Snow Angel [Miraculous Ladybug] (Terminado)

6- A complicated dawn

Adrien se levantó al día siguiente de la cama donde se situaba el blondo de ojos verdes.

Este vio a Nikke dormido encima de él para en eso acariciarle la cabeza, provocando que el kwami se despertase. Adrien vio a un lado y se percató de que Félix estaba dormido en la otra cama, para seguido hacer un gesto para que no hablase y este se levantó.

Este, aunque llevaba el pijama, cogió la ropa y se metió al baño para cambiarse tranquilamente.

— ¿Has dormido bien? — pregunto Nikke en voz baja, a lo que el blondo de ojos verdes solo asintió con la cabeza.

En eso el blondo se terminó de poner los pantalones cuando en eso escucho un ruido yendo al baño, por lo que hizo un gesto con su dedo a Nikke para que se escondiese en la chaqueta, cosa que hizo.

La puerta del baño se abrió para en eso ver a Félix, que se estaba desperezando y el pelo un poco revuelto.

—Buenas Adrien— fue lo único que dijo el de ojos grises.

—Buenos días Félix— hablo el de ojos verdes con una cálida sonrisa.

Adrien se terminó de poner la camiseta, cogió su chaqueta y salió del baño. Cuando salió de allí, se puso la chaqueta, salió el kwami para darle una ligera sonrisa. Tomo su bolso y allí se metió Nikke.

El chico rubio en eso decidió tomarse el desayuno, salió de su habitación y bajo las escaleras y se acercó a su tía, que estaba sentada allí con los desayunos.

— ¿Cómo has despertado hoy Adrien? — pregunto la mujer a su sobrino.

—Bien, he dormido bien— respondió el de ojos verdes, a lo que la mujer le acaricio el pelo a su sobrino.

—Eso espero... Muchas veces en Londres las primeras semanas que estabas ahí te despertabas porque no podías dormir— hablo la mujer con cierta ternura.

El motivo de que Adrien no podía dormirse por la noche era más que nada pesadillas recurrentes, pesadillas que con el tiempo pudo enfrentarse y simplemente se fueron, se acostumbró. Sobre todo eran sobre Ladybug y que lo abandonaba y lo trataba mal pero... con el tiempo que paso en Londres, simplemente esa pesadilla se desvaneció en su cerebro y se acostumbró a su nueva vida.

—Je... esas pesadillas eran por no acostumbrarme, pero tranquila tita, estoy bien— contesto con calma el blondo a Amelie.

El chico se tomó el desayuno y cuando termino, este le hablo a su tía.

—Tita, no te importara que salga, ¿No? — pregunto el de ojos verdes.

—Pues claro, ya tienes edad, tu padre no te puede decir de sí que sí o no tienes que salir— contesto la adulta.

El rubio dio una sonrisa y en eso cogió su bolso y se fue a la puerta, en el cruce se topó con su padre. No podía evitar que una sensación desagradable le recorriese toda la espina dorsal. Sabía lo de su madre, sabía que él era el causante de todos los males, pero había un pequeño inconveniente y es que no pregunto desde la primera vez que lo conoció como estaban las cosas, podrían haber hecho algo mientras él no estaba o incluso haber un nuevo "Hawk Moth"

Adrien se iba a ir, pero la voz de su padre le interrumpió.

— ¿A dónde vas? —

Dentro del pecho del rubio creció la rabia, quería saltar y decirle todo lo que sabía, transformarse en "Snow Angel" y obligarlo a confesar todo lo que había hecho pero tenía que ser más inteligente y no dejarse llevar por sus emociones, aunque fuesen muy fuertes.

—Voy a salir a que me dé el aire— respondió tajantemente Adrien.

— ¿No te acuerdas lo que te dije ayer? Hoy vuelves al modelaje— le dijo el adulto.

¡Demonios! Eso lo había olvidado. Los recuerdos de todo lo que sufrió le volvieron, lo que sabía ahora, lo que había vivido, esa paz y libertad que en Blaneau Gwent ¡Y un diablo que iba a perderlo!

—Dile esto a todos, a todos, incluso a los periódicos...— hablo ahora más serio el rubio y más molesto—...Renuncio al modelaje, lo dejo, estos 2 años afuera me han servido para darme cuenta de que el modelaje es una puta mierda—

Y con ello Adrien salió de allí dando un portazo, dejando molesto a Gabriel por la osadía de su hijo.

Por su lado, el rubio dio una bocanada de aire ante lo que había dicho y hecho. No estaba para nada acostumbrado a levantar la voz y contestar como había contestado, y menos a su propio padre. Simplemente había dejado sus miedos atrás y le dijo lo que sentía y eso le hacía sentir bien.

El chico se recompuso ante esto y empezó a andar tranquilamente.

Paris podría parecer muy linda, pero siempre tuvo una sensación bastante extraña desde que era pequeño, nunca le termino de agradar, todo eran lujos, todo era galantería y realmente ahora con la edad que tenía... lo notaba más.

Puede que en Gran Bretaña fuesen secos y bastante creídos en ciertas cosas, pero era gente que en el fondo eran buenas, no eran los mejores tenía que admitirlo, pero realmente lo comparaba con Francia... y sentía que era diferente. Allí parecían todas unas buenas personas, parecían que te ayudarían en lo que fuese pero en realidad eran unos hipócritas y pedantes que solo se preocupaban de su propio juicio y ya está.

Se miró las manos un momento y vio que estaba paseando cerca del lago Senna.

En eso vio al frente y se dio cuenta de que estaba Marinette y Alya. Se supondría que debería de sentir amor después de saber que es Ladybug, pero lo único que sentía era repulsa y molestia al verlo.

Lo único que hizo el blondo para escaparse de esa situación que no deseaba hacer, fue subirse a la barandilla y de allí saltar, cayendo de pie al suelo de la orilla del Senna que había allí y empezó a correr.

— ¿Pero qué está haciendo? — pregunto Marinette corriendo hasta la posición donde estaba antes el blondo.

—Ni idea, pero me da que no quiere saber nada de nosotras— fue lo único que diría Alya ante esto mientras las dos veían como Adrien estaba corriendo.

Adrien estaría corriendo un largo rato hasta que se acabaría cansando y se pararía en seco, tomando aire.

—Joder— salió de la boca del blondo con molestia.

Recordó los momentos que estuvo portando el miraculous del gato y el cómo se comportaba Ladybug con él, le molestaba, le enfadaba que esa misma persona era la misma que muchas veces lo acoso, una sensación entre asco e ira le hizo que se le revolviese el estómago.

—Como odio esto— farfullo molesto el blondo.

Cogió de su bolso su móvil y los cascos, y se puso música para seguido seguir andando.