Nadira contemplaba ensimismada la reluciente nave que reposaba sobre el muelle de atraque, mientras terminaba de asimilar la tarea que le aguardaba con una mezcla de entusiasmo y temor.
Aquella sería su primera misión en solitario para La Nueva Orden Jedi y la primera desde su Iniciación.
Llevaba soñando con aquel día desde que era una joven Padawan de apenas catorce años.
Hacía muy poco que fue convertida en Jedi y aún le parecía increíble.
No importaba que la labor que le habían asignado consistiera en mantener a salvo a un pequeño bebé...
Hacer de niñera parecía ser poca cosa para un Jedi, pero Nadira no permitiría que aquel detalle sin insignificancia mermara su espíritu.
Finalmente, el maestro Skywalker había confiado en ella.
Le había dejado una importante tarea en sus manos y estaba más que dispuesta a cumplirla.
Grogu.
Aquel era el pequeño por el que debía dar su vida.
Una noche, Skywalker irrumpió en el templo de Ahch-To con él en brazos.
Era pequeño, de cabecita apepinada.
Su piel era color verde, algo arrugada pero increíblemente suave, sus ojos oscuros eran enormes y expresivos...
Pese a su tamaño y edad mental, Nadira no pudo evitar quedarse con la boca abierta al descubrir que aquella adorable y extraña criaturita de orejas puntiagudas tenía nada más y nada menos que casi más de cincuenta años.
La joven solía encargarse del cuidado de
Los Iniciados, no obstante, Luke Skywalker se encargó personalmente del pequeño Grogu.
Al parecer, aquel bebé era realmente importante para Luke y Nadira supuso que quizás aquello se debiera al gran parecido físico que Grogu tenía con el difunto
Maestro Yoda.
Sí que lo era.
Y esto lo pudo confirmar nada más divisar a la distancia aquel lujoso Crucero Interestelar que la mismísima Senadora Organa les había enviado para el traslado del bebé hacia Coruscant.
Se alzaba por encima de las demás naves y su casco resplandecía cómo lo haría un pez mael varado, con elegantes curvas plateadas.
El Ala Firme contaba con dieciséis cubiertas, tres jardines decorativos e incluso un inmenso salón con capacidad para albergar a un millar de comensales.
Aquella nave era la más formidable que Nadira había visto nunca, lo cual no resultaba extraordinario, teniendo en cuenta que ella había pasado toda su adolescencia en Coruscant, donde se reunían con frecuencia las naves de las mejores compañías, además de los yates recreativos propiedad de adinerados embajadores que viajaban hacia El Borde Exterior de
La Galaxia, en busca de mayor fortuna que la que tenían.
No obstante, El Ala Firme era algo totalmente distinto, una naves digna de la realeza.
Nadira se alisó su vestido azul, cuyo bajo estaba finamente adornado por un intricado bordado plateado y brillante que indicaba su puesto como Jedi de bajo rango en el templo de Ahch-To.
Utilizaba una capa de un azul más oscuro y algo más simple, así cómo unas botas plateadas.
Se sentía algo incómoda con su nuevo atuendo, de mucha más calidad que lo que solía llevar con anterioridad.
No obstante, debía obedecer y callar...
Pues la princesa Leia le había dicho que aquel era el más adecuado para ella.
Si Leia lo decía, debía ser verdad.
A veces, en la soledad de sus aposentos, Nadira solía imaginar cómo sería estar de vuelta en Endor.
Corriendo en absoluta libertad entre la maleza, descalza y sin ninguna presión sobre sí misma...
Lo que jamás le sería posible.
Pese a todo, la joven se sentía realmente orgullosa de ser una Jedi y estaba agradecida de que La Fuerza le hubiese concedido tal oportunidad.
Intentó que la inseguridad no se apoderase de ella, pues era demasiado consciente de que La Fuerza era tan responsable de su buena suerte como todo el trabajo y esfuerzo empleado en su formación, no obstante, al mirar El Ala Firme, sentía que su maestro la había subestimado.
Quizás...
Un poco.
¿Por qué?
Bueno, tan solo tenía que prestar atención a su alrededor.
Todos sus compañeros parecían ser de mucha más utilidad que ella, pese a que fue la primera Padawan tomada por Skywalker...
Pese a todo lo que trataba de demostrar, aún no era nombrada maestra Jedi.
Y aquello le dolía profundamente.
Por muy perfecta que tratara de ser, nunca sería suficiente para Luke...
Ni para nadie.
Pese a todo, aquel no estaba siendo un año cualquiera.
Nadira se había enfrentado a la prueba de Iniciación Jedi por recomendación de su maestro y, para sorpresa de muchos...
(Sobre todo del mismísimo Luke) logró superarla con éxito.
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Աղ Pմҽղէҽ Ɛղէɾҽ Ꭰօʂ Ɱմղժօʂ ||Ꭰìղ Ꭰʝąɾìղ||
FanfictionNαԃιɾα, υɳα ʝσʋҽɳ ԃҽ αρҽɳαʂ ԃιҽƈιɳυҽʋҽ αñσʂ, αƈαႦα ԃҽ ʂҽɾ ɳσɱႦɾαԃα σϝιƈιαʅɱҽɳƚҽ υɳα Jҽԃι ρσɾ ʂυ ɱαҽʂƚɾσ, ҽʅ ɠɾαɳ Lυƙҽ Sƙყɯαʅƙҽɾ. Nσ σႦʂƚαɳƚҽ, ʂυ ρɾιɱҽɾα ɱιʂιóɳ ƈóɱσ ƚαʅ ʂҽ ραɾҽƈҽ ԃҽɱαʂιαԃσ α ԋαƈҽɾ ԃҽ ɳιñҽɾα. Lҽ ԋαɳ αʂιɠɳαԃσ ʅα ʋιɠιʅαɳƈια ყ ƈυιԃαԃσ...