—¿A qué carajos te refieres con tener calificaciones perfectas? ¿Acaso piensas hacerme las tareas o estudiar conmigo, o alguna mamada así? —preguntó Daven, bastante confundido.
—No —respondí—. Hablaré personalmente con la maestra... Pero tranquilo... Hablaré bien de ti —le dije, con una mirada pícara.
—¡Oye, oye! ¡¿A qué rayos te refieres con hablar personalmente con la maestra?! —preguntó Daven, a la defensiva.
Puede que a algunos no entienda porqué ofrezco esto, incluso hasta parece un poco tonto y que fue lo primero que pensé, pero no pueden estar más equivocados. Incluso al más inteligente del salón le vendría bien no tener que esforzarse durante todo el año en estudiar y hacer tareas. Hasta a los padres les encanta ver los dieces de sus hijos, son puras ventajas. Y tampoco es que te pierdas de mucho si no estudias porque a todos se nos termina olvidando como sea...
—Dime, ¿quieres o no quieres un diez en tus calificaciones? —pregunté.
—¿Qué insinuas...? —preguntó Daven, algo molesto.
—Que a cambio de darte calificaciones perfectas, tienes que darle una semana más al niño drogadicto para que te pague lo de la semana pasada —respondí—. ¿Verdad que a tu papi le gustará...? —le dije a Daven, sonriendo.
Los bullies tienen la fama de ser muy malos en los estudios, así que supuse que él sería así también.
—Tssst... Está bien... —dijo Daven, sientiendose resignado.
Gané.
—¡Oye, Dave! ¡¿Y qué hay de nosotros?! —reclamó uno de sus amigos.
Es normal, ellos son los únicos que no se verían beneficiados, o eso pensaban.
—Tranquilo, a ustedes dos también les pondré calificaciones perfectas —dije.
Sonó la campana, era hora de entrar a clases.
—¡Pero me lo pagas, maldito mocoso! —dijo Daven, mientras se dirigía a nuestro salón.
—Sí... —dijo Hans.
—¡Y espero que cumplas, Kalevi...! —dijo Daven.
Rompí el triángulo de las amenazas. Si se dan cuenta, yo soy el que dio más. Le di calificaciones perfectas a Daven y sus amigos, e hice que Daven le diera una semana más para pagar sus drogas. ¡Por lo que más tarde el destino me recompensará! O eso dicen...
En clases no paso nada interesante, solo que la puta de Astrid era el centro de atención y todos se reían de sus chistes por más malos que sean... Yo solo soltaba unos "ja, ja..." para que no pareciera un amargado...
Sonó la campana, ya era el receso... era hora de hablar con la maldita Fernanda... Me quedé en mi asiento esperando a que todos se vayan, haciendo como si se me hubiera perdido algo y estuviera buscando en los mismos sitios infinitamente, así hasta quedarme a solas con ella. Un minuto después todos ya habían salido, y me quedé solo con mi maestra... y... con alguien más... Mierda... dije... Tendré que esperar a que el otro tipo se vaya primero para hablar con mi maestra a gusto...
ESTÁS LEYENDO
Manipulation Guide
Non-FictionKalevi es un estudiante adolescente de 15 años. Sus padres son estafadores profesionales, por lo que Kalevi decidió seguir sus pasos y empezar a manipular a la gente. Pero él decidió ir un paso más allá y tratará convertirse en la persona más podero...