Surcó los cielos parisinos a gran velocidad en dirección al aeropuerto internacional Charles de Gaulle. Se iba a enfrentar a un riesgo desconocido y no estaba centrada. En su cabeza resonaban las palabras de Lena y sus propios sentimientos. Sentimientos que nunca antes había sopesado desde esa perspectiva. Una turbulencia la desestabilizó y por poco no la hizo estrellarse, debía concentrarse y serenarse. Pero cada célula de su cuerpo le pedía regresar al restaurante junto a ella, que esa no había sido forma de dejarla allí sola, mucho menos después de la confesión. Y sin ni siquiera decirle una palabra.
Apretó los puños y echó los brazos hacia atrás, dándose impulso para conseguir mayor velocidad. Cuanto antes terminara lo que tenía que hacer, antes volvería junto a Lena. Empleó su oído para localizar el Mayday que había interrumpido su cena y se dirigió en dicha dirección. No tardó en alcanzar el avión que emitía la señal de socorro.
"Mayday, mayday, Air Force One a torre de control, ¿me copian?."
"Torre de control a Air Force One, ¿cuál es su problema?. Corto y cambio"
"Los mandos no responden. No tenemos control sobre el aparato. Corto."
Era la vida del presidente de Estados Unidos la que corría peligro. Localizó el avión, apenas acababa de despegar, ni siquiera había alcanzado altura suficiente de vuelo y ya estaba cayendo en picado. Se situó bajo éste. Los dos cazas de asalto que escoltaban el aeroplano presidencial se hicieron a un lado nada más verla para no estorbar. Apoyó las manos contra el fuselaje y empleó todas sus fuerzas para frenar la caída.
Seguían descendiendo muy rápido, un choque a esa velocidad contra el suelo y no sobreviviría ninguno de los pasajeros. Tampoco lo harían los civiles que se encontrasen en la zona del impacto.
Hundió los dedos en el avión, doblando la chapa como si fuera de papel y echó el resto de sus fuerzas. El Air Force One quedó suspendido en el aire, a menos de cien metros de estrellarse. Tomó impulso y voló con el aparato sobre ella hasta los hangares del aeropuerto. Mientras los cazas la seguían de cerca. Una vez allí, depositó la aeronave con cuidado en el suelo y se apresuró a situarse frente a la cabina.
- Que no salga nadie del avión hasta que llegue el servicio de seguridad.- Ordenó al comandante y éste asintió.
Hizo un vuelo de reconocimiento alrededor del aeroplano buscando anomalías, usó incluso su visión de rayos X y cuando todo parecía normal, descubrió un artefacto bajo la cabina del piloto. Se acercó a inspeccionarlo. Era una pequeña caja, adherida al fuselaje. Antes de tocarla, comprobó qué contenía en su interior: cables, circuitos electrónicos, pero ni rastro de explosivo. La arrancó de cuajo y la dejó caer sobre la pista.
Un convoy de vehículos se aproximó al Air Force One, eran los dos coches blindados del presidente y toda la corte que solía acompañarlo en sus desplazamientos por tierra. Supergirl se encaminó en su dirección.
El jefe de seguridad de la escolta presidencial bajó del vehículo. Era un hombre alto, fornido, con aspecto de tipo duro y corte de pelo militar. Ambos se conocían de otras ocasiones similares, pero apenas se saludaron con un gesto de cabeza.
- ¿Ha visto algo?.- Fue directo al grano.
- Había un cajetín adherido bajo la cabina.- Supergirl señaló el punto dónde había tirado el artefacto tras arrancarlo del fuselaje. - Yo diría que se trata de un impulso electromagnético que dejó frito el sistema de navegación.-
- Yo mismo revisé el avión antes del despegue, no había nada.- se apresuró a justificar.
Supergirl se encogió de hombros. A ella le daba igual cómo había llegado aquel objeto al aeroplano. Por suerte, había podido evitar la catástrofe. - ¿Qué había dicho la CIA?.- Inquirió. Cat solo le había dado los titulares: posible ataque; pero no tenía más información.
- Es confidencial.- El militar se cerró en banda.
- Acabo de salvarle la vida al presidente ¿y todavía es confidencial?.- Se quejó molesta. - Y off the record, ¿qué puede decirme?.- Clavó su mirada azul en los ojos del jefe de seguridad.
- Off the record puedo decirle que no hablo con periodistas.- Respondió insolente. -Y ahora dejémonos de chácharas y...- Dirigió la mirada al Air Force One. - El presidente de la mayor potencia mundial, no puede pasarse la noche entera en ese avión.-
Apretó los dientes molesta. Aquel tipo siempre conseguía sacarla de sus casillas. No entendía por qué era tan desagradable con ella, que siempre se había mostrado colaborativa y que en numerosas ocasiones le había salvado el pellejo a su jefe. Se tragó las palabras, en una cosa estaban los dos de acuerdo, cuanto antes terminaran, mejor.
Ya habían colocado la escalera al pie del aeroplano, Supergirl se elevó hasta lo alto de esta y cuando se disponía a abrir la puerta del avión una ráfaga de balas impactó contra la chapa. Paró con su cuerpo todas cuantas pudo y se giró para ver de dónde procedían. Un dron sobrevolaba el hangar. La seguridad personal del presidente, se puso a disparar contra éste, pero Supergirl fue más rápida y lo derribó con su mirada láser. Rastreó el cielo en busca de más pero no percibió ningún otro peligro.
Abrió la puerta de la aeronave. -¿Están heridos?.-
- No, todos a salvo.- Respondió el presidente.
Supergirl asintió. - Voy a cubrirle con mi capa, señor. Hasta que monte en el vehículo blindado.- Dijo con tono firme. - No se separe de mí en ningún momento.-
El jefe de Estado siguió las directrices y se situó junto a ella. La kriptoniana extendió el brazo y lo cubrió con la tela de su uniforme. Lo hizo andar cabizbajo mientras lo escoltaba hasta el automóvil. Ella oteaba el horizonte en busca de amenazas, pero por suerte no hubo sorpresas. Cuando éste tomó asiento y se sintió más seguro, se dirigió a ella.
- Gracias.-
- No hay de qué, señor.- Cerró la puerta del blindado y dirigió una mirada retadora al jefe de seguridad. Si se hubiese decidido por usar la mirada láser, seguramente lo habría fulminado en aquel instante, pero para suerte del tipo, Supergirl no era una asesina. Aunque ganas de darle un escarmiento a aquel hombre, no le faltaban.
Si se dignaran a informarla debidamente, en lugar de mantenerla al margen, igual podrían ahorrarse la mitad de los problemas. Pero no, desde que había contado al mundo que Supergirl era en realidad Kara Danvers, una periodista de CatCo, los cuerpos militares se habían vuelto más recelosos con la información que compartían con ella. La directriz desde entonces había sido muy clara: no contarle nada, todo era confidencial. Aún así esperaban de ella una completa disponibilidad y un buen servicio, como acababa de ser el caso. Esa actitud le indignaba muchísimo.
Si el jefe de seguridad se dio por enterado del mal humor de Supergirl, supo esconderlo tras una cara inexpresiva. - Escóltenos hasta la embajada.- Ordenó antes de subirse al blindado en el que viajaba ya el presidente.
Aquel último desplante terminó por sacarla de sus casillas. Apretó los puños y usó la rabia que empezaba a brotarle dentro para impulsarse hacia el cielo. Una orden, no fue una petición, ni un gracias como había hecho el alto mandatario. No, fue una orden sin opción a réplica. Sobrevoló el convoy de vehículos durante todo el trayecto, esperando encontrarse con más drones contra los que descargar su rabia, pero no tuvo suerte. El viaje fue tranquilo y el presidente llegó de una pieza a la embajada americana.
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Off the record
FanfictionHa pasado un año desde que Kara Danvers se convirtió en redactora jefe de la revista CatCo y expuso su identidad secreta. Una pandemia a nivel mundial ha provocado que Kara se enfocase únicamente en su profesión como periodista durante todo ese tiem...