Extra.

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Dos años después de que renovaran sus votos, en la mañana del vigésimo quinto cumpleaños del príncipe Christopher, Felix despertó al mencionado con un par de besos en la mejilla y un simpático "Buenos días" casi cantado. Sin embargo, el castaño respondió a ello con un quejido y giró en la cama hasta terminar dándole la espalda al pecoso.

—¿"Buenos"? ¿Estás seguro? —Preguntó después.

—El chef Hyun Jin preparó bollos hervidos rellenos de carne revuelta con acelgas y zanahorias, por supuesto que son buenos —aseguró Felix—. Ahora levántate y baja conmigo al comedor. Tengo hambre y tenemos que ocuparnos de varias cosas hoy.

—No sé qué hora es, pero te apuesto lo que quieras a que es demasiado temprano para lo que sea.

El menor se acostó unos momentos junto al cuerpo del contrario y le dio una mordidita traviesa en el hombro, aprovechando que éste se encontraba descubierto. Christopher no hizo más que volver a quejarse y apartarse un poco.

—Oh, estás de mal humor. ¿Es por lo de anoche? —Intentó mostrarse comprensivo.

—Pues... —Dudó un poco, pero terminó por reconocer la verdad—. Ya sabes que no me gusta que nos interrumpan —habló mientras giraba otra vez, sólo para poder ver a su esposo directamente—. A veces siento que tener un momento para nosotros dos es mucho pedir.

Felix entendía a qué se refería el mayor. Después de todo, él también valoraba su privacidad y se ponía incómodo cuando alguien lo hacía verse obligado a suspender sus ratos más íntimos con Christopher.

—Ji Hyo hacía su trabajo, sólo quería saber si necesitábamos sábanas limpias, ni siquiera sabía lo que tú y yo íbamos a hacer —dejó salir un suspiro—, pero... aun así quiero pedirte perdón porque no te dejé continuar después de su interrupción —dijo con una pizca de vergüenza y finalizando su disculpa con un pequeño puchero.

—No es tu culpa. Te quedaste sin ganas de seguir y sabes que yo jamás te obligaría a hacer algo que no quieras, Lix, todo está bien —le acarició una mejilla.

—Tal vez esta noche será diferente... —Se acercó a tomar los labios ajenos con los propios.

Christopher alcanzó a susurrar un honesto "Eso me encantaría" y sonrió un poco en medio de aquella unión antes de corresponder a la misma, empezando también a dejar caricias sobre la espalda de su esposo. Tras unos segundos la lengua del menor estuvo buscando la manera de entrar a la boca del castaño y así perderse en un beso más apasionado que sin duda alguna ayudaría al contrario a dejar atrás el mal rato de la noche anterior.

El mayor abrazó a Felix por la cintura con cierta posesividad y él entendió el mensaje sin dificultad alguna, pegándose más a su cuerpo en ese mismo instante y comenzando a acariciar sus brazos mientras se besaban.

—Ahora no sé si podré esperar hasta esta noche —pronunció Christopher medio en broma, medio en serio, descendiendo por la barbilla de Felix con besos suaves, llegando hasta su cuello para dejar algunas mordidas con escasa fuerza ahí.

El pecoso ladeó levemente su cabeza de manera casi inconsciente, permitiendo que su esposo hiciera lo que quisiera sobre su piel con mayor facilidad, encantado con el trato que recibía. Soltó un suspiro placentero y se abrazó al contrario cuando sintió cómo éste clavaba sus dientes sólo con un poco más de ímpetu.

—Chris... —El rubio respiró con anhelo debido a todas las agradables sensaciones que el otro chico provocaba en él.

—¿Quieres que me detenga? —Se acercó a hablarle al oído con voz suave.

La respuesta de Felix fue empujar al castaño hacia el otro lado de la cama para después sentarse dejando una pierna a cada lado de su cuerpo e inclinarse sobre él para darle inicio a un nuevo beso.

