Aquella noche sí que activó el sistema de seguridad del apartamento. Hacía más de dos años que no había necesitado hacerlo, pero aquella noche las cosas eran distintas. También había escondido un revólver en su velador cuando Kara no la había visto. Aún así, Lena no pudo pegar ojo. Permaneció en vela toda la noche, alerta, incapaz de relajarse, dándole vueltas a su cabeza.
Kara era todo para ella, quería protegerla a toda costa y saber que su vida podía correr peligro le producía una desazón como no había sentido nunca antes. Todos los sistemas de seguridad inventados le parecían poco para mantenerla a salvo, nada sería suficiente para Lena, porque la vida de Kara tenía un valor incalculable para ella. Porque egoístamente, en el fondo de su ser, sabía que si algo le sucediera a Kara también sería su propio fin. Sin ella, simplemente, no concebía la vida, ya no.
En las semanas que habían transcurrido desde París, ambas se habían inmerso en una especie de luna de miel, ajenas al mundo exterior, viviéndose y disfrutándose en su propia burbuja. Kara había sido solo Kara frente a ella, ya que en ese tiempo el mundo no había requerido a Supergirl. Lena había querido engañarse pensando que eran una pareja normal como otra cualquiera, dos mujeres que se habían enamorado y que se habían vuelto inseparables. No había querido pensar en nada más y así había estado disfrutando de su amor sin trabas. Pero la vida no era tan sencilla, al menos no para ellas. Parte del encanto de la luna de miel se había disipado con la publicación de la exclusiva y el acoso de la prensa.
Ese había sido el primer mazazo a su mundo idílico. Para Lena había sido como si la venda se le hubiera desprendido de los ojos. Entonces tuvo que admitir que no eran una pareja al uso, que ellas, por ser quienes eran, despertaban cierto interés. Parte de la burbuja se resquebrajó con ese hecho, aunque Lena no dejó que la atención mediática le quitara el sueño. Podía soportarlo porque tenía a Kara y con ella a su lado se sentía invencible, intocable... y total, eran solo una panda de fotógrafos que las rondaban cada vez que ponían un pie en la calle. Sacarles fotos no podía dañarlas, le daba igual lo que opinara el público en general sobre ella, era una de las ventajas de haber llevado el apellido Luthor y haber vivido a la sombra del psicópata de su hermano durante años. Lena sabía que lo que pensaran los demás no la definía; por eso, ahora tampoco condicionaría su vida ni sus decisiones.
El segundo mazazo lo había recibido la tarde anterior, cuando Alex les había informado de las intenciones que tenía el intruso que las había sorprendido hacía dos noches. Ese hombre suponía un riesgo para la persona que más quería y era así porque la persona que ella amaba, no era tan solo su Kara, también era Supergirl.
Dos instantes en poco menos de una semana. Dos mazazos y su burbuja se había resquebrajado en mil añicos.
La luna llena estaba en lo alto del cielo, era una noche tranquila y despejada, sin una sola nube. La luz del sol, rebotada en el satélite terrestre, se filtraba por los grandes ventanales de la habitación, lo que permitía a Lena admirar los rasgos de Kara. La noche de insomnio tenía sus ventajas, pensó, mientras contemplaba sus facciones relajadas. Su respiración era pausada, el ceño fruncido había desaparecido. Lena sintió el deseo de acariciarla, un deseo irrefrenable. Frente a ella no podía imaginarse una estampa mejor ni más hermosa. Exhaló un largo suspiro, qué no haría por aquella mujer a quien velaba en sueños. Alzó la mano y con suavidad deslizó los dedos entre los cabellos dorados, apenas fue una leve caricia, pero la reacción a su toque fue instantánea. De los labios de Kara brotó una respiración más larga que las anteriores y su cabeza se movió apenas siguiendo el roce de sus dedos. Lena se detuvo, temerosa de haberla despertado, pero sonrió al sentir el brazo de Kara tomándola por la cintura. Se quedó mirándola en silencio por unos segundos, intentando discernir si seguía amodorrada. Por su respiración comprobó que Kara aún dormía. Se acercó a ella, la envolvió entre sus brazos y besó su frente.
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Off the record
FanfictionHa pasado un año desde que Kara Danvers se convirtió en redactora jefe de la revista CatCo y expuso su identidad secreta. Una pandemia a nivel mundial ha provocado que Kara se enfocase únicamente en su profesión como periodista durante todo ese tiem...