Capítulo 3: El Océano De Arena

156 28 17
                                    

Cuando Nadira despertó, lo hizo sobresaltada.
No recordó haberse quedado dormida, pero sí que notó en el cuerpo el cansancio típico de cuando daba demasiado uso a
La Fuerza.
Sentía cómo un insoportable dolor comenzaba a invadirla por momentos.
¿Qué... me ha pasado?
No puedo más.
Estaba completamente exhausta y con un enorme vacío en su interior.
Vacío que fue producto de dos importantes factores:
Hambre de no haber comido absolutamente nada desde que abandonó Ahch-To
y La Fuerza, o, al menos, los efectos secundarios que se daban por recurrir a ella.
Pese a que estaba muy acostumbrada a meditar con frecuencia, no eran muchas las ocasiones que le requerían usar tanto poder de golpe.
Recordemos que, aquella era su primera misión en solitario como Jedi.
Y, de hecho...
Luke se la había asignado por creerla lo suficientemente fácil.
Si tan solo supiera...
Luchar contra el vacío natural del espacio no le había resultado para nada fácil y mucho menos con tan poca práctica...
Cuando era muy pequeña, acostumbraba a comunicarse con La Fuerza frecuentemente.
Quizás parecía una niña algo extraña, quizás los Ewoks jamás llegaron a comprender lo que hacía aquella humana a la que habían adoptado como una de los suyos...
No obstante, mucho antes de conocer a Luke Skywalker, Nadira utilizaba La Fuerza para algo más que divertirse y hacer travesuras.
Era simplemente fascinante.
Sentir tanta emoción, tanta calma en una caótica Galaxia, tanta energía vital...
Poco tiempo después de convertirse en la Padawan del ya proclamado "Héroe de La Nueva República", la joven descubrió en ella cierta tendencia a contactar con La Fuerza cada noche antes de acostarse, durante la meditación, casi como si tales sesiones fueran una túnica suave y protectora que la envolvía tras cada duro día de constante entrenamiento con su maestro.
Cuando aún vivía en Endor, acostumbraba a quedarse dormida bajo un precioso manto de estrellas, envuelta por los cánticos nocturnos del bosque y sus criaturas.
Cabe decir que, cuando Skywalker la llevó a Coruscant por primera vez, pasó mil y una noches en vela, añorando la boscosa luna y a todos y cada uno de sus habitantes.
Desde que comenezó a estrechar su relación con La Fuerza, pudo volver a sentirse en paz durante las noches.
Conciliaba el sueño sin problema alguno, acunada por una reconfortante sensación de equilibrio.
No obstante, equilibrio era lo último que sentía en aquel preciso instante...
Al desperezarse, no pudo evitar soltar un quejido.
Le dolía tanto el cuerpo que casi parecía que un Bantha se había sentado sobre ella, además de que sintió que su cabeza estallaría de un momento a otro.
Había puesto a prueba sus límites despejando los escombros de su rumbo mientras se alejaban del Ala Firme o...
De lo que quedaba de él.
Una punzada de dolor la atravesó al recordar todas aquellas personas que aún seguían a bordo cuando ella logró escapar del desastre con su droide y Grogu en brazos.
Grogu...
Al menos, había conseguido salvarlo a él.
Eso era lo importante.
O, al menos, eso se decía a sí misma.
Sentía que podía haber hecho algo más...
Tantas vidas perdidas...
Quizás no era digna de ser Jedi, mucho menos de convertirse en maestra.
Quizás por eso Luke no cedía para subirla de rango.
No era suficientemente digna de pertenecer a La Orden.
Quizás, aquellos compañeros que se burlaban tanto de ella... tenían razón.
Nunca debió haber salido de Endor.

-Ummm...-La joven contempló la infinidad de La Galaxia, sintiéndose demasiado pequeña e insignificante en comparación.
Casi como una mota de polvo.-¿Cuánto tiempo llevo dormida...?

Lógicamente, no obtuvo respuesta alguna, de modo que se esforzó un poco más y logró recordar que, tras pasar en una zona relativamente segura, activó el piloto automático y, simplemente, cayó exhausta.
Estaba demasiado cansada...
Apenas se veía capaz de procesar lo que acababa de ocurrir.
Alguien acababa de atentar contra un Crucero de La Nueva República y por ende contra su propia vida...
Pero, ¿quién?

Աղ Pմҽղէҽ Ɛղէɾҽ Ꭰօʂ Ɱմղժօʂ ||Ꭰìղ Ꭰʝąɾìղ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora