Capítulo 12 1/2

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"¡Eres un completo idiota! I"

No podía dejar de mirar al chico detrás del mostrador. Era guapo, un poco más alto que yo, pero no tanta diferencia, de cabello castaño y con una hermosa sonrisa. Trataba de poner atención a lo que me decía Ryujin acerca de la falda que había encontrado, pero no podía apartar mi mirada de él. 

-Creo que la compra...-le entendí a Ryujin. Miré al suelo cuando crucé la mirada con el chico, sentí que me sonrojaba de a poco. Ryujin notó ese detalle y buscó con la vista el punto que había estado mirando, cuando encontró al chico hizo una mueca y me golpeó en la cabeza con la falda.

-No puedes, Lee. Estás comprometido ahora, ¿qué pensaría Christopher si te viera en estos momentos?-Sí... ¿qué pensaría él? ¿Me dejaría libre?

-No lo sé... tampoco es para tanto, sólo lo estaba mirando. Estoy comprometido, no ciego.-le respondí. Ryujin negó con la cabeza y siguió sacando ropa de los colgadores de la tienda. Levanté la vista una milésima de segundo y sentí la mirada del chico. No podía hacer nada, él me gustaba pero no de la misma forma que Chan. No, no era justo para Chris, así que me reprimí e hice como que él no estaba en el mismo establecimiento que yo. 

Sin embargo, no funcionó. Ryujin me regañaba cada cinco minutos por mirar "descaradamente" a otro hombre que no era mi futuro esposo, pero al parecer ella no comprendida que yo aún tenía dieciocho años y que era un chico como todos los demás.

-Min, ya basta. Llamaré a Chris.-me dijo enojada mientras sacaba el celular de su bolso.

-Tú no harás nada. No he hecho nada malo, no lo he engañado.-protesté. Y era verdad, admitía que el chico me atraía y que no dejaba de lanzarle miradas, pero no había hablado con él. Seguía siendo un desconocido. Pero como siempre, las cosas iban en mi contra. Cuando Ryujin fue a pagar la ropa que había elegido, nos atendió nada menos que el chico. 

-Hola chicos, ¿en qué puedo ayudar?-nos atendió con una agradable sonrisa. Ryujin bufó y me fulminó con la mirada con clara advertencia de "no hagas nada o le diré a Chan."

-Quiero pagar esto.-le dijo Ryujin sin dejar de amenazarme con la mirada. 

Cuando él entrego el recibo y las bolsas con ropa, Ryujin se apresuró en tirándome del brazo. Afuera de la tienda, sentado en una banca para descansar dentro del centro comercial, Chan bebía un café. 

-Recuérdenme no volver acompañarlos cuando digan la palabra "compras".-nos dijo poniéndose de pie y acercándose a nosotros. Pasó su brazo por mi cintura y comenzamos a caminar hacia la tienda de música, Ryujin quería aprender tocar guitarra y para empezar necesitaba una. 

-Al final, ¿qué compraron?-nos preguntó Chan mientras subíamos por la escalera eléctrica.

-Yo un vestido para cuando llegue la primavera, un abrigo, una falda, un par de zapatos y un chaleco.-enumeró Ryujin. 

-¿Y tú, Honnie?-

-Nada.-le contesté. 

-No compró nada, pero le echó el ojo a algo que estaba fuera de su alcance.-comentó Ryujin. Estuve a punto de caerme cuando nos bajábamos de la escalera. 

-¿En serio? ¿Qué era? Si no te alcanzó el dinero debiste llamarme, me pagaron ayer.-

-No seas tonto, Channie. No te molestes.-me apresuré en decir, pero él ya habia dado media vuelta dispuesto a regresar a la tienda. 

-Deja que Christopher te consienta, lo hace porque te ama.-agregó Ryujin, alzando la voz para ponerle énfasis a sus últimas palabras. 

Fue demasiado tarde para persuadirlo, en menos de dos minutos estábamos de regreso en la tienda. Estaba atrapado, no quería que Chan se gastara su dinero en algo inservible y caro para confirmar mi coartada, pero si no lo hacía quedaría al descubierto. 

-¿Qué era lo que querías, Honnie?-miré a todos lados, buscando algo llamativo y costoso. No había nada de mi gusto, nada que convenciera a Chan. Era un asco, ya que él me conocía como la palma de su mano, no era tan facil engañarlo en ciertos aspectos -excepto en mentiras blancas e inocentes. Por ejemplo, en cuestión de gustos, él sabia cómo me vestia, no podía de un momento a otro pedir un abrigo estrafalario con estampado de cebra. Entonces, al final de la tienda, una repisa de perfumes iluminó mi mente. Eso era, los perfumes son caros y no estaban tan alejados a lo que yo usaba. 

-Un perfume.-le dije. Chan asintió y buscó donde estaban los perfumes, tuve que señalárselos y fuimos hasta la repisa para verlos. Ryujin resopló frustrada, esto no se lo perdonaría fácilmente. 

Elegí un horroroso perfume con aroma a vainilla, pero era el más caro del lugar. Chan se mordió el labio cuando vio el precio, creí que se retractaría, pero no lo hizo. Me dijo que si eso era lo que quería, me lo regalaría. No me atreví a mirarlo a los ojos, yo era la peor persona del mundo. 

Sin embargo, toda la farsa se vino abajo cuando la chica que atendía en la sección de perfumes nos dijo que la caja registradora estaba descompuesta y nos dirigió a la caja donde atendía el chico. El calor inundó mis mejillas, al igual que el color. Podía sentir como bajaba por el cuello, la bufanda ya no me parecía tan necesaria. 

-Volvieron.-nos dijo el chico a Ryujin y a mí. Su sonrisa logró captar mi atención. Me reprimí mentalmente, no podía embobarme ahora, Chan estaba a mi lado. 

-Sí, genial ¿no?-le dijo Ryujin. 

Chan lo miró con desconfianza, pero el chico no pareció darse cuenta y clavó su mirada en mí. "Mira a otro lado, idiota. No es un buen momento" pensaba asustado. Después de que Chan pagara -me sentí culpable cuando le entregó el dinero, un gasto innecesario- cuando nos dimos vuelta para salir, el chico se apoyó en el mostrador y me llamó. Quise que viniera una manada de lobos de la montaña más cercana a devorarme vivo. Los tres nos volteamos, Ryujin con una sonrisa victoriosa, yo con lentitud y temor, y Chan con la mirada más extraña que haya hecho en su vida. Podía ver lo tensa que estaba su mandíbula. 

-Hey me llamo Yeonjun, me preguntaba si querías salir conmigo. Es que cuando estuviste aquí con tu amiga me fijé que no dejabas de mirarme, así que supuse que...-

-No supongas nada.-le cortó Chan. Estaba aterrado, Chan tenía el rostro frío y neutro, como si no sintiera nada. El chico lo miró perplejo, parpadeando varias veces tratando de entender la situación. De pronto, Chan me agarró del brazo y me arrastró fuera de la tienda. Ryujin vino tras nosotros, pero Chan le gritó que nos dejara solos. Sinceramente temí por mi vida.

Me obligó a caminar hasta el estacionamiento, allí no había nadie. No iba a golpearme ¿o sí? No, Chan era demasiado bueno para hacer eso. 

-Hyung, lo siento, te juro que...-comencé a disculparme, pero no pude continuar, la imagen de Chan era escalofriante. No me hizo nada, no me tocó ni un pelo, pero su mirada acusadora era suficiente para saber que en su mente yo estaba muerto. -No hice nada, sólo lo miré, ni siquiera sabía su nombre hasta que lo dijo.-me atreví a terminar de decir. No dijo nada. Guardó silencio y buscó el auto que estaba estacionado a unos metros de nosotros. Se subió en el asiento trasero y allí se quedó. Ryujin llegó probablemente diez minutos después y quiso saber qué sucedió, pero no pude decirle nada porque yo tampoco lo sabía muy bien. 

Chan estuvo enojado durante una semana, incluso se juntó con la hermana de Jeongin para organizar la boda sin mí. No me molestó que lo hiciera, no tenía ganas de pensar en el tipo de servilletas para la fiesta, pero no me gustaba que Chan me ignorara. La última vez que se comportó de esa manera fue cuando teníamos once años. Era un martirio dormir en la misma cama que una persona que evadía mi existencia, a Chan no le importaba si estaba leyendo o haciendo una tarea, a las diez apagaba la luz y se acostaba sin dirigirme palabra alguna. Las cosas no iban para nada bien. 

A comienzos de marzo comencé a preocuparme. ¿Él seguiría con las ganas de casarse conmigo? Parecía que no. Hace un mes eso me habría hecho inmensamente feliz, pero ahora sólo me dejó un sabor amargo en la boca y un nudo en la garganta, no quería reconocerlo, pero la idea de la boda me había ilusionado en cierto punto. Me gustaba pensar que alguien me quería. ¿Y si todo había sido una broma? No era mala opción. 

Si lo era, a Chan le resultó. Logró hacerme sentir mal conmigo mismo. Cuando me di cuenta de que Chan no quería saber nada más de mí, me cambié de habitación otra vez. Volví a mi cuarto y todas las noches me acostaba con un frío insufrible en mi interior. ¿Chan hacía todo esto porque miré a otro chico? ¿o lo hacía porque no lo amaba?

marry me [banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora