No te quiero porque seas bella;
Aunque lo eres,
Te quiero porque piensas distinto,
Tu mente vuela como una mariposa oscura,
Y mi poesía te sigue como una red de cantos
Que intenta atrapar tu alma.
Te quiero, porque el arte sale de mi lápiz
Y muestra pedazos de tu corazón,
Y forma imágenes que son un trozo de palpitar.
Te quiero, porque me ocultas tu alma
Y yo la busco, a tientas, entre la nada,
Un navegante que busca un canto de sirena,
Canto de sirena muda y misteriosa.
¿Qué sería de la belleza si no estuviera tu mirada?
¿Qué sería de una flor...
Si no estuviera tu rostro junto a ella?
Si tu no estuvieras; el sol perdería el rumbo,
La luna menguaría por la eternidad,
Las estrellas se perderían en su andar.
Cuando despiertas; la noche se esconde de tu mirar,
La luna, celosa, se esconde en el manto del cielo,
Las estrellas, avergonzadas, se ocultan
Y el sol se ruboriza de amaneceres.
Ten cuidado de no despertar muy temprano,
Si despiertas de madrugada...
Las estrellas caerían a tus pies,
La luna se suicidaría de vergüenza,
De derrumbaría el cielo de tanto ángel
Intentando asomarse para verte,
Llegaría antes la aurora;
Pues el sol apuraría su andar
Sólo para verte despertar.
Yo solo quiero darte una sinfonía de versos,
Una tormenta de caricias,
Un huracán de abrazos,
Una barricada de lunas,
Una explosión de besos,
Yo quiero amarrar tu corazón
En un bondage eterno,
Lapidarte con mis poemas
Y con el látigo de mi pluma.