—¿Qué es lo que creerías tú, hm? —Preguntó, rozando sus labios.

—Veo que desde el año pasado perdiste hasta el último rastro de timidez, Lix —sonrió mientras sus manos se volvían a posar encima de la cintura ajena delicadamente.

El rubio movió su cabeza de un lado a otro unas cuantas veces, dejando escapar a su vez una risa suave y simpática.

—Te amo, Chris.

—Yo también te amo —logró contestar antes de que los labios de su esposo estuvieran moviéndose encima de los suyos nuevamente.

Después de un rato, con Christopher cargando un humor mucho mejor al que tenía cuando despertó, los príncipes finalmente bajaron a desayunar los deliciosos bollos hervidos que había preparado el chef Hyun Jin.

Seung Min entró al comedor con la comida recién calentada y la acomodó rápidamente en frente de los príncipes, sirviéndoles además un poco de agua en sus vasos. Ellos eran los únicos desayunando en ese lugar, pues la reina Lee y la princesa Olivia ya lo habían hecho varios minutos atrás y se habían retirado a cumplir con sus deberes.

—Altezas, qué bueno que ya están aquí —comentó Seung Min mientras se hacía cargo de su trabajo—. Sinceramente, me preocupé al notar que estaban tardando en bajar, más que nada por el día que los espera.

—¿Qué haremos hoy? Por favor recuérdamelo todo y en orden, si es posible —pidió Felix antes de darle el primer mordisco a uno de los bollos hervidos en su plato.

—Claro que sí. Esta mañana tendrán una audiencia de una hora, luego deberán asistir a la inauguración de la nueva biblioteca de Mirare, a las catorce horas comerán con la reina Jung y a las diecisiete estará aquí el rey Oh, de Groule, para planificar la construcción de un puente que conecte su reino con el nuestro —explicó—. Si todo sale como se espera, ustedes estarán libres a partir de las diecinueve horas con quince minutos y podrán relajarse un rato antes de la celebración del cumpleaños del príncipe Christopher —le sonrió con amabilidad al joven castaño tras decir aquello—. Por cierto, los reyes Bang llegarán al palacio esta tarde, pero aún no se sabe con exactitud a qué hora.

—Muchas gracias, Seung Min. Tal vez Lix sí, pero yo no recordaba ni la mitad de las actividades que teníamos asignadas para este día —bromeó Christopher.

—Seguramente sólo recordabas lo de tu festejo —rio el pecoso, bromeando también.

—Me retiro por ahora. Llámenme si necesitan algo, por favor —pidió Seung Min antes de despedirse con una reverencia y salir de ahí.

Desayunaron con calma y luego se alistaron para cumplir con todo lo que debían. Su trabajo como príncipes era mucho más entretenido desde que podían contar con el otro, además de que podían apoyarse si las cosas se complicaban y hacer más ligeras las cargas.

—Lix —Christopher llamó al menor mientras terminaba de acomodarse bien su corona, quedando listo para salir a la audiencia.

—¿Sí?

—Gracias.

—¿Por qué me agradeces? —La curiosidad en sus ojos era auténtica.

—Si tuviera que resumirlo, diría que por todo —contestó antes de acercarse a él para besar su sien con cariño—. Cada día que pasa nos acerca más a ser reyes y sé que eso me tendría aterrado si tú no estuvieras junto a mí.

—Oh, Chris. Me voy a sonrojar —recargó su cabeza contra el hombro del mayor unos momentos.

—Nos hemos convertido en príncipes muy buenos, en serio —hizo una breve pausa—. Estoy feliz de lo que somos ahora y sólo quería que lo supieras.

Felix sonrió de manera amplia y sincera para después dejar un beso en los labios de su esposo antes de continuar alistándose.

Fin.

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Al final sí escribí el capítulo extra. 😳 Simple, pero hecho con mucho amor para ustedes.

¡Gracias por leer!

Gobernar un corazón [ChanLix] [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora