Midnight feast

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Tal y como lo había planeado, luego de hacer deliciosas recetas con carne de cerdo y carne de su propio padre, invitó a los Edwards y a los Hell a un banquete para conmemorar la ausencia de Asmodeo y poder tener una mejor conversación sobre la repentina desaparición de Rose.

La gran mesa estaba rebosante como en aquella alucinación en donde asesinaba al castaño. A pesar de no haber rastro de felicidad por parte de los presentes, todos se veían  un tanto desconcertados por el entusiasmo de Marie, quien se regocijaba en secreto ante el dolor de los demás.

— Marie, debo decir que el asado tiene un sabor impresionante — dijo Samael, hermano de Asmodeo, mientras quitaba un poco de salsa de su castaño bigote con ayuda de una servilleta blanca.

— Gracias querido, es porque le puse mucho amor — el castaño sonrió ante la respuesta de la pelirroja y continuó degustando aquel manjar.

— ¿Extrañas a mi hijo? — preguntó el señor Hell, observando a la pelirroja con el ceño fruncido, en el fondo aquel hombre sentía que no podía confiar en Marie, sentía que ella estaba involucrada en la desaparición de sus hijos y efectivamente, estaba en lo correcto.

— Cada día — la pelirroja suspiró profundamente y agachó la cabeza intentando transmitir lástima.

— ¿Podría dejar a mi hija en paz? La pobre de Marie ya ha sufrido bastante, es momento de hacerla sentir bien, es obvio que cualquier mujer estaría devastada si su esposo desapareciera — protestó Jane, la madre de Marie, mientras cortaba la carne de una forma bastante impulsiva.

— A propósito ¿Está bien su esposo? Veo que hoy está ausente — contraatacó el señor Hell mientras bebía un sorbo de su copa con vino.

— Frederick dijo que visitaría al mismo diablo y se fué de casa, regresará pronto, le gusta salir a beber con amigos de vez en cuando — Jane no se sentía sorprendida por la ausencia de su esposo ya que siempre decía lo mismo y efectivamente regresaba varios días después en un terrible estado de ebriedad, lo que ella no sabía era que esta vez él jamás regresaría.

Marie ni siquiera se inmutó ante la conversación mantenida ente su madre y el padre de su esposo, se sentía muy tranquila pues sabía que sus víctimas habían recibido el castigo que merecían.

— Hablemos de Rose ¿Alguien ha sabido algo de ella? — la mesa de sumió en un silencio de ultratumba cuando Samael preguntó aquello.

Nadie se animaba a decir una sola palabra hasta que el sonido de un llanto de bebé alarmó a todos los presentes.

— Eso es... — dijo el señor Hell sin terminar la frase.

— Es mi bebé, Alice — respondió la pelirroja, quien se levantó de la mesa y se dirigió la habitación en donde se encontraba la pequeña rubia, quien dejó de llorar en cuanto Marie la tomó en brazos.

Mientras la delgada chica se fué, los murmullos en la mesa no sé hicieron esperar.

— ¿Marie estaba embarazada? — preguntó el señor Hell.

— No lo sé pero de seguro no es hija de Asmodeo, lo sabríamos ¿Verdad? — cuestionó el castaño dirigiéndose a Jane.

— No quería decir nada en contra de Marie, pero mi hermana no es nada capaz ni inteligente ¿Creen que ella podría engañar a su esposo y tener un bebé con alguien más? Por favor, todos sabemos que Marie no es lista, no podría tener éxito, de ninguna manera  — dijo Charles, hermano de Marie, mientras limpiaba la comisura de sus labios con la servilleta blanca.

La risa de todos los hombres presentes no se hizo esperar, todos ellos solían subestimar a la pelirroja, la veían como alguien torpe y con poca inteligencia, Marie lo sabía y los tomaría como sus próximas víctimas para que traguen sus palabras una a una.

— Basta caballeros, aunque Charles tenga razón, debemos esperar y cualquier duda que tengan será aclarada, lo sé — dijo Jane tratando de apaciguar los comentarios de su propio hijo.

Nuevamente el comedor se sumió en un silencio total, todos terminaron de comer mientras se dedicaban miradas de todo tipo y poco después, Marie estaba de regreso con una bebé ojiazul en sus brazos.

— Antes de que digan algo lo haré yo, alguien dejó a esta bebé en mi puerta hace un par de semanas y la acogí como a mi propia hija, creí que sería lo correcto — Dijo Marie mientras acariciaba la escasa cabellera de la pequeña rubia, quien sonreía sin entender lo que sucedía a su alrededor.

El silencio se hizo presente durante varios segundos en el comedor, todos tomaron la noticia de distintas maneras, algunos creían que era muy generoso por parte de la pelirroja y otros creían que era una especie de burla ya que nos creían capaz de poder cuidar de un bebé.

— Esto me sorprende mucho — dijo Charles antes de limpiar la comisura de sus labios con la servilleta y ponerse de pie. — Creo que hablo en nombre de todos al decir que es algo totalmente ridículo ¿Cómo podría alguien como tú cuidar de una bebé? — el pelirrojo rió, subestimar a su hermana era algo que definitivamente le gustaba hacer, algo que había aprendido de su padre mientras crecía, quien hacía lo mismo con su esposa.

— Basta Charles — regañó la madre de Marie, quien observó a su hija y suspiró profundamente antes de dedicarle algunas palabras. — Marie, cariño, creo que no estás lista para algo así, tú esposo está ausente y...

— ¿Y eso qué? Podría estár muerto pero no tengo que guardar luto para siempre, no tengo que truncar mi vida y mis propios propósitos por él, no lo hice cuando estaba de viaje y no lo haré ahora por su estúpida desaparición — espetó Marie mientras observaba a todos los presentes con algo de odio, quería que todos desaparecieran para siempre, todo a su alrededor era una verdadera prisión para la pelirroja, quien sentía que estaba sola en ese largo y tortuoso camino.

Fué entonces cuando la pequeña rubia tomó uno de sus pálidos dedos con una de sus cálidas y pequeñas manos... Y en ese instante Marie lo supo, no estaba sola, incluso si Alice no podía decírselo, ella se lo había demostrado en ese momento, uno de los tantos momentos vulnerables que tenía, uno de esos momentos en los que Marie deseaba que las personas pudieran ver a través de ella para entender sus traumas y ayudarla a sanar sus heridas.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2022 ⏰

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