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-¡¡MASON!!

Mason Hayes se encontraba en la habitación de su apartamento en Miami. Era un apartamento pequeño, destartalado y sucio. Su habitación constaba de una cama de matrimonio pegada a la pared, una pequeña mesa y un ventanuco cubierto por un visillo gris ceniza.

- ¿Qué quieres Avery?- Le preguntó sin el más mínimo interés.

- ¿Cómo que qué quiero? ¿Qué soy? ¿Tu esclava?

Avery le miraba furiosa. Sus verdes ojos cargados de furia miraban directamente a Mason. Avery era la compañera de piso de Mason. Los padres de ambos adolescentes les habían confiado ese desastroso piso para que viviesen juntos, porque, los padres de ella querían que supiese lo que era vivir "sola" y los padres de él, querían, por una parte, quitarse a Mason de encima, y por otra, querían que aprendiese a convivir con otra gente. Los padres no temían que se llegaran a enamorar, o algo peor, ya que Mason y Avery eran primos.

- ¡¡MASON!! ¿¡Me estás escuchando!?

- Avery, deja de gritar...

- ¡¡DIOS!! ¡¡Eres odioso!!

Dicho esto, se dio la vuelta y se marchó a su habitación, harta de su primo.

- Lo sé...- Masculló Mason en voz baja.

El chico se quedó pensando en mitad de aquel minúsculo pasillo, cuando su móvil empezó a sonar. Lo sacó del bolsillo y su corazón dio un salto de alegría cuando en la pantalla leyó "Zoey". Carraspeó un par de veces y descolgó la llamada.

- ¿Sí?

- ¿Mason?- Preguntó Zoey

- Sí, ¿Qué pasa?

- ¿Podemos quedar? Tengo que decirte algo... Muy importante

Mason se quedó un rato pensativo. Esa chica le había llamado la atención en la gasolinera, pero, poco a poco, se había ido enamorando de ella. Cuando se enteró de que Caleb estaba saliendo con Zoey, su pared pagó todo el dolor que se aferraba en su corazón.

- ¿Mason? ¿Sigues ahí?- Dijo Zoey, consiguiendo alejar a Mason de esos recuerdos.

- ¿Eh? ¡Ah! Sí... Sigo aquí...

- ¿Quedamos en el Katz's Delicatessen a las cinco?

- Por supuesto

- Vale, te veo allí, adiós.

- Adiós...

Zoey colgó primero. A Mason se le dibujó una sonrisa pérfida en la cara. Cogió su teléfono, e hizo una llamada que más tarde lamentaría haber hecho.

Eran las cinco de la tarde y tres minutos, y Zoey se encontraba en la entrada del Katz's Delicatessen, esperando a Mason. Le vio cinco minutos después, llevaba una camisa azul y unos vaqueros negros. Se saludaron con dos besos en las mejillas, que a Zoey le parecieron normales, pero a Mason le parecieron extraordinarios. Entraron dentro del bar, donde se sentaron en la barra. Una camarera pelirroja, con el uniforme demasiado apretado se dirigió hacia ellos.

- ¿Qué va a ser, pareja?- Les preguntó.

- Yo una cerveza.- Pidió Mason.

- ¿Y para ti, rubia?

- Yo... Un vodka doble con sal.- Dudó Zoey

La camarera se sorprendió al escuchar la petición de Zoey, y se alejó a preparar las bebidas. Mason se giró a Zoey, siempre sonriendo.

- ¿Qué me querías decir?

- Me voy a Colorado.

Mason se quedó un poco extrañado. Se esperaba otra cosa, no que le dijese que se iba a mudar, otra vez.

Alma soñadora {Souldreamer}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora