daban pequeños jalones, también sentía pequeños pasitos en su pecho, y sentía comezón en la nariz.

Empezó a abrir los ojos, la luz le llego a la cara, volvió a cerrarlos, los abrió para encontrar a cinco cabezas de ratas, un Camaleón y a un gato bebe viéndolo, sonrío levemente, conocía a esos animales, con mucho cuidado toco la cabeza de las ratitas, ellas se dejaron tocar, el Camaleón le lamió un dedo, el gato acercó la cabeza para que lo tocara, sonrío más fuerte, los amaba, fueron su única compañía cuando se quedo solo.

El Camaleón fue un regalo de sus padres cuando tenía cinco años, estaba tan emocionado por tener a un familiar a su lado, sus hermanas también estuvieron encantadas del bebe Camaleón, entre los cuatro habían decidido llamarlo Jade, puede que sea de él, pero él quería algo que también conectara al bebe Camaleón con su familia.

Crecieron juntos, después del Conflicto que hubo en el pueblo donde vivían, tuvieron que huir, en esa huida de lugar se encontraron con un Zouwu bebe, la madre había muerto, no tuvo el corazón de dejarlo solo, se lo llevo con él, su madre quedo encantada al verlo, lo nombró Azalea por su cola, se parecía a la flor que mamá tanto le gustaban, pero como era niño lo cambio por Azaleo.

En la huida que hizo con los cazadores, cuando lo habían raptado, conoció a las cinco ratitas, eran más pequeñas, fueron su compañía cuando lo metieron a ese calabozo, se habían llevado su morral, así que estuvo muy preocupado por sus amigos, lo único que sabía era que no podían hacerles nada, ese morral no se abriría si no era él o si la persona tenía buenas intenciones, sino no se abriría por nada.

Se apoyo en la cama para poder sentarse, se sentía mucho mejor que hace meses, se levanto la camiseta, ya no tenía las cortadas ni los moretones, pero podía sentir las cicatrices, sabía que no se curarían del todo, realmente no le importaba si quedaban cicatrices, le gustaban, eran la prueba de que cada día era más fuerte.

Se miro los brazos, tocando las vendas que tenía en ellos, por lo visto las personas que había ayudado lo curaron, agradecía mucho por eso, toco el tatuaje que tenía en la muñeca, eran sus familiares en él, las cinco ratas, el camaleón, y el Zouwu, cerrados con la constelación de Orión, eso significaba que eran sus familiares.

Se levanto de la cama con mucho cuidado, Azaleo le ayudo para poder pararse, volteó a ver el cuarto, era lindo, tenía las paredes pintadas de verde, tenía una mesa donde estaba una maquina de coser, también había otra cama, sus sabanas eran rosa fuerte. Tenía una repisa con algunas plantas, las paredes tenían muchos dibujos colgados, eran muy lindos, también tenía una ventana que daba vista hacia muchos arboles, palmeras y se podía ver de lejos la aldea. A un lado de ella, se miraban dos palitos, los agarro, era su varita, se tuvo que haber roto cuando hizo esa explosión, luego intentaría repararla, en realidad no la necesitaba mucho, ya que podía hacer magia sin ella, pero le gustaba, fue un regalo de sus hermanas por su cumpleaños numero doce, para poder canalizar su magia, ya que aún no sabía hacerla sin varita.

Lindo Camaleón [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora