XXVI

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Dos meses después.

"Que lindo." Dijo la dama, mirando alrededor de la espaciosa suite con aprecio.

Taehyung se encogió de hombros, lanzando una mirada desinteresada por la habitación. Nueva York, Milán, Londres, ahora París… Llegó un momento en que todos los hoteles de lujo empezaron a tener el mismo aspecto.

Sin prisas, se quitó la corbata.

"Permíteme." Dijo con una sonrisa coqueta, apartando su mano y comenzando a desabotonar su camisa.

Taehyung dejó que sus ojos siguieran las curvas de su cuerpo semidesnudo, tratando de generar interés en él. Debería haber estado más que interesado. Había pasado un tiempo desde que había estado con una mujer. Más de un año, ahora. Era inaudito. Para él era insólito permanecer con una sola persona durante una semana, mucho menos un año. Lo más peculiar era que nadie lo obligó a eso. Jimin sabía que no debía pedir algo así en voz alta, aunque sus ojos decían una historia diferente. Ese hombre estaba actuando cada vez más cariñoso y necesitado, saludándolo con la sonrisa más brillante cada vez que regresaba a Seúl entre sus viajes. Taehyung ni siquiera sabía por qué seguía volviendo a Seúl.

Este había sido el último viaje que había hecho en nombre de Jimin. Le había tomado casi dos meses lidiar con el desastre que Park Young Soon había dejado después de su muerte, pero ahora todo había terminado. No tenía motivos para seguir regresando a Seúl.

"¿Te estoy aburriendo?" Dijo la mujer con un puchero juguetón, rozando sus dedos contra su entrepierna a través de sus pantalones.

"No soy un adolescente, linda." Dijo Taehyung. "No me voy a poner nervioso solo por ver a una mujer semidesnuda, no importa lo bonita que sea." Se obligo a no pensar en el hecho de que no tenía ningún problema en ponerse duro solo por mirar la curva de los labios de cierta persona.

Una sensación de inquietud se instaló en la boca de su estómago. Irritado, Taehyung la arrastró hacia sí y la besó bruscamente, haciendo un esfuerzo consciente por concentrarse en la suavidad de sus labios. Pero la forma no era la correcta, su boca no era lo suficientemente dulce, su perfume era demasiado fuerte, su cabello era demasiado lacio y no lo suficientemente suave.

Taehyung rompió el beso y le dio la espalda. "Cambie de opinión. Por favor, vete." Sus palabras entrecortadas y tensas por la ira, no se sorprendió cuando ella se fue sin decir una palabra.

Tan pronto como la puerta se cerró tras ella, Taehyung se quitó la camisa, la apretó en su puño y la arrojó al otro lado de la habitación.

Mierda.

A la mierda su intento de demostrar que no estaba apegado a Park Jimin.

Estaba apegado, de acuerdo.

Más que apegado.

Suspirando, se sentó en la cama y se pasó una mano por la cara.

Eran de dos mundos diferentes. Dos mundos que nunca colisionarían, que nunca deberían colisionar. Pero tal vez era hora de llamar las cosas por su nombre, sin importar cuán inconveniente fuera la verdad.

Y la verdad era que Taehyung quería a su molesto Jimin de cabello rizado y enfurruñado. Sólo a él.

Quería estar con él. Quería mantenerse con él. Demonios, mantendría a Jimin en su bolsillo si pudiera, para tener acceso a él las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Quería poder enterrar su rostro en los suaves rizos de Jimin, quería marcar su piel cuando quisiera, quería besarlo tontamente, quería despertarse en sus brazos todas las mañanas. Quería tener el derecho de hacerlo.

Bound to You [vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora