05. Doyoung

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La mirada vacilante del omega recorría todo el jardín en la permisiva búsqueda de unos iris chocolate que lo estaban llevando paulatinamente al colapso

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La mirada vacilante del omega recorría todo el jardín en la permisiva búsqueda de unos iris chocolate que lo estaban llevando paulatinamente al colapso. No obstante, cuando localizó al portador de ellos, el fornido cuerpo de Johnny se inmiscuyo en su panorama, alzó la vista con incomodidad, y se obligó a sonreír. 

Desde que llegó a casa esta mañana; ha sido interrogado hasta por el barrendero de la colonia. Y suponía era ese el motivo por el que Johnny estaba frente a él. 

Por eso mismo, Taeyong y Yuta le habían ayudado a armar una excusa, Nos quedamos encerrados en el centro comercial, dormimos en los sillones que hay por ahí y comimos algunos productos, que obviamente, después pagamos. 

El mayor se sentó a su lado sonriendo —¿Te gustó el regalo que te dió jennie?— espetó mirando las mejillas de Doyoung, quien no sabía qué pretexto inventarle a su amigo. 

—Ah, claro que sí, la pulsera era bonita— sobó sus brazos nervioso, supuso que en aquella minúscula caja que robó taeyong venía eso. 

—¿Pulsera? De hecho era un anillo, pero está bien, seguro Jennie se equivocó o bueno, realmente no importa— carraspeó incómodo, bajo la mirada observando el verde pasto, parecía pensativo e indeciso. 

El aire era denso, Doyoung gritaba internamente por ayuda, sin duda la situación causaba malestar en él. 

—¿Puedo sentarme aquí? — ambos chicos voltearon encontrándose con esos iris chocolate que el pelinegro tanto buscaba, al parecer sus súplicas fueron escuchadas.

—Doyoung, ¿Como dormiste?— cuestionó Suh, ignorando así la presencia del recién llegado.

—Él durmió bien, durmió sobre mi hombro y no es por presumir, pero es muy cómodo.— Jaehyun sonrió ladino acercándose al pelinegro para posar su mano sobre su hombro. 

—Los hombros en general son cómodos, muchos han dormido sobre el mío— Doyoung miró de golpe a Johnny desbordando sorpresa.

Y cuando estaba por cuestionarlo, la voz de su padre lo interrumpió, éste llamaba a todos para reunirse alrededor; con la excusa de informar algo de suma importancia. Doyoung no se molestó en ir y vio como los demás se unían, incluido los dos hombres a su lado. 

La súbita atención que Jaehyun recibía por parte de la muchedumbre, le causaba un escocer en su estómago, las féminas que transitaban por su lado casi se arrodillaban alabando su belleza, creía que estaban exagerando con decir que era un dios griego.

Su personalidad no era la deseada, su largo cabello castaño lo hacía ver harapiento, y ni hablar de su áspera voz que causaba estragos en su cuerpo. Todo en él era sombrío, según el criterio de Doyoung. Sin embargo, todo eso lo llevaba a la deriva.

Había rareza en él, por ejemplo; podía percibir su aroma a cigarrillo y petricor, mismo que debía ser únicamente capturado por su alma gemela, y Doyoung estaba seguro de que ellos dos nunca lo serían. 

—¿Por qué no sólo vas y le hablas?— la repentina pregunta, y presencia del pelirrojo lo hicieron volver de su viaje astral.

Luego, negó frenéticamente a la pregunta dada, y miró al montón de gente con absoluto aburrimiento. Yuta suspiró con un vacío perceptible antes de volver a articular palabra —Su vida ha sido una blasfemia, sin embargo, siempre sonríe. Deberías de darle una oportunidad, se ve que ambos están interesados el uno del otro, y ya sabes lo que dicen, tarde o temprano las cosas toman su lugar. 

—Lo que dices es verdaderamente una blasfemia, sólo ve a bailar con Taeyong o lo que sea y a mi déjame en paz— no quiso sonar grosero, pero qué más daba, no conocía al chico y no tenía interés en hacerlo, entonces no merecía un buen trato. 

Nakamoto alzó los hombros y se esfumó cual espuma de mar. Sólo dos días habían pasado, y Doyoung rezaba porque no creía aguantarlos en toda su estadía. La cual según sus padres, sería permanente. 

Sobrepensar las cosas era como un dolor lacerante de cabeza para el menor, quién sólo deseaba ir a leer algún libro a la biblioteca o escaparse para comprar flores. La música que ambientaba el lugar era decadente de ritmo, quería ir y cambiar el disco por uno de su banda favorita, pero era demasiado cobarde como para hacerlo. 

—Hola— se acercó a él una pelirroja acompañada de un chico alto con cabellos plateados. Parecía estar bastante solicitado éste día. 

—¿Quienes son?— Doyoung preguntó a la defensiva levantándose de la cómoda banca de madera.

—Yo soy Jisoo y él es Chanyeol, venimos a invitarte a una fiesta, es para recibir a los nuevos pero de manera más jovial— guiño un ojo luego de abrazar al que Doyoung suponía era su amigo. 

—¿Qué dices, pelinegro? Nunca te hemos visto en ese tipo de ambientes, nosotros te guiaremos. 

La sonrisa juguetona del aludido lo convenció —Iré, así que tendré que escapar— dijo lo último en un susurró cerca de ambos chicos, haciéndolos reír sin llegar a burlarse. 

Esa noche sin duda iba a ser divertida.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2022 ⏰

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