Capítulo 1

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Era un día ordinario en la vida de ese chico, salía de su trabajo como siempre, a las 11 de la noche, poca luz circulaba a su alrededor.

Iba como siempre, desganado, pues no tenía a nadie a quien encontrar en ese frío departamento. Estaba solo. Sus padres lo habían echado de la casa a los 16 años cuando les dijo que era homosexual, asi que no terminó sus estudios y se metió en trabajos de medio tiempo.

Xiao Zhan, un chico de cabellos cafe obscuros bastante alborotados y algo largos, bastante alto y muy guapo. Siempre viste con ropa floja y es muy callado. Le gustan los aretes largos. Su tés es canela.

Estaba pasando el mismo callejón de siempre, uno muy estrecho y obscuro. Caminaba lento, miraba a la nada y pensaba en las probabilidades de ser felíz ¿Cuándo seria felíz? ¿Existía esa emoción?

Detrás de él, a unos metros de distancia estaba un chico vestido de nagro con una túnica, tan solo un poco más alto que el. Aprovecho la distracción del otro y corrió hacia el.

Zhan sintió como un brazo lo agarraba de su cadera y otro ponia un pañuelo sobre su cara. Forcejeó un buen rato hasta que sintió su vista pesada y se durmió.

Sabía que el cloroformo tenia un efecto tardío pero quien lo agarró si que era fuerte y sus intentos de escapar fueron inútiles.

Wang Yibo, un chico alto, fornido, de tés clara, cabello negro y corto. Un día de la nada había visto ese rostro, el mismo día que pensaba dejar esta miseria de mundo.

Lo tenía todo, según el resto, pero el solo quería una sola cosa, algo que ni todo su dinero se lo daría, amor. Su madre y padre rara vez estaban y su padre siempre fue estricto, su madre le daba todo su amor, pero solo por un período corto de tiempo. Vió la deprimente cara de aquel chico tan lindo que no pudo evitar caer enamorado.

Todo había sido tan rápido, solo le dedico un par de palabras y supo que él tenia que ser suyo.
- No vale la pena aventarse.

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- Yo lo hubiese hecho hace mucho tiempo, pero aquí estoy, lucho por mi. Has lo mismo. Fighting.

Solo eso le bastó para idear un plan y espiarlo por casí medio año, vió la vida que llevaba, no era felíz y el tampoco.

En su trabajo solo lo buscaban cuando algo pasaba y él tenía que arreglarlo. Su casa no era más que un departamento, pequeño y con pocas cosas. Ni siquiera se alimentaba correctamente.

Lo subió a su auto y le abrochó el cinturón de seguridad. Arrancó y se dirigió a una casa alejada de la sociedad. No pensaba compartir a su ahora secuestrado con el resto. También sabía que era buena la opción de una casa en el campo, lejos de gente chismosa.

Llegaron y lo bajó del auto cargando, era felíz ahora, lo podía tocar, lo podía apreciar más de cerca. Era lo más hermoso que la vida le pudo dar.

La casa era enorme, era azul cielo y tenía un hermoso jardín, habia más de 4 habitaciones en ella. Más de lo que jamás Zhan pudo pedir. Claro que él aun no lo sabía. Para ese entonces él seguía dormido y era de madrugada, el efecto terminaría unas horas después, Yibo calculó que por eso de las 6 despertaría.

Subió las escaleras de madera, entró a una de las habitaciones y lo acostó en la cama, después lo tapó y lo contempló un rato más.
- Eres hermoso.

Salió de la habitación y se dirigió a otra que estaba más al fondo. Entró y cerró con llave, tenía el plan perfecto. Por el momento no podría oírlo ni verlo, decidió.

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