𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔲𝔪 𝔮𝔲𝔦𝔫𝔮𝔲𝔢

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"¿Entonces como dices que los nombraste?"

"Cendre." señala al minimo de ojos ámbar que devoraba su segundo plato de alimento para gatos. "Y Pepel." señaló al otro gatito de ojos naranjas que trataba de llegar hasta los brazos del peligris escalando por su pierna.

"Genial, espero y te tengan feliz." admitió desabrochando los botones de su camisa manchada de tierra y helado.

"O-oh, amor, lo siento por lo de tu camisa y... Bueno, el golpe."  lo observó apenado cargando a Pepel al momento en el que llegó a sus brazos.

"Está bien, un pequeño milagro y la mancha se habrá ido, tu juega con tus gatitos." regaló un beso en la mejilla ajena retirándose a la habitación de ambos.

Zaphkiel lo vió caminar y sonrió sentándose cuidadosamente en el suelo al lado de Cendre.

"Es muy lindo, ¿No lo creen?, Aunque eso no le quita lo idiota, pero creo que eso lo hace más atractivo." Pepel soltó un maullido como si le hubiera entendido a la perfección lo que decía. "Sí, ya sé que eso no tiene sentido, pero tengo mi propia lógica."

Se recostó en el suelo sin importarle su traje en ese momento, ya sabía que estaba demacrado igual, vió a dónde estaba el patio, gracias al ventanal que estaba al lado de la puerta de madera, en ese lugar se podía ver un mejor panorama del jardín y todo estaba en orden.
Hasta que pudo observar como es que el pelirrojo llevaba un par de pesas al centro mientras que hacía aparecer algunos aparatos para hacer ejercicio.

"¿Qué demonios...?" se levantó rápidamente cargando a ambos mininos en cada brazo sin despegar la vista de su pareja, que, ahora que lo veía, tenía unos shorts rojos cortos y una camisa de tirantes blancos, soltó una risa al ver que los brazos del arcángel empezaban a temblar por no aguantar por tanto tiempo las pesas, en eso, él ya había llegado al patio quedando casi lado suyo. "¿Qué demonios haces, querido?" en respuesta obtuvo un pequeño grito a la par que un estruendo se escuchaba.
Habían sido las pesas que habían caído; una a un lado del aparato, la otra en el pie del pelirrojo.

Observó como su contrario se retorcía de dolor ante el golpe haciendo gestos graciosos que le hacían reír, pero no quiso carcajearse en ese momento, cosa que falló al ver como su pareja quitaba como pudo la pesa de su pie y se ponía en posición fetal, ahí fue donde soltó la carcajada.

"¿Es..." su risa lo interrumpió. "estás... bien?" volvió a reír estrepitosamente sentándose al lado de Raphael sujetándose el estómago que le estaba empezando a doler por tanto reírse.

"Sí, ya estoy mejor, gracias." dijo notoriamente sarcástico.

"Wow, no sabía que los arcángeles podían ser sarcásticos."

"Yo soy único y diferente, ángel." el peligris volvió a reír recargando la cabeza en el hombro del más alto.

"Eres un imbécil."

"Gracias."

"¿Y... Qué hacías con todas estas cosas?, No sabía que tenías todo esto, ni que hacías ejercicio, o que te preocuparas por tu cuerpo para empezar." soltó una carcajada viendo el escuálido cuerpo de su novio.

"Ya, Zaph, deja de burlarte de mi." formó un puchero con sus labios logrando que el más bajo cesara su risa. "Sólo... Lo hago por diversión, ¿Sabes?, Los humanos tienen hobbies y experimentan en cosas, quiero hacer lo mismo, y, si tomamos en cuenta algunas situaciones..."

"¿Qué situaciones?"

"Ya sabes, eso de que tú vives prácticamente arriba de los árboles y que luego no te puedes bajar, por ejemplo."

𝒂 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒘𝒐𝒓𝒍𝒅 • 𝘳𝘦𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦 𝘩𝘶𝘴𝘣𝘢𝘯𝘥𝘴 ʰⁱᵃᵗᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora