· Soy · Kalevi · Ali ·

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¿Alguna vez te has dado cuenta de lo manipulables que son las personas? De hecho, es mucho más fácil de lo que crees, a tal punto en el que ni se dan cuenta de ello. Claro, si eres un experto en la materia podrías hacerlo sin pensarlo. Para obtener mi habilidad tendrás que pasar toda tu miserable vida intentando manipular a las personas para llegar aunque sea a la mitad de mi nivel. La mayoría ni siquiera es capaz de imaginar lo capaz que soy, así que intentarlo sería un desperdicio...

Los más débiles de mente se habrán condicionado a sí mismos pensando que no serían capaces de llegar a mi nivel... Así es como un manipulador lo hace sin que tú lo notes...

Mis padres son estafadores profesionales, y gracias a ello somos ricos. Pero mi padre me enseñó una de las lecciones más importante de mi vida cuando tenía tan solo 6 años: "Si quieres ser alguien en la vida sin esforzarte, haz que los demás trabajen por ti". Lo sé, lo sé. Sé que parece a la típica frase de un estafador que te intenta vender un curso a 5000 dólares para volverte millonario en un mes; pero desde ese día, mi forma de ver el mundo cambió por completo...


Así que seguí el consejo de mi padre y empecé manipulando a los niños de mi primaria...

—Mira, niñita tonta. ¡O haces todas mis tareas o nunca te daré tu plumón súper especial edición limitada color caca de unicornio con olor a pedos de pitufo! —amenacé a la niña, con una sonrisa en el rostro, mientras alzaba su plumón para que no lo alcanzara. 

—¡Buahhh, buahhh! —La niña empezó a llorar.

—¡Entonces haz todo lo que yo diga o...!

—¿O qué...? —preguntó la maestra, detrás de mí.

Desde acá sentía la horrible presencia de la maestra... sabía que eso no terminaría bien...

Intento de manipulaciones fallidos: 1

[...]

Más tarde me puse a pensar cómo podría manipular a esta estúpida niña...

—¿Por qué rayos no habrá funcionado eso? ¡Eso mismo hacen mis padres todo el tiempo! —dije en mi cabeza, mientras estaba en mi escritorio con las piernas en la mesa—. ¿Habrá sido que no la amenacé con algo tan fuerte? —me pregunté—. ¡Si ese es el caso, tengo algo mucho mejor con que amenazarla! ¡Será pan comido! —dije tan contento, y listo para ejecutar el plan.

[...]

Cuando era el receso, me puse manos a la obra y fui con ella a su escritorio para comenzar mi plan maestro de niño de 7 años.

—¡Oye, niña! —Llamé su atención, ni siquiera me sabía su nombre y ni me interesa.

—¿Ahora qué quieres? —me preguntó, con una mirada hostil.

—Tienes que venir. Creo que encontré uno de tus plumones tirados por acá —dije.

La niña abre su estuche y ve que le falta un plumón, se veía algo molesta.

—¡¿Ahora dónde te lo llevaste?! —preguntó la niña, casi gritando del enojo.

—¡Oye, tranquila, tranquila! ¡No vengo a molestarte! —le respondí, para que no causara tanto alboroto y llamara a los maestros de nuevo—. Solo vi un plumón en el piso y quería verificar si era tuyo... —le expliqué, algo "resentido", para que muerda el anzuelo.

La niña exhaló y respondió:

—Bueno, llévame para allá.

—Sí, claro... —respondí, mirándola a los ojos con una sonrisa de pena.

Manipulation GuideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora