Una día de locos.

34 7 0
                                    

No los puedo parar. Son incontrolables. No han parado de gritar con la música y ya se encuentran levemente borrachos, ya que salieron a comprar algo de yo que se qué y que no quise probar.

Han estado a punto de romperme la encimera en una batalla de pulsos y cuando fui un momento al baño aparecieron dos chicas de la nada con un chico detrás.

Una de ellas se empezó a morrear con uno de los gemelos. No sabría decirte cual.
Les intenté echar fuera a todos pero mi gran amiga del alma me obligó a callarme. Como la quiero.

Ya han pasado unas dos horas. Ya no los aguanto.

Ojalá esto acabe ya. Por suerte no lo están desordenando todo. Solo han revuelto mis pequeños sofás, aunque parezca imposible.
Como los odio.

Cuando veo al gemelo que queda libre intentando entrar en mi habitación casi me da un infarto. Nadie, quiero decir, ningún chico entra en mi habitación.

-¿Qué coño estas haciendo? -se me escapa sin querer.

Me tapo inmediatamente la boca como intentado borrar lo que he dicho rezando de que no me haya escuchado nadie. Nunca utilizo insultos.

Él gemelo se gira lentamente con una sonrisa de chico idiota.
Se empieza a descojonar en mi cara.

-Nunca me imaginé que una friki como tú hablase así -me contestó sin parar de reír.

Me acaba de llamar friki en toda la cara. ¿Pero quien se ha creido este? Me estoy enfadando.

-A ver tío, estas en mi puta casa, y no tienes derecho a entrar donde te plazca. Así que te pido que te largues ya de aquí. ¡Todos vosotros también!

Al parecer todos se ha quedado flipando por mi comportamiento. Pero no se mueven. Se empiezan a reír algunos, los nuevos a los que no conozco. Me están cabreando de verdad.

-Ya la habéis oído. Largaos todos.

¿Y esa voz?
Me doy la vuelta para ver quien ha hablado y me encuentro a Ángel que estaba de manos cruzadas a mis espaldas.

A él parecen escucharle. Lo cierto es que su aspecto impone bastante con su semblante serio.

Celia me mira con cara de disculpa y se intenta acercar para pedir perdón, pero Ángel la detiene y le señala la puerta.

-Ha dicho que todos fuera.

Estaba enfadada con mi amiga, y agradecí que la apartase.

Ya todos fuera me voy y cierro con un portazo. Nunca me había pasado esto. No se en que estaba pensando Celia.

Sigue siendo un misterio como Ángel ha conseguido entrar en casa y como es que está aquí. Ojalá se marche él también y me deje sola.

Cuando me giro el sigue de brazos cruzados mirándome.

Holii! Ha pasado tiiiempo, pero muuuucho. Ahora al parecer he vuelto.
Gracias a aquellos fieles lectores míos que a pesar del tiempo que ha pasado siguen con ganas de leer. Os mando a todos un gran beso.
Andreea.

Amor, no existe en mi diccionarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora