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Zoey y su familia se adentran en la furgoneta Volkswagen azul. Son altas horas de la madrugada.

- ¿Por qué se mueven los árboles? – Pregunta Mackenzie, rompiendo el silencio.

- No se mueven, nos movemos nosotros. Pero a ti te parece que se mueven los árboles.- Le contesta su hermana.

Mackenzie asiente varias veces. Luego vuelve a mirar por la ventana. Zoey sonríe nostálgica. "Cómo me gustaría volver a tener diez años..." Vuelve a sonreír. Mira a Mackenzie, está abrazando a su oso y pequeñas lágrimas resbalan por sus mejillas.

- ¿Por qué lloras, Mac?- Pregunta su hermana, asustada.

Su hermana se seca las lágrimas y sorbe por la nariz.

- No lloraba.- Responde la pequeña.

- Te he visto.

- Pues mírate la vista, porque no estaba llorando.- Contesta Mackenzie.

Zoey resopla. "A veces es una cabezota de alto grado." Se ríe de sus pensamientos

- Vale, no me lo cuentes.- Se rinde su hermana mayor.

"Seguramente, echa de menos casa, o tiene miedo de no hacer amigos en el colegio... ¿Y si yo no hago amigos...?" Zoey se revuelve en el asiento al pensar eso. "Bueno, si no hago amigos, no me tendré que preocupar y podré centrarme en los estudios." Con ese último pensamiento, Zoey se relaja y los párpados le caen pesadamente sobre los ojos.

-¡¡ZOEY DESPIERTA!! ¡¡HEMOS LLEGADO!! ¡¡MIRA EL MAR, ZOEY!!

Los gritos de su hermana la despiertan inmediatamente. Sonríe a su hermana pequeña y mira por la ventana. Se queda sin habla. El mar se ve en el horizonte. El azul y se puede ver la arena del fondo. Zoey solo ha visto el mar tres veces en sus dieciséis años de vida. "Si mamá estuviese aquí..." piensa Zoey. En la playa se ven figuras y sombrillas. Mackenzie se revuelve en su asiento, ansiosa de que llegue el momento de mojarse los pies en aquella playa abarrotada de gente. La furgoneta para delante de un edificio de ventanas de cristal y se bajan todos.

- ¿Aquí vamos a vivir? –Le pregunta Mackenzie a su padre.

Su padre asiente enérgicamente. Mackenzie a saltitos de alegría y coge a su hermana de la mano, Zoey la sonríe  entran en el vestíbulo de aquel gran edificio de cristal.

- Hola, soy Mr. Torres, nos acabamos de mudar aquí, ¿me da las llave del apartamento 3 C?

La señora detrás de la mesa le mira detenidamente, luego le pide la identificación y él la muestra. Luego desaparece detrás de una puerta. William mira a sus hijas y las dos se encogen de hombros y se ríen. Cuando vuelve a aparecer la señora, les da una llave.

- Sus vecinos del 3 B son la familia Thomas. Tienen tres hijos, la pequeña Alexa, de doce años; el mediano, Caleb de dieciséis años y el mayor, Jacob de veinte años. Los padres son Emily y su esposo Liam. Disfruten de su estancia y si necesitan algo, yo estaré aquí.- Le tiende la mano a William, que la estrecha con una sonrisa.- Encantada, me llamo Mia y soy la portera.

- Yo soy William, y ellas dos son mis hijas, Zoey y Mackenzie.- La pequeña se acerca tímidamente a Mia y le da dos besos en las mejillas.- Zoey...- Zoey levanta la cabeza y se acerca a Mia de mala gana, le planta dos besos en la cara.- Perdónela, es la edad, que les vuelve medio gilipollas.

Mia se ríe y, mientras se marchan, les dice adiós con la mano. Zoey está muy enfadada con su padre, desde que salieron de Iowa, o ha parado de marearla con bromas sin sentido y absurdas. Llegan a la puerta del 3 C, Zoey suspira. Cuando su padre mete la llave en la cerradura, se abre la puerta el 3 B. Inmediatamente, sale Emily, vestida con un vestido rojo de lana y unas bailarinas negras. Se acerca a ellos. Zoey la mira impresionada "Es realmente guapa... e intimida un poco..." piensa mientras la mujer se les acerca.

Alma soñadora {Souldreamer}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora