21. Malhumorada

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Aterricé sobre aquel cuerpo extraño tratando de identificar al ser, la confusión en mi cara fue notoria, no conocía ni tenía una idea que me llevará a saber que era el ser que estaba viendo.
Aprovechó mi confusión y de un golpe hizo que me elevara a los aires, caí sintiéndome mareada, una sensación que ya conocía, kriptonita.
Me levanté lo más normal que pude y comencé a golpear al ser, me di cuenta de lo extraño que este era, una combinación rara de colores y formas, estaba claro que era un alien pero de qué planeta, no tenía idea.
Con agilidad se zafó de mi agarre y presionó la hebilla de su cinturón haciendo que un pitido perforara dolorosamente mis tímpanos llevándome a caer de rodillas, tapé mis orejas para aligerar el paso del sonido y cuando vi mis manos las vi cubiertas de sangre, mis oídos habían sangrado.
Llegó una camioneta del DEO armando un círculo para contener al extraterrestre, un disparo certero al cinturón por parte de quien pensé un agente hizo que parara el dolor, voltee y pude ver a Lena con la pistola en sus manos. Recordatorio: MATAR A WINN 
El alien voló a ella y sin pensarlo impacte contra él para evitar que algo le pasara a Lena, estuve soltando golpes por todo su cuerpo, golpes que él respondía con la misma intensidad como si absorbiera el impacto y me lo estuviera regresando.
Cuando sentí un dolor punzante en mis costillas recordé que poseía kriptonita con él pero nunca pude ubicar donde la tenía guardada. Tomé impulso queriendo hacer que perdiera el conocimiento pero esto sólo le dio tiempo de sacar un gas color rojizo de su muñequera haciéndome toser con dolor hasta sacar sangre de mi boca.
Escuché disparos contra él pero no vi que alguno le dañara.

Mi vista se vio afectado y aturdida, no enfocaba y todo me parecía disperso ¿escapó?

Bajé la vista al centro del dolor y vi mi sangre correr, quise caminar con normalidad para no preocupar a nadie pero la náusea por el gas y el dolor pudieron contra mi y me vencí en una rodilla.
Cuando vi que Alex y Lena se acercaban a ayudar utilicé lo que me restaba de energía para levantarme 

- Estoy bien - dije seria, la preocupación en cara de Lena estaba a simple vista
- Necesito sacarte la kriptonita del cuerpo antes de que la herida comience a curarse, si no será más doloroso -
- De acuerdo - caminé con dificultad a la camioneta y Lena trató de ayudarme 

- Puedo sola, gracias - ¿porqué no podía hacerme caso? no, tenía que exponerse al peligro

- Supergirl - regaño Alex
- Reclamos después, Alex, que yo también tengo y no te he dado ni uno-subí a la camioneta donde me recostaron para no empeorar la herida.

Llegamos al DEO y mi humor no había mejorado nada, sentía mis ojos calientes y mi fuerza descontrolada, no importaba el dolor en mi tórax, quería gritar.
Entré a la sala donde por lo general Alex me revisaba y después entró ella con guantes
para revisar
-¿Sabes el tamaño del trozo?
- No
- De acuerdo - tomó unas pinzas y lámpara ubicando el trozo, jaló y se detuvo
rápidamente -se encarnó, tu cuerpo está tratando de sanar alrededor él, recuéstate de lado y sube el brazo, esto dolerá un poco más de lo pensado-
Hice lo que me pidió y cerré los ojos Sentí como movía y manejaba los instrumentos para sacar la kriptonita
- Mierda- sisee 
- Perdón -
Un último Jalón y ahí estaba. Una piedra rectangular irregular con algo de sangre cubriéndola.
Me acosté normal y Alex prendió la luz solar. 

- Mandaré a examinar esto - asentí y salió dejando la puerta emparejada
Lena entró y se puso al pie de la cama, no fue necesario abrir los ojos para ver que era ella, sus latidos la delataban
- ¿No vas a abrir los ojos? -

-Estoy dormida -
- Pudiste darle las gracias a Alex, te sacó eso del cuerpo -
Abrí los ojos
- No hubiera sido necesario, si no hubieras estado ahí y te hubieras quedado segura como te dije, de ser así yo no hubiera acabado con una piedra verde de 20 centímetros en mis costillas - volví a cerrar los ojos
- Eso no es justo, te salvé, tus oídos sangraban, me preocupé y actué -
- Pudiste salir lastimada-
- Estoy bien -
- No volverá a pasar, te quedarás lejos del campo- sentí una corriente eléctrica por mi cuerpo, se sentía bien
Alex entró justo cuando Lena retrocedía unos pasos
- No puedes ordenarme cosas así nada mas-
- Ya la están examinando- cortó Alex
- Iré a casa- dije levantándome
- Te acompaño- se movió Lena para quedar junto a mi
- Quédate, veo que te gusta pasar el tiempo aquí, pueden tramar más cosas a mis espaldas.

Salí del DEO con deseos de quemar todo a mi paso, de tomar algo y destruirlo, la rabia estaba en mis venas al igual que el poder, lamentablemente ese ultimo siempre trataba de contenerlo.
Atardecía y por más que quise tranquilizar las ansias no pude lograrlo, volé y traté de cansarme lo más posible sin ningún resultado.
Regresé a casa para encontrarla vacía, me hacía falta.
Lena.
Di la vuelta y sus latidos me guiaron a su departamento
Entré sin pedir permiso y me planté frente a ella, que se encontraba bebiendo una copa de vino tinto
- ¿Ya se te bajó lo malhumorada?-
- No, no lo sé - caminé aún más cerca y oí su pulso acelerado
- ¿Qué quieres Kara? hace un rato dejaste muy claro que no querías ni verme-
- Te quiero a ti, no importa lo enojada que esté, te quiero a ti-dije y al instante la besé con pasión dejando a un lado la ternura con la que siempre trataba de besarla, me importó poco
que no tuviera la luz roja y que mi fuerza no disminuyera; me haría caso, la tomaría donde yo quisiera porque yo podía.
Siguió el beso de la misma manera, entonces hice que sus piernas se enredaran en mi cadera y la recargué en la primera pared que tuve, rasgué la blusa dejándola en dos tiras y bajé dejando besos por su cuello seguidos por mordidas que seguí guiada por sus gemidos y suspiros, me daban la razón de los actos, bajé mi mano para introducirla a su pantalón pero antes la besé en los labios nuevamente, iba a seguir hasta que su voz interrumpió 

-Kara... para...- soltó agitada
- No es lo que quieres - metí la mano y rocé por encima de su ropa interior lo que logró que se estremeciera, sonreí con malicia sabiendo lo que mis actos causaban. Tomó mi cara y antes de besarme paró asustada.
- Kara, tu cara... tienes líneas rojas en ella- Sonreí. En este momento poco me importaban las líneas rojas.

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