07- Sᴜᴇɴ̃ᴏs

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El peli-rosa observo al adolescente en frente suyo.

Sonrojándose levemente al notar como este se quitaba el pantalón.

Para luego dejarlo acorralado en su cama, sosteniendo con fuerza de sus muñecas.

Kusuo miro nervioso al Toritsuka, sentía su pulso acelerado mientras trataba de saber como actuar.

Se sentía realmente inquieto, pero sin duda quería sentir al médium dentro suyo.

Quería sentir las caricias que le daba.

Quería que sus frías manos recorrieran su cuerpo.

Y no era capaz de negarlo lo suficiente.

Tenia en cuenta que deseaba demasiado al alto, tanto sexual como romántico.

Sin duda, nunca sabría cuantas veces lo habrán llegado a hacer.

Su vida sexual ha estado activa en esos últimos meses.

Y lo admitía, le encantaba aquello.

Por lo que sin duda alguna, lo disfrutaba demasiado.

El Saiki menor no pudo evitar que un jadeo salga de sus labios ante el hecho de que de la nada, el peli-morado haya puesto dedos cerca de su entrada al meter su mano en sus pantalones.

El peli-rosa observo directamente a los ojos del médium.

El cual en cuanto lo miro, le sonrió de manera pícara mientras se acercaba a él.

El Toritsuka poso sus labios encima de los del psíquico.

Besándolo y haciendo algunos movimientos lentos.

El Saiki menor rodeo su cuello y acerco más al alto, también haciendo un poco más intenso aquel beso.

Rodeo con sus piernas la cadera del peli-morado.

El cual seguía acorralando al psíquico.

—Estas realmente... Necesitado... ¿No? — Dice el muchacho encima suyo con una voz algo grave.

También había puesto su mano encima de la erección del psíquico.

Haciendo que un pequeño jadeo se escapara de sus labios.

Sin duda alguna, el médium adoro aquel jadeo, aunque no sea la primera vez que lo escuchaba de esa manera.

El peli-morado desabrocho el pantalón del que estaba abajo.

Así notando como este se sonrojaba levemente por aquello.

El médium le quito el mismo, para luego observar la parte intima aún siendo cubierta por su ropa interior.

Kusuo solo pudo taparse avergonzado su rostro.

Parecía que a pesar de que el Toritsuka lo haya visto así varias veces, le seguiría dando vergüenza.

Después de todo, sus jadeos lo avergonzaban y más su erección.

Reita solo soltó unas pequeñas risas mientras envolvía el duro miembro del contrario con su mano.

Claro que eso hizo que otro jadeo se escapara de la boca del peli-rosa.

Y menos se pudo aguantar los otros que vinieron luego de aquel.

El movimiento de la mano del peli-morado le daba demasiado placer.

Eso lograba que más gemidos salgan de su boca, que lastimosamente eran ahogados por por hecho de poner su mano en su boca.

De repente, el médium detuvo aquel movimiento y le saco la ropa interior.

Algo que sorprendió al psíquico pero que no negó en ningún momento.

♥︎𝚂𝚞𝚎𝚗̃𝚘𝚜 𝙷𝚞́𝚖𝚎𝚍𝚘𝚜♥︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora