Una fiesta.
Música alta, alcohol y drogas.
Adolescentes por doquier.
16 años.
Un revolcón.
Mareos, vómitos y demás síntomas.
Un embarazo, un bebé.
Sueños y metas por cumplir, destruidos.
¿Hace falta preguntar el por qué? Eso pensé.
A pesar de todo, Kayla sabe que no es del todo malo.
Pero antes, deberá informarle al afortunado chico.
¿Pero cómo, si no recuerda quién es?
Lo recordará al ver su rostro...