Desperté en los brazos de un desconocido alrededor de mi.
Seguí con sigilo y cuidado desde la muñeca hasta el hombro, luego el cuello y finalmente la cara.
Reconocí a Luke el cual dormía con los labios ligeramente entre abiertos y su respiración chocando contra mi nuca.
Había sido un buen despertar, pero entonces observé que la camiseta que llevaba puesta no era la mía, miré a Luke, joder, no llevaba camiseta.
Levanté las sábanas y ambos íbamos en ropa interior. Menos mal.
Me deshice de sus brazos y me levanté con sigilo de la cama, no para no despertar a Luke, si no, para no intensificar mi dolor de cabeza.
- Tienes el agua y la aspirina encima del escritorio - soltó Luke con la voz grave mientras se daba la vuelta quedándose boca abajo.
Dios, su voz era mucho más sexi ahora.
Me acerqué al escritorio y Luke tenía razón, me tomé la aspirina de un trago y volví a dejar el vaso.
Luego me quedé mirando mi cama con Luke sobre ella debatiendo si debería meterme otra vez en ella y dormir o bajar a hacer cualquier cosa.
- Deja de mirarme - dijo Luke -. Y métete ya en la cama.
Apartó uno de sus brazos y yo no muy segura volví a la cama.
Me acosté, me tapé con las sábanas y volví a cerrar los ojos, intentado reconciliar el sueño.
No cabe decir que al cabo de un minuto Luke se encontraba abrazando mi cintura de nuevo y pegándome más a él.
Depositó un corto beso en la parte posterior de mi cuello y entonces sonreí.
Dios, ¿qué coño me pasaba ultimamente?
No sabría describirlo, pero fuera lo que fuese, todo era por Luke.
Conseguí dormirme de nuevo.
✖️
- Despertad ya mocosos - dijo mi madre mientras levantaba las persianas de sopetón dejando que la luz del sol me diera directo en la cara.
Me revolví y me refugié en el pecho de Luke, él cual seguía dormido.
- Cinco minutitos más - dijo Luke dormido.
- Ni de coña, son las tres de la tarde - dijo mi madre cogiendo las sábanas y destapándonos al completo.
Entonces Luke saltó fuera de la cama rápidamente.
Cogió los pantalones y se los puso.
- Mierda - musitó entre dientes.
Cogió sus zapatos y se los calzó.
Mi madre salió de la habitación, me levanté y cerré la puerta.
- ¿Tienes prisa o algo? - pregunté sacando unos pantalones de chándal del armario.
- Había quedado con Calum y se me hace tarde - me contestó mientras buscaba algo con sus ojos -. ¿Has visto mi camisa?
Me la quité y se la dí.
Se quedó mirándome un momento de arriba a abajo, ya que solamente iba en ropa interior, pero si me había visto en bikini esto no iba a ser diferente.
Me dí la vuelta y cogí los pantalones que se ajustaban a los tobillos.
Me los puse y luego saqué una camiseta de tirantes negra.
Pasé mis brazos y luego mi cabeza.
- Podríamos hacer algo esta tarde con los demás - sugerí y me dí la vuelta, pero Luke ya había salido.
Imbécil.
Me senté en la esquina de la cama y saqué mis deportivas.
Entonces recordé un beso. Con Luke.
Ay dios.
Me puse rapidamente los calcetines juntos con las deportivas y bajé.
- ¿Luke ya se ha ido? - le pregunté a mi madre, la cual leía un libro.
- Sí, me ha dicho que te llamará - dejó el libro sobre la mesa y se levantó -. ¿Qué quieres comer?
Se dirigió a la cocina. Pero no podía comer, necesitaba hablar con Luke.
- No tengo hambre - me acerqué al perchero y cogí una chaqueta cualquiera -. Adiós.
Y salí corriendo.
Si tenía suerte podría alcanzar a Luke.
Entonces empecé a correr al ver su coche calle abajo.
Pero al llegar a la esquina lo perdí de vista. Maldita sea.
Entonces empecé a buscar a Luke y a Calum por los sitios que sabía que frecuentaban.
Busqué en el parque, en el Barbarians y en casa de Luke y nada.
Cansada y hambrienta entré en una cafetería.
Estaba toda llena, excepto una silla en la barra junto a una castaña entonces me acerqué.
- Perdona ¿está ocupada esta silla? - le pregunté cuando llegué.
Despegó la mirada de su libro y la fijó en mí, luego miró la silla y negó.
Esta chica me sonaba muchísimo. Seguramente iba con ella a alguna clase.
- ¿Qué quiere pedir? - me preguntó el camarero.
Busqué dinero en la chaqueta, ya que había salido sin nada literalmente.
No llevaba nada. Me dí una palmada en la frente.
- Ponle lo mismo que a mí - dijo la chica a mi derecha mientras tendía un billete al camarero.
La miré confusa y ella me sonrió timidamente.
- Soy Lira - estiró su mano hacia mí, entonces la reconocí, iba conmigo a Matemáticas avanzadas.
- Bella - la estreché con mi mano sonriente.
{Foto de Lira en multimedia}