¡Al fin es domingo!
Ésta mañana desperté más tranquila, pero por desgracia, me levanté corriendo al baño a vomitar, otra vez.
—¿Kayla? ¿Te sientes bien?
Preguntó mi madre tocando la puerta de mi baño.
—Sí mamá, no te preocupes. No es nada.— contesté limpiando mi boca
Ew, vomito cada diez minutos, y me deja un horrible sabor de boca, por si fuera poco, me estoy muriendo de hambre.
Salí del baño una vez que me lavé los dientes y me encontré con mi madre esperando a que saliera.
—¿Mamá?— llamé su atención —¿Qué pasa? pregunté
—Quería saber si te encontrabas bien, ¿segura que no quieres nada para el dolor?— preguntó amable
Lo pensé antes, pero no, podría dañar al bebé.
—No, gracias. Ya se me pasará, sólo tengo hambre...— dije y se levantó
—Entonces iré a hacer el desayuno, sigue descansando cariño, ya mañana entras a la escuela y es mejor que reposes.— dijo para después salir de la habitación
Suspiré, ¿cuánto tiempo tardarán mis padres en darse cuenta de que algo me pasa? No lo sé, pero sé que estarán muy decepcionados.
Respecto a la escuela, hoy oficialmente terminan las vacaciones de verano e inician las clases, comenzaré a cursar mi segundo año de preparatoria, y veré que tanto puedo hacer. Intentaré no levantar sospechas.
Jenna se cansó de llamarme, o eso imagino, ya que no contesté ninguna de sus llamadas por que no quería escuchar sus disculpas, la verdad no estaba molesta con ella, simplemente no quería hablar con nadie.
Decidí ducharme, tomé un largo baño mientras pensaba en cualquier cosa. No me maquillé, simplemente me puse la ropa más cómoda que encontré en mi armario y me hice un moño alto.
Encendí el televisor y comencé a buscar algo que quisiera ver, cambiaba y cambiaba el canal hasta que salió Faking it, una serie del canal de televisión Mtv. Me quedé viéndolo un rato, hasta que mamá me llamó para que bajara a desayunar.
—Hola, papá.— lo saludé con un beso en la mejilla
—Hola, hija. ¿Cómo dormiste?
Preguntó leyendo el periódico, y regalándome una cálida sonrisa.
—Bien, gracias. ¿Y tú?
Le contesté algo insegura, simulando tranquilidad.
—Bastante bien, gracias. Tenemos un nuevo socio en la empresa. Su familia acaba de llegar a la ciudad, y creo que su hijo asistirá al mismo instituto que tú.
Contestó entusiasmado, siempre que había nuevos socios se emocionaba, le gustaba que la empresa creciera para mejorar nuestra calidad de vida.
—Esa es una muy buena noticia, papá. Me alegra que la empresa cada vez crezca más.— le regalé una sonrisa y comencé a desayunar
—¿De qué hablaban?— preguntó curiosa mi madre
Mi padre y yo intercambiamos miradas y sonreímos.
—Nada importante, cariño. Luego lo sabrás.— le sonrió
Mis padres son el mejor ejemplo que tuve y, aún tengo, sobre el amor. Me arrepiento tanto de no seguirlo.
Terminé de desayunar y subí a mi habitación, no sin antes cumplir con mi tarea de lavar los platos y agradecerle a mi madre por el desayuno.
Tomé mi computadora y comencé a buscar alguna cosa que me llamara la atención, pero nada...