¿Si el destino te tuviera algo preparado lo aceptarías a pesar de no gustarte?
Si vas en su contra no te hará mal ni harás mal, serías una persona de ejemplo a la que le gusta formar su camino con ayuda de su esfuerzo, sus gustos y deseos.
Confiar...
Era un nuevo día Conway se encontraba en su casa haciendo la comida para cuando su hijo llegara, el siempre había hecho la comida para su familia la cual era la favorita de su cachorro. Su cachorro amaba cuando el cocinaba y siempre solía decir que le quedaba muy rica la comida. Detuvo su labor cuando recordó la invitación de la cena que le hizo Hunter, pensaba llevar a su pareja y los cachorros pero igual llevaría a Volkov y Horacio junto a sus cachorros; tomo su móvil y envió un mensaje a Gustabo que no tardo en recibir respuesta.
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Después de la breve charla una sonrisa se mostro en su rostro agradecía tener como pareja a Gustabo salió de chat para ahora mandar mensaje a Volkov que aun no le avisaba pero ya había confirmado su asistencia a los demás sin consultarlo.
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Ya una vez terminado las platicas siguió haciendo la comida y limpiando su casa, el más de una vez ya había demostrado su obsesión por la limpieza. Su silencio fue roto por el sonido de la puerta siendo abierta por su hijo que venia llegando de la escuela; una vez entro y se acerco a su padre que se encontraba en la sala.
Hola papá, ya llegue.- decía mientras se dejaba caer en el sillón.-
Hola ¿Cómo te fue?.-
Bien nada nuevo, puras cuentas y números ya me hartaron.-
Ni modo la contabilidad no es fácil ¿Quieres comer?.-
Si ¿Qué cocinaste?.-
Algo muy rico, anda ve a lavarte las manos.-
Vale.- se puso de pie para ir al baño de la primera planta, lavarse las manos y regresar a la cocina.-
Conway sirvió los platos de comida y los dos se sentaron a comer hablando de la cena, algunos planes y otras cosas tribales; su relación de padre- hijo había mejorado mucho, los dos ya podían mantener charlas mas largas y tenían tema de conversación definitivamente este viaje les había servido mucho para todos. Después de acabar recogieron los utensilios para llevarlos al fregadero donde Reb se ofreció a lavarlos y su padre secarlos.
