Capítulo 3: No siempre es como deseas

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Era un poco extraño, aún no esta del todo seguro de que hacia. No tenía idea de si funcionaría, si realmente pasaba lo que él creía o sólo se volvía loco, no tenía como saberlo. Jack no le contestaba o él no le escuchaba, la incertidumbre le sacaba de quicio.

Sentado en el suelo, con una seria expresión clavada en el horizonte.
Chimuelo le observaba desde lejos, hasta a él le resultaba extraño el comportamiento de Hiccup, pero no le ponía demasiada atención.

- Ok Jack, esto es lo que vamos hacer. De una una otra forma tenemos que llegar a comunicarnos. Te recuerdo y creo en ti, pero no consiguió verte ni escucharte, así que...- dejo frente a él papel y lápiz. No dejaba de mirar al frente como si realmente Jack estuviera sentado ahí.- quiero confirmar alguno de mis recuerdos, sólo tienes que escribir en la hoja si o no -

Jack si se encontraba por ahí, flotando. Le estaba poniendo muy poca atención a Hiccup, estaba mucho más entretenido moviendo la cola de chimuelo o revolviendo las orejas, hasta que el dragón se molesto y decidió que esa no era su cola y que podía perseguirla.
Hiccup, por otro lado ya había comenzado el interrogatorio sin obtener respuesta, hasta que su furia nocturna paso corriendo a un lado y se escucho una risa.

- Oh! Por todos los dioses, Jack! Claro, sólo déjame hablando sólo mientras intento aclarar mis recuerdos- sin cuidado de si mismo, se tiró de espalda al suelo, cubriéndose con el antebrazo los ojos- Por Odín, no se si estoy enloqueciendo o sólo a mi me
parece importante volver a verte.

Jack al escuchar se quedo quieto, presionando su cayado con ambas manos contra el pecho. Realmente quería volver a esos tiempo cuando jugaban juntos...pero no por nada de había alejado y tenía que existir algún motivo por el que Hiccup no pudiera verle, aún cuando parecía estar seguro de creer en él.
Algo preocupado por el futuro, se sentó a un lado del castaño y soplo en su rostro, llenándole el cabello de fina escarcha.

Hiccup sonrió y volvió a sentarse, no había forma de que eso no fuera culpa de Jack.

- Me ayudarás o no?-

El alvino suspiro y se sentó frente a Hiccup para comenzar a escribir, no iba a seguir las reglas del castaño, sólo tenía una cosa que decirle.

"Si no puedes verme, es por una razón..."

Para Hiccup, las palabras comenzaron a aparecer de repente y no fueron agradables. Iba a protestar y quejarse, pero Jack no iba a escucharle y seguiría escribiendo.

"...algún día morirás y yo seguiré aquí, es mejor para todos que yo sea un recuerdo para tí"

Por varios segundos un silencio sepulcral invadió el claro y luego, una fuerte ráfaga de viento nació desde el suelo.

Hiccup grito tan fuerte como pudo y se levantó del suelo tan rápido como su prótesis se lo permitía.
Jack le había dejado sólo.
La rabia, desesperación e impotencia le invadieron, comenzó a moverse de un lado a otro, intentando con desespero deshacerse de esos desagradables sentimientos, pero sólo parecían crecer.
Desde antes se había dado cuenta de que el tiempo seguiría pasando para él y no para Jack, eso ya lo sabía.

- Quizás...estoy siendo egoísta- volvió al suelo, con la mirada perdida en ese infinito azul pálido del cielo invernal.

Chimuelo llego a su lado, para intentar consolarle. Bien sabía que algo estaba pasando con su mejor amigo, aunque no alcanzaba a entender.

- No te preocupes amigo, ya mejorarán las cosas...volvamos a casa.


Después de salir volando había sentido un vacío y una sensación de presión en todo su cuerpo. Dolía, era...demasiado solitario.
Ya era tarde, había estado tanto tiempo extrañando a ese vikingo testarudo que ahora...poder estar tan cerca de él, pero a la vez tan lejos era doloroso y agotador.

Se tumbó en la nieve y como si fuera una manta se cubrió con ella, ocultándose en el blanco.

- No entiendo...tanto tiempo queriendo ser notado, para luego sólo desear que nunca fuera así...luna...es muy doloroso.-

Cerro los ojos, encogiendo en si mismo, quedándose dormido.

Más tarde, ese mismo día, escucho una extraña voz.
Era tan familiar, pero al mismo tiempo tan extraña. Sonaba dulce y al mismo tiempo aterradora.
Se levantó de golpe cuando se dio cuenta de que decía su nombre.

MIM, después de muchos años, al fin le hablaba. Aquel que sólo le había dicho su nombre, por fin se dignaba hablar con él.

Jack cerro los ojos y sonrió para si mismo.

- Gracias...- susurro suavemente y emprendió vuelo.

El tiempo no me quitará tu recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora